Una de las adolescentes amenazadas por un compañero de la Escuela Manuel
Belgrano continuará desde el lunes sus estudios de segundo año en otra escuela. La rápida
resolución se debió a la velocidad con la que el Ministerio de Educación facilitó los trámites de
traslado de M., quien ayer estaba feliz con la noticia. Mientras tanto, G., el chico de 14 años que
llevó una pistola semiautomática al colegio de Entre Ríos al 2300 y le gatilló junto a otras cinco
compañeras, deberá esperar los resultados de un psicodiagnóstico. En ambos casos, la labor de un
programa socioeducativo sigue vigente con la contención de los alumnos involucrados en el episodio
del miércoles pasado.
El caso de violencia escolar no tuvo el desenlace que los funcionarios del
ministerio hubieran deseado, pero tampoco reniegan ahora de la situación. Así, de las seis alumnas
agredidas, la adolescente que contó lo sucedido tendrá ahora otro destino escolar.
M. concurrió ayer junto a sus padres a su nueva escuela para presentarse ante
las autoridades y directivos aunque no trascendió cuál será para preservar a la estudiante. "Se
reintegra a sus estudios; toda la tramitación en el nuevo establecimiento fue facilitada por el
ministerio y ya el lunes comienza a cursar. Es la mejor noticia después de todo lo que pasó mi
hija", destacó Rubén Gómez.
Seguimiento. Esta nueva etapa de la adolescente seguirá acompañada de un grupo
de psicólogas enviadas por la cartera educativa y a mediano plazo otra profesional hará un
seguimiento para evaluar cómo fue su reinserción en la nueva comunidad educativa.
Mientras tanto, el futuro escolar de G, el adolescente que apuntó contra sus
compañeras de la Belgrano aún está por verse. Ayer, el coordinador del programa socioeducativo,
Fernando Tavella, dijo que el adolescente "deberá esperar hasta que esté el psicodiagnóstico y
luego quedará habilitado para concurrir a una nueva escuela". Este trámite estará listo antes del 6
de mayo.
Tavella aclaró que "el pibe no está solo. Por el contrario, está en permanente
contacto con sus padres". El miércoles pasado, en una hora libre del segundo año, cuarta división,
de la Belgrano, G apuntó con la pistola semiautomática GMC calibre 22 largo al pecho y a la cabeza
de M. Según la denunciante, "gatilló, se rió, dio media vuelta y siguió gatillando", lo que provocó
la conmoción en el aula y las posteriores repercusiones. Recién el viernes, agentes de la comisaría
5ª secuestraron el arma que la preceptora había identificado apelando a las propias compañeras del
agresor.