Es una postal clásica cuando empiezan los calores fuertes: el colectivo parado, la tapa trasera levantada, el chofer intentando reanimarlo, y los pasajeros esperando en la vereda, buscando un poco de sombra, a que llegue el próximo que los lleve a destino. Los chats de grupos vecinales de distintos puntos de la ciudad estuvieron al rojo vivo desde que llegó la ola de calor, registrando unidades que se dan por vencidas en la vía pública, de diversas líneas, en especial los coches más viejos que salieron de los galpones para tapar agujeros.
Así lo confirmaron desde Vecinales Rosarinas Unidas, quienes recopilan información de problemas referidos por usuarios que presentan periódicamente en reuniones con el Ente de la Movilidad. Allí han recibido, además de los reclamos usuales por falta de frecuencias, coches que no respetan recorridos por cuestiones de seguridad, y canceladoras que fallan, dos quejas nuevas: coches detenidos por roturas y el no funcionamiento de equipos de aire acondicionado.
Las líneas señaladas son la 127, la Q, la K, 126, 138, 103, 107 y 122 rojo y verde, entre otras. Algunos se rompen y ahí quedan, otras paran preventivamente, ante el recalentamiento de motores y baterías, o marchan a muy baja velocidad para que se enfríe. Paralelamente, y no se puede decir a ciencia cierta si es por la misma razón, muchas circulan sin el aire acondicionado prendido, en el mejor de los casos con ventanillas y puertas abiertas. Parecería que depende de la decisión del chofer, si lo prende o no. Y la duda es si no tienen órdenes de las prestatarias para no hacerlo.
“El sábado a las 15.30 tomé un interno de la 127 Movi, en Francia y 27 de Febrero. Cuando el semáforo le dio paso, no arrancó y nos invitó a pasar a la Q que estaba a la par y marchaba a paso de hombre por recalentamiento de batería. Tomé el siguiente 127 y unas cuadras más adelante el interno 31 del trole estaba detenido y sin pasajeros, enfriando baterías. Hasta que llega a Mendoza y coloca las lanzas en catenaria, debe moverse lentamente. ¿Estas son las soluciones?”, se preguntó una usuaria que documentó muy bien su caso.
Otro vecino de barrio Alvear especificó que “con esta temperatura, uno de cada diez colectivos te deja a pata. Antes paraban, pero ahora emiten una señal de advertencia y el chofer para el colectivo de forma precautoria antes de que se rompa. Me pasó en un 107. Después de esperar más de media hora el 127 o la Q en Francia y bulevar Segui, lo tomé pero hizo una cuadra y el colectivo paró preventivamente”.
Más en el privado
Mariano Antenore, de Amigos del Riel, cree que el fenómeno tiene que ver con la antigüedad y el mantenimiento preventivo, ya que los coches descompuestos se ven más en las líneas de la empresa privada. “En Movi no se aprecian muchos coches rotos. Es más hay mayor cantidad con el aire funcionando. Pero Rosario Bus tiene el 50% de su flota con diez años o más en la calle. El índice de rotura es muy grande, los coches se están viniendo abajo”, comentó. “El aire acondicionado exige más esfuerzo al motor, pero no necesariamente todos los coches que se rompen tienen el aire prendido. La mitad de los de Rosario Bus no lo tienen en funcionamiento, no sabemos si porque no andan o porque los choferes tienen órdenes de la empresa de no encenderse. Las unidades son un horno, y todavía circulan coches que tienen los vidrios herméticos”, detalló.
Según fuentes oficiales, a partir de diversos reclamos recibidos la Secretaría de Movilidad envió órdenes de servicio a Rosario Bus para que pongan en condiciones el equipamiento, o encenderlo en los casos en los que funcione. El último fin de semana comenzó la recarga de algunos equipos. “Estas situaciones se dan en muchos casos a partir de las altas temperaturas y las altas exigencias a las que se someten a estos equipos. Cuando una unidad tiene roto el sistema de refrigeración, debe salir de circulación en la punta de línea y ser sustituida por otra”, explicaron.
En cuanto a los coches rotos, desde el municipio aportaron que ante las altas temperaturas, suele ocurrir que algunos vehículos presenten alguna falla vinculada al recalentamiento del motor. Con el aire acondicionado encendido, se exige más el motor y como consecuencia eleva la temperatura y la presión del agua del circuito refrigerante. Esto puede tener diversas consecuencias: se sopla la junta de tapa de cilindros, la junta de tapa de compresor de aire, se dañan mangueras, aparecen más pérdidas de agua, rotura de ventilador por sobre exigencia del mismo o roturas de correas.
Efectivamente, para evitar situaciones extremas y prevenir un desperfecto que saque a la unidad de circulación durante varios días, en el tablero hay un indicador de temperatura que cuando se recalienta enciende la alarma. El conductor debe parar inmediatamente la unidad y dar aviso al centro de monitoreo para su mantenimiento. En los casos más sencillos la reparación se realiza en el lugar y se retoma el servicio, y en los más complejos en el galpón de cada una de las empresas. Ambas empresas cuentan con una flota de reserva entre el 7% y 10% del total, que se utiliza para suplantar de manera inmediata estas unidades. En la gran mayoría de los casos, los daños no son significativos y los vehículos vuelven a estar diponibles entre 24 y 48 horas después.
La situación se agrava porque se pusieron coches más antiguos en calle para que la flota crezca mientras llegan los nuevos. En tanto, admitieron que se está exigiendo al máximo los vehículos disponibles, ya que ante los fuertes incrementos (triplicaron su precio en los últimos tres años) y la imposibilidad de compra inmediata porque no hay stock, se intenta que estén en calle la mayor cantidad de tiempo para que el servicio no resienta su frecuencia.
Vecinos piden representación
Para Ximena Aleman, de la vecinal Maradona, “el problema no está en que los coches se rompan o paren preventivamente, porque se entiende que estas altas temperaturas son insostenibles. El tema neurálgico sigue siendo las demoras entre coche y coche y las esperas son eternas. Es ahí donde se produce la mayor bronca entre los usuarios”. En barrio Agote el fin de semana se vio un coche de la 107 negra que quedó roto, cruzado en San Lorenzo y San Nicolas, obstaculizando el cruce de calle y la parada de otros colectivos.
Desde Vecinales Rosarinas Unidas aprovecharon para quejarse por la falta de representación de los usuarios en la comisión de seguimiento del sistema de transporte. “Nunca hay participación ciudadana, otra vez cometen el error de dejar afuera a la gente que sufre en primera persona las complicaciones del transporte público. Tendría que haber por lo menos un representante de cada distrito para ser consultados, hacer alguna objeción y ser tenidos en cuenta”, se quejó Melisa Herrero, referenta de la organización.
Claudio Gershanik, vecinalista de Tablada, opinó en el mismo sentido: “La preocupación de la gente es por las escasas frecuencias, y ya está anunciado que en enero se reducirán más por la falta de los alumnos, sin tener en cuenta que los trabajadores necesitan llegar a sus puestos. Nos preocupa que la normalización se está haciendo otra vez desde la computadora y sin escuchar a los pasajeros”, finalizó.