El juicio de Reinhold Hanning, de 94 años de edad, quien fuera guardián del campo de concentración de Auschwitz y es acusado de complicidad en la muerte de miles de personas, se inició ayer en Detmold, en el oeste de Alemania. Hanning escuchó en silencio el relato de un sobreviviente del campo en el primer día de audiencia, pero eludió pronunciarse sobre su rol en el Holocausto. El ex guardián del campo de concentración, cuyo estado de salud le permite solamente dos horas de audiencia por día, está acusado de “complicidad” en la muerte de al menos 170.000 personas entre enero de 1943 y junio de 1944. Es pasible de ser condenado a entre 3 y 15 años de prisión, una pena esencialmente simbólica dada su edad.
Juicios. Hanning es el tercer acusado de una ola de encausamientos tardíos, iniciada con la condena en 2011 de John Demjanjuk, ex guardia de Sobibor, condenado a 5 años de cárcel. El año pasado, también fue juzgado Oskar Groning, ex contable de Auschwitz. Otros dos antiguos miembros de las SS serán procesados a fines de febrero en Neubrandenburg y luego en abril en Hanau. De los 6.500 SS del campo que sobrevivieron a la guerra, menos de 50 fueron condenados, en un ambiente caracterizado en Alemania por el deseo de pasar página, y además debido a la fuerte presencia de ex nazis en la magistratura. No existe ninguna prueba contra Hanning de que haya cometido un acto criminal preciso. Se lo acusa de haber sido parte del “funcionamiento interno” del campo de Auschwitz, en el que fueron exterminadas 1,1 millón de personas, la mayoría judíos.
Hanning, un joven obrero que entró en las Waffen SS en julio de 1940, fue transferido en 1942 a Auschwitz. Perteneció a la Totenkopf, una unidad de las SS cuya insignia era una calavera, trabajó en el campo de base Auschwitz-I y supervisaba la llegada de prisioneros al campo de Birkenau.