En Rosario hay una repentina invasión de lugares que venden empanadas muy económicas a entre 45 y 55 pesos la unidad. El fenómeno vino exportado desde Buenos Aires, donde hay cadenas con múltiples locales. Son franquicias que las elaboran de forma centralizada en grandes cantidades para reducir costos, y mandan las empanadas ya elaboradas (en algunos casos, congeladas) desde la Ciudad Autónoma o el Gran Buenos Aires. En los locales no hay cocina: solo se instalan los hornos, las conservadoras en frío y un mostrador. Suelen ser franquicias relativamente económicas, que permiten montar un comercio con poca inversión, ya que cobran un canon e inclusive en algunos casos mandan los dispositivos para cocinarlas.
Si bien ya venía en alza, el crecimiento del rubro se aceleró en 2020. Las sucursales se multiplican y ya son unas 29, en especial en la zona céntrica, ocupando muchos locales que quedaron vacíos durante la cuarentena. Para dar algunos ejemplos, Tomasso lleva 4 sucursales, Kiosco de Empanadas abrió 8 y Solo Empanadas ya va por 7, Fabrica de Pizzas habilitó 3, pero hay otras como Sabores Express que ya cuentan con 2 y piensan en seguir abriendo, Fly Morfi que también posee 2 bocas de expendio y La Tercera Docena, que cuenta con 3 locales. Comenzaron en el centro pero están apareciendo en Echesortu, Pichincha, Lourdes, ya desembarcaron en zona norte, y quieren incluso expandirse a localidades aledañas.
Lo más irresistible es el precio: una docena de sabores clásicos parte de los 540 pesos. "Que sean tan baratas cierra por la ecuación del monoproducto, que genera una cuantificación sin pérdida. Es un precio cautivante, muy popular. Tienen un horno continuo donde ponen la empanada en una cinta y sale cocinada en pocos minutos", explicó Carlos Mellano, presidente de la Asociación Hotelero Gastronómica de Rosario, quien consideró que "el formato vino para quedarse" dado el marco económico y sanitario. Esta línea económica se caracteriza porque cada empanada pesa entre 70 a 80 gramos, contra 100 de las primeras marcas como Morita, que tiene 13 sucursales.
Desde la Secretaría de Desarrollo Económico y Empleo del municipio apuntaron que el de las empanadas low cost semi industriales es un fenómeno de consumo que tiene que ver especialmente con los delivery, en un año donde se dieron circunstancias simultáneas: disponibilidad de locales para alquilar, explosión de las aplicaciones y más gente en casa pidiendo comida con menos dinero disponible, ya que es la opción más económica para resolver un almuerzo o cena. Es que la pandemia generó una suba de las ventas en rotiserías, pizzerías y otros locales de alimentos elaborados: las personas salen menos, y pedir es mucho más barato que sentarse en un bar o restaurante.
Todoterreno
Matías Mathey, representante de Morita, Solo Empanadas y Kiosco de Empanadas en la ciudad, destacó que el boom se da porque son productos de consumo masivo, de cocción rápida y atemporales: "En verano podés resolver no cocinar pidiendo, y en invierno es un producto caliente. Es de fácil preparado y de rápida entrega, no es un plato tan elaborado y eso te permite competir con restaurantes que tienen que preparar cosas más complejas. Es accesible, podes atender a público que quiere empanadas clásicas, gourmet o vegetarianas. Tenés muchas opciones cuando comprás una docena", detalló el coordinador de las marcas que ya tienen 31 locales en Rosario.
A nivel operativo, se trata de una estructura simple de rápido montaje, que permite salir con menos personal a trabajar para formar un comercio. Un restaurante necesita trabajadores que sepan de gastronomía, pero en cambio en estas franquicias, donde los procesos son estandarizados y mecánicos, no se necesita personal especializado ni con conocimiento de cocina: lo puede atender cualquier persona que aprenda a manejar el horno de cinta, ya que la actividad solo consta de tomar pedidos, calentar, cobrar y entregar. Manejan un portfolio de productos chico, con un control de stock muy claro, y el recupero de la inversión es de 12 a 18 meses, según el lugar geográfico y la expertise del franquiciado. En un 70 por ciento son inversiones secundarias de personas que hacen otra actividad.
"Nuestras empanadas, que son un producto fresco, permiten la cocción en 5 minutos. Se cocina la masa, pero el relleno ya viene elaborado. Tiene otro tipo de sabor, te permite tener internamente otro formato que el congelado no porque viene tipo pasta o cubeteado. Es semi industrial, conserva aspectos caseros", confió Mathey. Sin embargo, esto complejiza el manejo de los vencimientos, que son más cortos, de una semana en lugar de tres o cuatro meses como los freezados. "Nosotros recibimos seis fletes semanales desde la planta de Martínez, y el congelado trae una vez al mes. Pero privilegiamos el sabor", destacó el representante.