Los 2400 empleados de la metalúrgica Siderar de San Nicolás seguirán con sus
puestos laborales protegidos. El Ministerio de Trabajo extendió ayer hasta el 5 de febrero próximo
la conciliación obligatoria en el conflicto que los operarios mantienen con esta empresa del grupo
Techint y le pidió que "revise la drástica decisión de paralizar la obra".
La totalidad de empleados seguirán cobrando el salario pleno por las tareas que
realizan por estos días, cumpliendo las 8 horas de trabajo de lunes a viernes, pero sin la
posibilidad de agregar horas extras a sus jornadas, como fue de práctica habitual hasta que el
grupo liderado por Paolo Rocca decidiera, sorpresivamente, interrumpir a sólo cinco meses de su
finalización, una obra en la que ya invirtió el 66 por ciento del total proyectado.
Al atacar los puestos laborales, una cuerda sensible de esta etapa, el desafío
de Techint al gobierno nacional se profundiza. Desde la Casa Rosada dan garantías de que
transitarán todos los pasos legales necesarios para hallar una solución consensuada, pero si la
empresa mantiene su postura asoma la nacionalización como salida final. Desde el kirchnerismo
afirman que no permitirán que una empresa que ganó millones en los últimos años se dé el lujo de
explotar una bomba social en pleno cordón industrial, dejando sin trabajo a 2.400 personas.
Nacionalizar. "Si por mí fuera, ya estaría redactando la ley de nacionalización,
pero una decisión de ese tipo debería surgir de un amplio consenso", dijo a LaCapital José Díaz
Bancalari, diputado nacional oficialista, oriundo de San Nicolás y con llegada a la Casa Rosada.
"Se transitarán todas las instancias", añadió.
La primera etapa de la conciliación decretada por el Ministerio que conduce
Carlos Tomada concluía hoy. Por eso las partes se reunieron ayer en el piso 12 de Leandro Alem 650,
la sede central del Ministerio de Trabajo. La reunión fue corta y dura. No hubo avances. Martín
Barardi y Gerardo Rodríguez por Siderar y Raúl Pinque por Techint, se sentaron por el lado
empresario y no se movieron en nada de la postura drástica que habían mantenido hasta la fecha.
La reunión la encabezó el Tomada, junto a Noemí Rial, de la Secretaría de
Trabajo, y juntó a los máximos referentes sindicales metalúrgicos: Antonio Caló, secretario general
de UOM nacional y Naldo Brunelli, líder histórico de la seccional San Nicolás. También estuvieron
en la mesa de negociaciones Carlos Romero y Antonio Valiño, del sindicato de los albañiles, la
Uocra, el otro gremio que podría ser afectado si avanzaran los planes de achique que pretende
imponer el sector empresario.
Tensión.La estrategia de desinversión de Techint se sostuvo ayer. Y tensó aún
más el conflicto que, todo indica, se encamina hacia una pelea de larga. En el gobierno y en
sectores gremiales, crece la bronca contra una actitud empresaria para muchos incomprensible desde
lo económico y para otros directamente ligada a una venganza política contra el modelo
kirchnerista.
La relación conflictiva entre Techint y el gobierno nacional se da en el marco
del peleado proceso de nacionalización de Sidor (del mismo grupo) en la Venezuela de Hugo
Chávez.
Presión a aliados. La crisis en Argentina tendría vasos comunicantes con
Venezuela, por lo que Techint buscaría presionar a los aliados políticos Chávez- Kirchner con una
estrategia conjunta para lograr mejores posiciones en una negociación.
"No se entiende qué tipo de capitalismo promueve el grupo Techint, compraron una
empresa con poca plata, se quedaron con el monopolio de la acería —absorbiendo a una decena
menores—, ganaron un montón de plata, valorizaron el precio de sus acciones empresarias, y
ahora que la cosa no está bien como antes, resulta que quieren echar trabajadores, que tienen como
único recurso su fuerza laboral. Se trata de una visión equivocada", disparó Díaz Bancalari,
conocedor de todo el proceso económico de la industria.
Como no hubo nada nuevo para acordar, la audiencia de ayer terminó rápido. Las
partes se fueron acomodando pasadas las 15 y en menos de dos horas ya estaban otra vez caminando
por las ruidosas veredas.
Cuarto intermedio. "Cuarto intermedio, seguimos en una semana, todo igual",
comentó a LaCapital Naldo Brunelli, casi sin detener su paso, luego del fallido intento de
conciliación. "¿Hubo alguna propuesta nueva de la empresa, alguna flexibilización?", preguntó este
diario. "La empresa?, nada", dijo Brunelli, y acompañó lo dicho con un gesto negativo en su
cara.
Mientras, una fuente del Ministerio de Trabajo, ante la consulta sobre la
eventualidad de una posible ayuda directa del gobierno nacional para pagar salarios —como se
da en el caso de Paraná Metal, en Villa Constitución— miró con una sonrisa irónica y
contestó: "Aunque pueden pasar muchas cosas, sería de ciencia ficción que el gobierno nacional
termine poniendo plata para abonar sueldos que no pague el grupo Techint".
"Difícil negociación"
El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, calificó de "difícil negociación" la
mantenida ayer con representantes de la patronal y de los operarios de Siderar, en el programa "A
dos voces". Consideró que no hay justificación para posibles 2.400 despidos, desechó una posible
participación económica del Estado para solucionar el conflicto y afirmó que Siderar "viene de sus
años más importantes en rentabilidad y producción".