Familiares, compañeros de trabajo, amigos y simples vecinos despidieron ayer a los siete bomberos y dos guardias civiles fallecidos en el incendio y derrumbe ocurrido anteayer en el barrio porteño de Barracas, con emotivas ceremonias en distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires y el conurbano.
La ceremonia principal se desarrolló en el cementerio de la Chacarita, donde fueron inhumados cuatro de los efectivos de la Policía Federal caídos en servicio.
La misma autobomba que llevó a los infortunados bomberos hasta el depósito de Barracas —la 102— integró el cortejo repleta de coronas y flores detrás de los autos fúnebres que llevaron los restos hasta el cementerio.
El arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, destacó en el responso la "bendita vocación de servicio" y "la entrega de la vida" de los bomberos, horas después de que el Papa Francisco hiciera conocer su "profunda pena" por la "dolorosa noticia".
"Fue raro". A todo esto, mientras una fiscal inició las investigaciones, expertos en la materia consideraron que "fue raro" el siniestro y se preguntaron por qué no funcionó el sistema de prevención de la compañía.
El incendio se registró el miércoles cerca de las 8.15, cuando se reportó fuego en el galpón de la empresa Iron Mountain, hacia donde asistieron distintas dotaciones.
La caída de una pared sepultó y provocó la muerte de los trabajadores, entre ellos el jefe de bomberos de la Policía Federal, comisario inspector Leonardo Day.
"Yo estuve un par de horas en el incendio y lo que pude ver es muy extraño", dijo el presidente del Consejo Nacional de Bomberos Voluntarios de Argentina, Carlos Alberto Ferlise.
Ferlise explicó que en este tipo de siniestros las paredes suelen desmoronarse o caer hacia adentro y "nunca" hacia afuera, como ocurrió esta vez.
"Nunca un incendio es igual a otro y lo que pasó es una fatalidad. Pero generalmente pasa lo contrario, las paredes ceden para adentro", sostuvo.
En tanto, el director del cuartel de bomberos voluntarios Vuelta de Rocha, de La Boca, Antonio Sette, se preguntó "por qué no funcionó" el sistema contra incendios de la empresa IRM.
"El sistema contra incendios, el plan de evacuación, según tengo entendido, era la característica de la empresa. La pregunta sería: ¿Por qué no funcionó?", interpeló.
Sette reconoció, sin embargo, que "fue un fuego muy intenso y, a lo mejor, no estaba prevista una carga de fuego tan grande o había un exceso de material en depósito".
El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, consideró en cambio que el siniestro fue "una fatalidad" y negó que no exista un protocolo de emergencia para actuar. Destacó que "el sistema de alerta funcionó" y que "la respuesta fue muy rápida".
El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, en tanto, estuvo en el sepelio del comisario Day donde dijo que "es un momento de mucha tristeza" y destacó la personalidad del policía. Con respecto a los siete bomberos que resultaron heridos ayer se supo que se encontraban "estables" y "fuera de peligro", mientras algunos de ellos fueron dados de alta, como Martín Cóppola y Nicolás Scorza.
Velatorio. Los seis servidores públicos de la Policía Federal fueron velados en el Salón Dorado del edificio central de la fuerza, en avenida Belgrano y Virrey Cevallos.
Allí fueron despedidos el comisario Day, la subinspectora Anahí Garnica, los cabos primero Eduardo Adrián Canessa y Damián Béliz, y los agentes Maximiliano Martínez y Juan Matías Monticelli.
En tanto, el bombero voluntario Sebastián Campos fue velado en el cuartel de Vuelta de Rocha, del barrio de La Boca. Los agentes de Defensa Civil del gobierno porteño José Luis Méndez y Pedro Baricola fueron velados en distintos puntos del conurbano. Méndez fue despedido en Wilde y Baricola en Villa Adelina.