Es lamentable que el saber construido desde las ciencias sea utilizado para confusión y colonización de subjetividades. Específicamente, estoy haciendo alusión a la manipulación por parte de algunos sectores provenientes de los medios de comunicación de masas y su articulación en juegos de poder desplegados en discursos de poder: ya sea a través del discurso médico y/o el discurso político. Le otorgamos al que habla un supuesto saber, cuya palabra se convierte en cita de autoridad bastardeando en situaciones como las vividas, la legitimidad de lo que ocurre dentro de una casa de estudios. Esto es preocupante. Se pone en un peligroso juego las prácticas específicas que la universidad a través de las habilitaciones otorgan.
Desde este lugar quiero hacer referencia a los diágnósticos médicos dados, mediante sólo mirar el rostro de una persona, o bien hacer de una causa judicial una trama novelezca obviando que un saber está destinado a resolver o encausar situaciones a las que están destinadas. Resolver o bien mejorar o dilucidar las situaciones para las que fueron consultados. Si un diagnóstico médico puede darse con sólo mirar a una persona, no me habilita lo anterior a automedicarme, que sea suficiente la experiencia de otro sufriente para obviar cualquier consulta al profesional específico. No me habilita a leer y decidir con un prospecto del que se desprende “un conocimiento”. Este peligroso espacio habilitado por profesionales me entristece y marca la decadencia de aquel prestigioso saber humanizado y humanizante que involucra a las prácticas profesionales. No permitamos que se cuelgue en el perchero de la indiferencia situaciones como las vividas que transforman la especificidad de un saber en un saber opinable. La universidad pública es un espacio de construcción de saberes cuyos egresados contraen obligaciones respecto al resto de la sociedad, puesto que es pública y para todos. Abierta porque contribuimos y elegimos como sociedad que así sea. Logro histórico social importantísimo y al alcance del que elija transitarlo. Pero todos debemos ser sensibles y responsables para reaccionar frente a la utilización de saberes no otorgados para los fines que fueron utilizados, desvirtuando la base social, ética y estética que cada graduado debe llevar al cruzar sus puertas.
Marta Elvira Sarra (UNR)
DNI 4.292.275
Como parte de nuestros rituales culturales, solemos diseñar gratificaciones con diferentes formatos: premios, reconocimientos y sobre todo aliento para que nuestros niños y jóvenes continúen creciendo, inventando, creando, salvando vidas y apagando desesperanzas que cotidianamente nos amenazan. En esta oportunidad, me refiero a Fabiana Francovich de Krivoy. Siempre me llamó la atención su pacífico andar y su sonrisa al saludar. La admiro por su capacidad de adaptación a los múltiples roles que concilia: madre de tres adolescentes, compañera de un excelente pediatra, hija, vecina y buena amiga, doctora en química, investigadora del Conicet, entre otros méritos, incluyendo el reciente premio (no es el primero) que acaba de ganar. Por supuesto, monetariamente es mucho más pequeño que si Fabiana jugara algún deporte de moda o se paseara por una tarima exhibiendo su aspecto físico. El premio Nacional L’Oreal-Unesco, “Por las mujeres en la ciencia”, fomenta investigaciones sobre la ciencia de la vida. Los bienes adquiridos con el dinero del subsidio son de propiedad de la institución de pertenencia del grupo de investigación. Fabiana, investiga en este momento, simplemente, cómo hacer que la fruta se mantenga más tiempo fresca. Gracias a ella, la prensa de afuera (no tanto la nuestra como suele ocurrir) destaca el nivel cultural y científico de nuestra ciudad y nace la ilusión de que otros jóvenes la puedan imitar y construir lo que los evolucionistas denominan “nicho cultural”, para que nuestra sociedad pueda mejorar. ¡Felicitaciones!
Mirta Guelman de Javkin
La utilidad del Congreso
Al aumentar el número de los integrantes de los grupos sociales se hizo necesaria una organización interna donde se distribuyeron trabajos a distintos integrantes, de manera de realizarlos con mayor calidad. Dentro de estos trabajos estaba el que oficiaba de director, en un comienzo un fuerte guerrero que los defendiera, luego un consejo de ancianos, más tarde un rey que dirigiera ejércitos y dictara y aplicara leyes. El deseo de poder del hombre hizo que el gobernante cada vez deseara no tener límites y dio lugar a revoluciones. Una forma de control fue el de las asambleas o congresos que ponían límites sin llegar a las revoluciones; es decir por evolución. Vemos que los países con sistemas parlamentarios tienen oportunidad de cambios de rumbo sin derrocar al Ejecutivo ya que el primer ministro es el fusible. En nuestro caso, de presidencialismo demasiado fuerte, un Congreso que no dé mayoría definitoria a un solo partido permitirá la obligación de diálogo y reflección de los temas a tratar.
René Fernández
Agradecimiento al Británico
Siempre lo supe o supuse que quienes abrazaban una profesión o trabajo de este tipo serían gente distinta a todas las demás. Gente que se dedica a la gente hay mucha, pero cuando uno depende de esa gente para todo y cuando digo todo es todo, y encuentra lo que necesita: me refiero a una palabra, una mirada, una charla que intenta paliar la soledad de la noche o una sonrisa. Cuando uno encuentra un equipo, como el personal de Unidad Coronaria y UTI del Sanatorio Británico, conformado por profesionales, enfermeros, mucamas, dedicado primero a tratar de que uno se sienta un paciente exclusivo entre otros pacientes que también reciben un trato exclusivo. Ese equipo debe valorarse y destacarse. Lo repito ese equipo debe valorarse y destacarse. Es lo que intento hacer con esta carta, que no llegará nunca a expresar mi agradecimiento y mis sentimientos de esos días de internación pero que tienen la intención de destacar una labor no fácil hecha con una sabiduría, un compromiso y una excelencia digna de llamar la atención.
