Después de una espera que se prolongó por más de 9 horas, la Conmebol anunció anoche que descalificó a Boca de la Copa Libertadores por los incidentes ocurridos en la Bombonera y que obligaron a la suspensión de la revancha de los octavos de final contra River, que de esta manera se clasificó a la siguiente instancia. El castigo para el club de la Ribera incluye jugar a puertas cerradas los próximos cuatro encuentros de local en competencias continentales, mientras que en otros cuatro que dispute de visitante no podrán concurrir sus hinchas. Para completar una pena que resultó leve luego de que se habló de un castigo ejemplificador, fue multado con 200 mil dólares.
El día de ayer se extendió más de la cuenta. Si bien se esperaba que la sanción se conociera alrededor de las 15, recién salió a la luz a las 22.38. Y fue mucho más suave de lo imaginado. Es que ante la gravedad de los hechos, se especulaba con que Boca fuera suspendido de futuras competencias continentales y también que se le prohibiera jugar en la Bombonera. Pero nada de eso ocurrió.
El vicepresidente de la comisión disciplinaria de la Conmebol, el uruguayo Adrián Leiza Zunino, brindó una explicación sobre la pena que se le aplicó a Boca.
“A la hora de decidir, hubo un atenuante en la sanción porque Boca hizo una denucia en la Justicia argentina. Mostró voluntad para que se detenga al culpable y tenga una sanción penal”, argumentó a la señal de cable TN. Y agregó: “Si no hubiera habido ese atenuante, a Boca se lo podría haber castigado con una suspensión para torneos internaciones”.
La larga jornada de ayer había comenzado con el descargo que hizo Boca ante el tribunal disciplinario de la Conmebol, en una audiencia de emergencia. El club presentó un alegato de más de 50 páginas, con la intención de que se completen los 45’ pendientes del encuentro ante River.
Si bien ese deseo no prosperó, lo cierto es que Boca la sacó barata con la sanción.
