stán las leyes pero si éstas no se aplican, en realidad falta mucho para hacer
real la inclusión". La opinión es de la coordinadora de la carrera en terapia ocupacional del
Instituto Universitario del Gran Rosario, Mariel Pellegrini, una especialista en la materia que
tiene a su cargo la dirección del Primer congreso "Interdisciplina y discapacidad", que se
realizará el 30 y 31 de octubre próximo en la ciudad.
La interdisciplinariedad del encuentro convoca a participar a profesionales de
la salud y de la educación (que van desde maestros, psicopedagogos, médicos, psicólogos, terapistas
y trabajadores sociales, hasta público en general). Además, según explica Pellegrini, las líneas de
trabajo del congreso pasan por hacer presente el concepto de discapacidad de la Organización
Mundial de la Salud. "Aquel —dice— que cuando habla de discapacidad pone el acento en
el potencial de las personas, es decir qué es lo que puede hacer en la educación, en la vida
cotidiana, en el tiempo libre y en el trabajo, por ejemplo".
Según detalla, la idea es debatir "en relación a cuestiones teóricas para poder
construir el ejercicio de la ciudadanía de la persona con discapacidad". Para eso el encuentro
reunirá a especialistas y funcionarios del Estado. Los ejes centrales serán: las políticas del
Estado en discapacidad, la actualización en materia de tratamientos y la integración ocupacional. Y
como dato novedoso, habrá una mesa especial para recordar los 50 años de la creación de la carrera
de terapista ocupacional en la Argentina.
El congreso es organizado por el Instituto Universitario del Gran Rosario, junto
a la Casa del Sol Naciente y es certificado por la Universidad Nacional San Martín. Se realizará en
el centro de convenciones del Ariston Hotel, Pueyrredón 762. Para más datos escribir a
[email protected]
Programas de prevención
—¿Cuánto se ha avanzado en la inclusión real de las personas con
discapacidad?
—Creo que se ha avanzado mucho. Existen muchas leyes, en eso avanzamos bastante, pero si
éstas no se usan, no se aplican en cada realidad, entonces nos falta un montón. Es decir, las leyes
están y protegen a la persona con discapacidad, pero esto va más allá de un certificado de
discapacidad. Hay que hablar de un ejercicio de la ciudadanía. Sí hemos avanzado, por ejemplo, en
la inclusión de los chicos en las escuelas, pero aún falta disminuir los prejuicios sociales.
—¿Lo dice porque a veces la inclusión se ve como una concesión y no como un
derecho?
—Exactamente. Por eso es importante hablar del potencial de las personas, es decir que si
bien tienen limitaciones en alguna cosa en otras no. Si no se ve la problemática así, se la ubica
desde un lugar más asistencialista de quien dice "yo soy bueno, yo se lo permito". Es un derecho
que requiere de un trabajo en equipo.
—En los últimos años es común asociar los problemas derivados de la pobreza con los
de discapacidad. ¿Cómo diferenciarlos?
—Desde la terapia ocupacional hablamos de lo que hoy es el efecto de "deprivación
ocupacional", es decir la falta de acceso a los recursos, de estímulos verbales, de desarrollo
motriz, por ejemplo, que hace que si los chicos en los primeros años de vida no los tienen, se
vuelve una situación de riesgo. Hablamos de un niño que puede quedar con retardo mental o de
desarrollo. Una cuestión que se puede solucionar con programas de prevención primaria, de promoción
de la salud donde se pueden compensar esas faltas.