DNI 13.159.736
Destronar a la muerte
La muerte sólo tiene importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida. Por ejemplo, Jesucristo venció a la muerte. Siempre la muerte entristece y sorprende, si has vivido dignamente lo lógico sería que mueras dignamente, cosa que no pasa generalmente.Es por ello que no debemos de temerle a la muerte, pues ella nos acompaña desde el momento en que nacemos. Lo que sí podemos hacer es criticarla, pues ella se comporta en forma muy irresponsable, porque en su devenir de muerte permanente a todos los seres vivientes, no se fija en quién matará primero o segundo, clase social, cargo político, sino que solamente ejecuta y cumple su cometido falaz. Por ello es que creo, que debemos de destronar a la muerte, producto de su propia irresponsabilidad, si bien es cierto que al no elegir su presa, sino que que lo hace de manera muy democrática, es decir elige a cualquiera, esa actitud es que la hace irresponsable. Alguien escribió “Voy a buscar a la asesina muerte y entregarle mi cuerpo, así puedo vivir tranquilamente”. Por mi parte, yo moriré un día cualquiera, de un año cualquiera, a cualquier hora. De manera que si estás vivo, nunca te detengas en tu camino, pues estarás retrocediendo, si bien la meta final será la muerte, bien vale la pena vivir la vida, por otra parte el arte de envejecer, consiste en conservar alguna esperanza de vida. Hay que estar agradecidos de la vejez, pues la misma es el precio de que estamos vivos. Entonces, adelante, no habrá fuerza capaz de detener a quien sueña, a quien construye aún sobre cenizas, a quien ama, a quien espera de la vida el momento mágico de una ilusión, a quien no olvida que el tiempo pasó, sí, pero no se llevó consigo tu corazón. Por tanto sueña. Yo le dí mi propio tiempo a la vida y se lo seguiré dando, supe esperar por resultados y seguiré esperando por otros, digo si destronamos a esta irresponsable, nosotros podremos manejar tambien el tiempo de morir.
Armando Torres
DNI 6.478.444
Obstrucción con derrame cloacal
La elección del título de esta nota tiene que ver con la paradoja que estamos viviendo los sufridos vecinos de la intersección de las calles José Hernández y Artigas, de nuestra ciudad, a metros del Portal Rosario Shopping y del Parque Náutico Ludueña. Hace más de dos años venimos reclamando infructosamente a la empresa Aguas Santafesinas la solución definitiva de la obstrucción con derrame cloacal que ocurre en dicha esquina, lo que constituye una cloaca a cielo abierto, repartida a todos lados por el incesante paso de vehículos. Los constantes reclamos, de los cuales tenemos los correspodientes comprobantes, a Aguas, Enress, Defensoría del Pueblo y medios de comunicación, no han logrado sino soluciones parciales e ineficaces. Hacemos responsables por dicha contaminación a la empresa, que pese a su inoperancia e ineficacia, continúa cobrando y encima con aumento, un servicio cloacal que es una auténtica vergüenza, sin solucionar el problema. Al gobierno provincial, por su desinterés y falta de control de estos “servicios”, mal privatizados, cuyos suculentos salarios sostenemos los contribuyentes, sin recibir a cambio un servicio de higiene elemental, lo que constituye un auténtico fraude, sin invertir en insumos básicos, ya que dicen que de los cuatro módulos que tiene la empresa sólo funciona uno “por falta de combustible”. Es necesario recurrir a instancias judiciales para defender nuestros básicos derechos. Ni siquiera sienten la presión de las próximas elecciones. El poder del pueblo se expresa en las urnas, quien dará el veredicto final.
Ana María Strubbia
DNI 6.378.155
Amor urbano y fidelidad
Mucho se ha escrito sobre el amor entre las personas a pesar que Schopenhauer decía que sólo es una estratagema de la naturaleza para la conservación de la especie. Freud, el trío Los Panchos y Manzanero dijeron lo suyo pero hablaron muy poco sobre el amor a los lugares, por ejemplo al barrio o a la ciudad. El mes de octubre se presta para este tema que intento relacionar con Rosario y que podríamos denominar amor urbano, un sentimiento que para entenderlo posiblemente deberíamos asociarlo al paso del tiempo, a la nostalgia y al irrenunciable sentido de pertenencia. Amo a Rosario (parece una frase publicitaria pero no lo es), así lo siento yo pero no sobre todas las cosas, pues como la mayoría tengo algunas prioridades, pero si la comparo con cualquier urbe, aún con las más bellas, me quedo con esta ciudad donde nací. Más allá de las características geográficas o constructivas que podamos describir, este sentimiento se focaliza fundamentalmente en la nostalgia sobre el barrio de la infancia y en los escenarios físicos que enmarcaron nuestros momentos trascendentes. Batistella y Le Pera escribieron versos inolvidables en Melodía de arrabal. No es casual que la trilogía temática básica del tango sea amor, ciudad y barrio en sintonía con los valores madre y contexto. Rosario también ha inspirado a varios poetas y muchas personas se identifican con estas añoranzas sentimentales pero otras dicen que se trata de un intento iluso e imposible en busca del tiempo perdido, ya que aquel barrio no existe más y la ciudad es otra. En estas líneas evocativas quiero decirte Rosario, que aunque no seas la misma, te quiero igual.
Omar Pérez Cantón