"Suite francesa" *****
"Suite francesa" *****
Intérpretes: Michelle Williams, Kristin Scott Thomas, Matthias Schoenaerts y Sam Riley. Dirección: Saul Dibb. Género: drama. Salas: Del Centro, Hoyts y Showcase.
El director inglés Saul Dibb hizo un recorte muy cuidado de “Suite francesa”, la singular novela póstuma de Irène Nemirovsky, en su adaptación al cine. A su vez se concentró en “Dolce”, la segunda parte de esa obra inconclusa, donde la escritora de origen judío, que escribió su obra paralelamente a los hechos que narra, recrea el avance implacable de la ocupación alemana de Francia. Dibb elaboró un guión respetuoso con los personajes que le dan soporte al contexto histórico. Y entre ellos -no todos amables ni políticamente correctos y descriptos con bastante ironía en el libro (“Comenzá una guerra para saber cómo es la gente”, dice uno de ellos)- enfocó en la relación entre una francesa, Lucille (Michelle Williams), con un marido prisionero de guerra, y un oficial alemán, Bruno (Matthias Schoenaerts). El hombre se instala en la casa que comparte con su suegra (Kristin Scott Thomas) -los tres, como el resto de elenco, interpretados de forma magistral-, que le recuerda a cada instante que ese militar con buenos modales, por más que toque el piano y que componga música, es su enemigo. Sin descuidar el aspecto formal, el montaje y la puesta en escena, todos impecables, el cineasta ajusta gradualmente el foco sobre Lucille y Bruno. El director describe con trazos delicados la angustia de dos personas en un contexto desfavorable para el amor. Nemirovsky, que murió en Auschwitz en 1940 y que, según consta, sospechaba cuál sería su final, se permite mostrar a dos personas que intentan aferrarse a algo en medio de la desolación. Y Dibb apuesta a mostrar las contradicciones entre el deber y las pulsiones, y dos personas unidas por el amor, pero también por sus circunstancias, la tragedia y la soledad.
Por Rodolfo Bella / Escenario
"Brisas heladas" **
Intérpretes: Juan Nemirovsky, María Celia Ferrero, Norman Brisky, Gastón Pauls, Carlos Resta, Coki Debernardi, Popono. Dirección: Gustavo Postiglione. Género: Policial. Salas: Monumental y Showcase.
Postiglione vuelve a arriesgar con su propuesta. Es su forma de hacer cine, le guste a quien le guste. El director rosarino, que se ganó un espacio en el podio del Nuevo Cine Argentino a partir de “El asadito”, apuesta al género policial en “Brisas heladas”. El nudo central se dispara sobre el cruce de los hermanos Bruno (Juan Nemirovsky) y Mabel (María Celia Ferrero), con una relación ambigua, pero más cerca de la traición que del amor. El robo de un bolso los enfrentará aún más y los pondrá de cara a sus miserias. Ellos desandarán viejos rencores familiares y lo mecharán con charlas sobre cine, música y tevé, en largos diálogos. Con sólidas actuaciones de Norman Brisky, como el villano de turno, y de Gastón Pauls, como el oficial de policía que debe resolver un asesinato, Postiglione desarrolla una trama con un cierre redondo, pese a que no se pueden soslayar algunos baches en la dinámica y ciertas situaciones poco creíbles. La ciudad de Rosario vuelve a ser protagonista y caen simpáticas las participaciones de Coki Debernardi y Popono, figuras del rock local. La música, en la que también colaboró el director, tiene sus puntos altos en la voz de Elli Medeiros, quien luce menos en su registro actoral. La película transita por la comedia y hasta por la tragedia clásica, con dispares resultados. Hay un guiño del cine dentro del cine en el comienzo del filme y un acertado tratamiento de la imagen y de la fotografía. Sin contar con un resultado logrado, es elogiable la actitud de búsqueda de Gustavo Postiglione.
Por Pedro Squillaci / Escenario
"Sentimientos que curan" ****
Intérpretes: Mark Ruffalop, Zoe Zaldana e Imogene Wolodarsky. Imogene Wolodarsky. Dirección: Maya Forbes. Género: Comedia dramática. Salas: Del Centro, Hoyts, Monumental, Showcase y Village.
“Sentimientos que curan”, el título argentino para “Infinetely Polar Bear”, es una versión hiperrealista de personajes de Woody Allen. Y lo más sorprendente es que fueron inspirados por la realidad: la historia se parece mucho a la de la directora Maya Forbes, descendiente de una de las dos familias más antiguas de Boston. Maggie (Zoe Zaldana) y Cameron (Mark Ruffalo) tienen dos hijas, forman una pareja interracial, ella de clase media y él de clase alta -aunque vive casi en la pobreza- y bipolar. De ahí el juego de palabras inventado por la hija menor por la semejanza fonética entre bi polar y polar bear.
Maggie es una mujer culta pero por su color de piel debe luchar por cada espacio profesional, además de hacerse cargo de la educación de sus hijas. Por eso decide dejar Boston para hacer una maestría en Nueva York. Y Cameron queda al frente del hogar. Sensible e ingenioso, el hombre tiene todos los tics allenianos, pero en versión políticamente incorrectas: fuma todo el tiempo, putea y toma alcohol, además de litio, clorpromazina y otras cuantas drogas. Y es como un niño al cuidado de sus hijas. Maggie lo resume así: “Vos tenés sangre azul. Cuando los blancos viven en la miseria, son excéntricos; cuando lo hacen los negros, no tiene ningún encanto”. Con un estilo entre el documental y la más formal de las películas, Forbes -una experimentada productora y guionista- evoca en su debut como directora su propia historia, pero pone en primer plano los afectos, con dosis justas de humor y drama.
Por Rodolfo Bella / Escenario
Por Martín Stoianovich