Acabo de leer la reciente observación o escrito del Sumo Pontífice sobre el uso de preservativos y me doy cuenta que todavía no ha captado como es la realidad de la vida del hombre en pareja o en matrimonio, esquema de vida diseñado por Dios como también lo hizo con una gran mayoría de seres vivos en donde el ingrediente del sexo constituye un detalle fundamental para la sobrevivencia y procreación de las especies. A este diseño de la reproducción se le agregó un condimento especial para aumentar la utilización del método reproductivo, que es el goce o placer en utilizar el procedimiento por lo cual lo hace muy requerido y apetecido en extremo por los seres humanos y demás seres vivientes. Al respecto hay que recordar que una falla a esta regla del deseo en los osos panda está produciendo un peligro de extinción de esta hermosa especie y la ciencia está realizando lo imposible por resolver la falta de "ganas" de copular. Creo que el Papa, a esta altura de la universalidad de los conocimientos, debería saber que 7.000 millones de habitantes sobre nuestro planeta es un número elevado de población a lo cual hay que darle la mayor longevidad que promueve la ciencia pese a las mortandades producidas por epidemias, guerras, catástrofes. El exceso de población hace que se contaminen las aguas de ríos, lagos, y se extingan los peces, como en nuestro rio Paraná; se talen montes y selvas, se afecte el clima y se crean zonas desérticas. Aconsejar que no se usen métodos anticonceptivos en esta época me parece no ver el problema en su total dimensión. Por eso veo con júbilo que el Papa haya revertido su anacrónica posición restrictiva. Aleluya.