Ayer se intensificó la búsqueda del velero Tunante II, desaparecido el miércoles durante un temporal en alta mar a la altura del puerto brasileño de Río Grande do Sul. Los tripulantes de la nave, el reconocido oftalmólogo Jorge Benozzi, de 62 años, de San Pedro; Mauro Cappuccio (yerno de Benozzi), de 35 años; Alejandro Vernero, cardiólogo del hospital Pirovano, de 62 años, y Horacio Morales, de 62 años, debieron sortear una tormenta que generó fuertes vientos que arrancaron la arboladura y la hicieron capotar, en medio de olas de ocho metros de altura.
El operativo arrojó los primeros resultados ya que autoridades brasileñas a cargo del operativo de búsqueda confirmaron que uno de los aviones visualizó diez objetos blancos y amarillos flotando en la zona en la que se estima que estaría a la deriva el velero.
“La descripción realizada de esos objetos coincide con lo que podrían ser las velas, pero eso sólo puede confirmarse cuando esos elementos sean rescatados por los buques que participan del operativo”, señaló un vocero de la Armada Argentina, que también interviene en la búsqueda.
Advertidos de las novedades, familiares de los náufragos dijeron que los navegantes “quizás cortaron los obenques (los cables que sostienen al mástil) para evitar la rotura del casco”.
El hijo de Vernero, Tomás, dijo que la última comunicación que sus familiares mantuvieron con los tripulantes del velero de 12 metros de eslora fue a las 0.50 del miércoles, cuando llamaron para avisar que se quedarían sin batería en el teléfono satelital y precisaron que no estaban heridos, pero necesitaban ser rescatados. Esa misma madrugada, la nave en emergencia fue avistada por un barco noruego.
Vernero estimó que la embarcación está a unos 500 kilómetros de la costa brasileña, a la altura de la Laguna de los Patos, de Río Grande do Sul.
Ayer al mediodía arribaron a la zona de búsqueda la corbeta de la Armada Argentina ARA Rosales y otro barco que envió la Marina brasileña, que se suma a los dos aviones de la Fuerza Aérea Brasileña (uno con visión nocturna) y un remolcador militar brasileño que están barriendo la zona.
Navegantes experimentados. La hija de Benozzi, Giovanna, aseguró que los navegantes, cuya embarcación capotó (dio un giro de 360 grados) pero lograron mantenerla en flotación, tienen comida y agua para los próximos 15 días. Señaló que la “zona de rastrillaje es muy amplia”. “Nos dicen que el barco tendría que haber aguantado, que tuvo tres meses de preparación, estaba en excelentes condiciones a pesar de quedar a la deriva”, aseguró.
Además, contó que los cuatro navegaban “habitualmente” y que “tenían muchísima experiencia y cuentan con todas las herramientas para poder navegar, y sobre mecánica para arreglar el motor”.
En ese sentido, agregó que a la embarcación los argentinos le “habían hecho el motor nuevo, y ellos estaban preparados”.
Según Giovanna, el barco había zarpado el pasado viernes desde San Fernando rumbo a Río de Janeiro, y se cruzó con una fuerte tormenta cuando se desplazaba a unos 360 kilómetros mar adentro, a la altura de las costas del estado de Río Grande do Sul.
También ayer, la hermana de Vernero, aseguró que él “sabe mucho de navegación, no es un improvisado” y expresó que tiene fe de que los van a encontrar bien. “Mi hermano está habilitado para hacer estas travesías. Eso nos ayuda mucho a pensar que lo vamos a encontrar bien”, señaló, en diálogo con radio una radio porteña. Explicó que en la última comunicación satelital que mantuvieron con los tripulantes, ellos indicaron que “estaban bien” y que el “barco había dado un giro de 360 grados, pero volvió a su posición”. La mujer opinó que los hombres “deben estar sin poder controlar el barco, pero bien”.
Por su parte, el capitán de fragata Enrique Balbi, de la Armada Argentina, aseguró que la fragata Rosales ya está en la zona de búsqueda, que comprende un total de 300 millas de radio, y “se subordinó a las autoridades brasileñas”. “Los agarró (a los navegantes) un fuerte temporal”, indicó el marino, quien confirmó que el miércoles hubo rachas de 75 kilómetros por hora y olas de ocho metros de altura.