Una ciudad turística costera de China sufrió un inusual fenómeno: sus playas sobre el mar Amarillo quedaron cubiertas de una espesa capa de algas. La plaga llegó a cubrir 30 kilómetros cuadrados de arena y tiñó las aguas de verde.
Una ciudad turística costera de China sufrió un inusual fenómeno: sus playas sobre el mar Amarillo quedaron cubiertas de una espesa capa de algas. La plaga llegó a cubrir 30 kilómetros cuadrados de arena y tiñó las aguas de verde.
Especialistas atribuyen a una severa contaminación de las aguas por efecto de la agricultura y la industria.
Según la agencia de noticias Xinhua , los funcionarios de la ciudad de Qingdao (también importante puerto del centro este chino) han estado utilizando excavadoras para retirar 7.335 toneladas de algas de las playas.
El alga, del tipo Enteromorpha prolifera, no es tóxica para los seres humanos o animales, aunque puede cambiar la ecología del hábitat que se encuentra por debajo de ella, ya que bloquea la entrada de la luz del sol y absorbe el oxígeno del agua, sofocando la vida marina.
La última vez que se registró este fenómeno de estas características en el país asiático fue en 2008, pero en aquel entonces apenas llegaron a cubrir 13 kilómetros cuadrados de playa.
Ante este escenario, el gobierno local realiza tareas a fondo para limpiar las playas. Los operarios retiran al día más de 20 toneladas de plantas marinas, pero la playa igual sigue pareciendo un enorme y verde valle.
Los turistas de Qingdao han aprovechado el fenómeno para jugar y tomarse fotos en las verdes playas.
Autoridades chinas indicaron que la proliferación de algas comenzó a inicios de junio y se debe al aumento de la temperatura de los mares.
Sin embargo, Christopher Bolch, experto en algas de la Universidad de Tasmania, le dijo a la cadena CNN que los brotes masivos de algas se deben a "altos niveles de nitritos y fosfatos en el agua, generalmente producidos por desechos agrícolas o aguas residuales".
El fenómeno, sin embargo, no impide a los turistas que vistan la ciudad sumergirse en el mar cubierto por las plantas, que usan para vivir una experiencia singular. A escasos metros, las excavadoras rastrillan la arena y cargan camiones con las algas. También hay lugareños que se aventuran con sus botes y navegan en las espesas aguas.
Las autoridades de la ciudad no han prohibido el ingreso de bañistas a las playas.