Al secretario general de la Unión Ferroviaria la policía lo ubicó viviendo en un departamento en Puerto Madero, que es la zona inmobiliaria más cara del país, y por orden judicial lo apresó. El título de este epigrama podría traducirse como "La clase rica y ostentosa de la fiesta sindical". La ciudadanía escucha comentarios de ostentación de riqueza por algunos dirigentes sindicales en casas, autos, estancias, haras de caballos de carrera, participación en empresas de servicios, entre otros; y los que viajan por el mundo pueden verlos en Porto Cervo, de la Costa Esmeralda de Cerdeña, o las playas de Florianópolis, lo que no sería criticable si esa riqueza fuera el producto del trabajo y esfuerzo en el marco de la ley. La ciudadanía percibe que esa riqueza se genera con mecanismos de corrupción, violencia y delincuencia, creando un sordo y creciente repudio a la dirigencia de la corporación sindical. El país vive soportando la fiesta sindical, que tendrá su fin como todos los procesos en los que se violan la cultura y los valores sociales. Su fin no será pacífico, porque los delincuentes pelearán para mantener su botín, pero la sociedad no tiene otra alternativa que enfrentarlos, y para ello debe saber que son poderosos y aguerridos.