El decreto reglamentario para la implementación de controles de narcolemia a los conductores de vehículos en Rosario puede estar listo en 10 días, en tanto el Ejecutivo municipal ya determinó que se controlará anfetaminas, opiáceos, cannabis, cocaína, metanfetamina y metadona. Esos fueron los principales aspectos que trascendieron de una reunión desarrollada ayer en la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad.
De esta manera, continúa sumando bríos, detalles, y más definiciones la iniciativa de realizar este tipo de fiscalización en las calles rosarinas.
Durante el cónclave, políticos y funcionarios relacionados a las áreas de control coincidieron en que no es la intención de esta futura normativa perseguir a los consumidores de drogas, sino evitar que conduzcan automóviles bajo los efectos de las drogas.
Vale recordar que el proyecto también incluye el ofrecimiento a los adictos de la posibilidad de acceder de manera voluntaria a un tratamiento médico y terapéutico, a través de reconocidos centros de salud públicos de la ciudad.
Así, con viento a favor, se encuentra en plena etapa de elaboración el decreto que reglamentará los controles de narcolemia.
En estos 10 días, y en forma paralela, se comenzarán los procesos licitatorios o contractuales para adquirir los dispositivos para efectuar estas tareas en las calles, a través de controles sobre la saliva. La idea es que se efectivicen conjuntamente con los de alcohol, en el mismo momento.
De acuerdo a lo convenido en el encuentro de ayer, se definió que se controlarán anfetaminas, opiáceos, cannabis, cocaína, metanfetamina y metadona. Y cada droga tendrá su punto de corte, medida en nanogramos.
En la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad estuvieron el concejal Jorge Boasso, autor de la iniciativa; la subsecretaria de Salud, Silvia Marmiroli; el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago; el subsecretario Guillermo Turrin; el director general de Tránsito, Gustavo Adda, y algunos profesionales médicos que colaboraron para poder seguir avanzando con la implementación de los controles de narcolemia.
Ya en la primera reunión, la intendenta Mónica Fein había decidido realizar encuentros con las diferentes áreas para ir definiendo la ejecución de la ordenanza 9.195. De esta manera, la reunión de ayer es otro paso en el mismo sentido de concreción.
En relación a las particularidades de la forma de implementación de estos controles, Boasso señaló ayer que “se comenzará en forma preventiva, educativa y experimental”. Y destacó: “No habrá sanciones, sólo apercibimientos y entrega de folletería. Recién luego de los 90 días se aplicarán las mismas sanciones que con el alcohol: multas y retiro de licencias de conducir”.