Leí la carta de Carlos Italiano del 23-6-11 y coincido en todos sus conceptos en cuanto a la relación histórica, fraternal, y afectiva con la colectividad italiana. Yo soy hijo de inmigrantes italianos y me gustaría que ese idioma, que es bellísimo, fuera considerado como quiere Carlos. Pero lamentablemente ya perdimos la carrera y no hay ya valoración cultural, ni económica, ni utilidad científica, ni laboral, para que eso cambie. Cuando una persona se presenta para conseguir un trabajo, no le preguntan si sabe italiano, le preguntan si sabe inglés por una razón lógica. El idioma inglés ya se impuso en el comercio mundial. Todos los productos fabricados que necesitan alguna explicación de uso tienen el idioma original y también el inglés. Los chinos con su histórica puja con Occidente se dieron cuenta de que para conquistarlo comercialmente tenían que usar ese idioma y ya lo tienen incorporado en su plan de estudio. Lo interesante y útil es que haya un solo idioma universal. A mí me hubiera gustado el castellano o italiano, pero lamentablemente no pudo ser. Por lo que veo, el señor Carlos es presidente de la Asociación de Docentes de Italiano de Rosario, y por lo visto quiere que haya más trabajo para sus pares, lo que veo entendible, pero no veo bien que se obligue a imponerlo como segunda lengua en el plan de estudio. Yo recuerdo en mi paso por la secundaria que uno podía elegir entre inglés o francés, salvo en la Dante, que había italiano. Yo le diría que modere su petitorio y que por su problema personal no pretenda cambiar el diseño curricular del Ministerio de Educación .
Enzo Mainieri,
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