El cajero de un complejo gastronómico del centro porteño resistió ayer a golpes de puño que tres delincuentes armados robaran en el local y logró que huyeran sin llevarse nada.
El cajero de un complejo gastronómico del centro porteño resistió ayer a golpes de puño que tres delincuentes armados robaran en el local y logró que huyeran sin llevarse nada.
El episodio sucedió ayer a la mañana, pasadas las 10, en el complejo La Pasiva, situado en avenida Corrientes 1743, casi esquina Callao, donde funciona además un teatro que administra el humorista y empresario Nito Artaza.
Tres hombres ingresaron al local y mientras uno se quedó en la barra los otros dos simularon ser clientes, se sentaron a una mesa y pidieron café y el diario.
Según contó ayer a la prensa el gerente del local, Héctor Rodríguez, en un momento los hombres demostraron sus intenciones: exhibieron armas, se aproximaron hasta donde se hallaba él y lo amenazaron con fines de robo.
Saltó el mostrador. Al advertir la maniobra, el cajero del restaurante, identificado como Francisco Sepúlveda, "reaccionó, saltó el mostrador y se abalanzó sobre los asaltantes para impedir el robo", contó el gerente,
"Este chico reacciona; fue una reacción temperamental impresionante que nos llamó la atención a todos. Los agarra (a los ladrones) literalmente a trompadas, con el arma encañonándole la cabeza", relató Rodríguez.
El cajero, de 26 años, saltó por encima de la caja y enfrentó a puñetazos a los tres delincuentes, primero solo y posteriormente con la ayuda del gerente.
Los asaltantes, entre frases amenazantes, no accionaron sus armas y decidieron retirarse.
La reacción del cajero hizo que los delincuentes se tomaran a golpes de puño con él y luego escaparan del local sin llegar a concretar el robo.
Sepúlveda sufrió algunos golpes en el rostro y en la parte posterior de la cabeza, aunque se encontraba fuera de peligro.
El cajero dijo que hizo "lo que debía" y recordó que tiempo atrás fue "subcampeón juvenil de lucha".
"Es lo que tenía que hacer y, como siempre digo, cuando uno obra correcto debe salir bien", expresó Sepúlveda.
En tanto, el gerente del local contó que los delincuentes salieron rápidamente y escaparon y, a pesar de que la policía llegó enseguida, no fueron detenidos.
Los movimientos de los asaltantes y la reacción del empleado quedaron registrados por las cámaras de seguridad instaladas en el local, que fueron entregadas a la policía de la seccional 5ª, donde radicaron la denuncia, y a la Justicia con el fin de poder analizarlas e identificar a los tres asaltantes.
Tener cojones
“Soy colombiano y estoy acostumbrado a esto, a tener cojones”, dijo ayer el cajero Francisco Sepúlveda a la prensa, tras su arriesgada faena en el restaurante porteño La Pasiva. El empleado de 26 años justificó su acción al decir que defendió el lugar porque es el que le “da de comer”.