El ultraderechista Frente Nacional (FN) obtuvo un éxito histórico en la primera vuelta de las elecciones regionales francesas, con 30% de los votos a nivel nacional y en primera posición en seis de las 13 regiones de Francia. Desde ayer, el FN es el primer partido político de Francia. Un cambio histórico que fue acelerado por los atentados terroristas islámicos del 13 de noviembre pasado en París, pero que tiene sus raíces en la crónica crisis económica y social de Francia. El FN ya había avanzado sustancialmente en las elecciones de 2014 y en las departamentales de marzo pasado.
A nivel nacional el FN obtuvo ayer entre 29,5 y 30,8% de los votos, según diversos institutos de sondeo, bien por delante de la centroderecha (27% a 27,4%) liderada por el ex presidente Nicolas Sarkozy, y más aún del gubernamental Partido Socialista (22,7% a 23,5%) y sus aliados.
Regiones clave.El partido dirigido por Marine Le Pen quedó primero en al menos seis de las 13 regiones de Francia. Sobrepasa ampliamente a la oposición de centroderecha y al Partido Socialista y aliados en tres regiones clave: el norte (Norte-Paso de Calais-Picardía), donde se presenta la propia Marine Le Pen; en el sudeste (Provenza-Alpes-Costa Azul), donde la candidata es su sobrina Marion Maréchal Le Pen, y en el noreste (Alsacia-Champaña-Ardenas-Lorena), donde se presenta el vicepresidente del partido, Florian Philippot. Marine Le Pen obtuvo en el norte entre 40,3 y 43% de los votos. Marion Maréchal-Le Pen, entre 41,2% y 41,9% en el sudeste. Son números que auguran un triunfo del FN en el ballottage.
“Magnífico”.Tras anunciarse las estimaciones, Marine Le Pen afirmó que es un “resultado magnífico” que recibe “con humildad y un profundo sentido de las responsabilidades”. Podemos “realizar la unidad nacional que el país necesita”, agregó. Por su parte, Florian Philippot, reivindicó la condición de “primer partido de Francia”.
Estas elecciones regionales adquirieron un cariz nacional a raíz de los atentados de París. Son además el último test electoral antes de las presidenciales de 2017. Más de 44 millones de electores eran convocados a las urnas para elegir los consejos que gobernarán las 13 regiones del país, pero poco menos de la mitad de ellos votaron.
Tres semanas después de los más graves atentados sufridos en Francia, que dejaron 130 muertos y 350 heridos, las elecciones tuvieron lugar en estado de emergencia, con medidas de seguridad reforzadas alrededor de las mesas electorales.
El Frente Nacional, que está en buena posición para ganar por vez primera varias regiones en la segunda vuelta del próximo domingo, continúa la progresión espectacular que logró el año pasado en las elecciones municipales y las europeas y este año en las departamentales.
Los atentados de París anularon prácticamente la campaña para estos comicios y contribuyeron a desdibujar las diferencias políticas, en un clima en el que se mezclaron los homenajes a las víctimas, los llamados a la guerra contra la organización terrorista Estado Islámico y un auge de los símbolos patrióticos.
El partido de Marine Le Pen se vio ratificado en su discurso nacionalista y antimigrantes cuando se confirmó que dos de los terroristas suicidas de los atentados llegaron desde Siria a través de Grecia.
El factor Hollande. En cambio, los socialistas, que dirigían desde 2010 todas las regiones de Francia salvo una, no se han beneficiado del espectacular aumento de popularidad personal de hasta 22 puntos del presidente François Hollande, gracias a las medidas que tomó después de los atentados. Hollande mostró firmeza frente al Estado Islámico, redobló la guerra aérea contra el grupo terrorista y adoptó medidas de seguridad poco aptas para el paladar progresista.
La segunda vuelta de las regionales tendrá lugar el domingo próximo. Pueden presentarse las listas que obtuvieron al menos diez por ciento. El resultado de los comicios depende en gran medida de la actitud que adopten en la segunda vuelta el PS y Los Republicanos de Sarklozy en las regiones en las que el FN tiene grandes posibilidades de ganar. Podrían retirar sus listas en favor de la otra formación o aliarse para impedir la victoria de la extrema derecha. Sarkozy declaró anoche que no aceptará que sus listas se fusionen con las de los socialistas o se retiren en su favor, y llamó a “movilizarse en favor de la única alternativa posible, los republicanos”.
El primer ministro socialista Manuel Valls se había declarado dispuesto a “hacer todo” lo necesario para impedir una victoria del FN, pero después de los resultados el PS no se había pronunciado aún ayer por la noche.
Estas elecciones nacionales son las últimas previstas en Francia hasta las presidenciales de 2017, para la cual los sondeos colocan a Marine Le Pen en cabeza de las intenciones de voto en la primera vuelta.