“Si vas a hacer un protagónico, hacelo en serio; tenés que estar bien no solamente delante de la cámara, sino también ser un líder positivo detrás de la cámara”. Con esa actitud proactiva el actor rosarino Christian Sancho encaró su primer rol protagónico en cine en “Un crack”, que se estrenó en la plataforma Amazon. La película narra la historia de un jugador de fútbol que ve frustrada su carrera en Estados Unidos luego de una lesión. De regreso en Argentina, se propone reinventarse como representante, pero en el camino aparecen antiguos rencores y conflictos familiares y personales.
Para este trabajo Sancho convocó, como una iniciativa propia sugerida al director Jorge Piwowarski, a dos rosarinos ilustres e internacionales: el futbolista Maxi Rodríguez y el reconocido artista plástico Andrés Mariani, radicado en Barcelona. Ambos participan en el filme de diferentes formas. El primero interpretándose a sí mismo y el segundo con un cuadro hecho especialmente para la película.
—¿Cómo estás viviendo tu primer protagónico en cine?
—La verdad que muy contento. La cuarentena nos dio la posibilidad de reencontrarnos desde un lugar nuevo y es uno de los primeros estrenos de cine argentino con Amazon a nivel mundial. Tuvo una repercusión increíble y nos da mucha felicidad. Cuando empezó todo esto nosotros íbamos a estrenar en mayo, con avant premiere en Rosario, Córdoba y Buenos Aires, porque está Maxi, porque las tres ciudades son muy futboleras como todo el país. Así apareció la posibilidad de la plataforma, algo que nos parecía fundamental poder viralizar la película a nivel mundial. La gente que vio la película el día del estreno jamás hubiésemos imaginado tenerla en el cine y que se hubiese necesitado un año de exhibición en una sala. Además teníamos mucha confianza porque la película viene con un recorrido en festivales de Europa y Latinoamérica. La pandemia lo puso en pausa y ahora lo estamos retomando desde un lugar nuevo que me parece que es el que a venir a partir de ahora.
sancho maxi.jpg
Maxi Rodríguez y Christian Sancho durante una pausa del rodaje.
—¿Para la industria, al menos para las películas terminadas, esta situación y las plataformas son una oportunidad?
—Los chinos dicen que las crisis son oportunidades y para mí, tanto la pandemia como la cuarentena y esta película me involucraron en una oportunidad y en una bendición. Cargarme el protagónico era un desafío enorme. Ya había transitado este tipo de género en “Botineras” y me había quedado esa cuenta pendiente de hacerlo en cine con un personaje distinto, pero dio la casualidad que el tema que se aborda es el fútbol. En aquel caso era un futbolista gay, en este es un futbolista frustrado. Me parece que hoy en el mundo el fútbol ganó en espacio y muchos papás buscan a Messi. Por eso también tuvo tanto éxito en Europa. Argentina y Brasil son los mayores exportadores de talentos jóvenes. Eso me dio la posibilidad de encontrarme con un personaje que tenía mucha humanidad y eso me gustó, y me involucré desde un lugar distinto.
—¿Cómo se involucra Maxi Rodríguez en la película?
—A la producción le pedí trabajar como una especie de productor ejecutivo en ciertas cosas y siento que hice dos grandes aciertos. Primero, la participación de Maxi Rodríguez. Las escenas que hace Maxi con Gaby, su mujer, nacen de una escena que estaba escrita para un actor que interpretaba a “El Emperador”, un jugador consagrado con el que el que el mío confrontaba su decepción, con esa sensación de lo que no fue. Cuando leí el guión le dije al dije al director que esa escena no era creíble porque perdía credibilidad que lo haga un actor y a mí como protagonista no me dejaba bien parado por lo que tenía que contar. Así sugerí a Maxi. El pudo y para mí fue hermoso. Esa escena le pasa a cualquier futbolista constantemente, de gente que se le acerca, que lo saludó hace 15 años y le pregunta si se acuerdan. Así que decidí que iba a poner a un jugador que no sólo lo conocen en Argentina, sino a nivel mundial y tiene el cariño de la gente.
sancho afiche para web1.jpg
El artista plástico Andrés Mariani realizó especialmente una obra que aparece en varias escenas y que se utilizó como afiche de la película.
—¿Cómo se suma el artista plástico rosarino Andrés Mariani?
—Es un aporte que hizo un gran amigo que vive entre Barcelona y Argentina. Hizo el cuadro que aparece en la pared detrás de la cama y el afiche es una obra de él. El director me planteó poner una foto mía y le dije que no debería ir una foto mía. Le dije que definiría esta película como una obra de claroscuros y que me encantaría que ese objeto sea una obra de arte. Me reuní con Andrés y le llevé el guión. El trabaja con muchas estrellas del fútbol, como Messi, Dybala, Zanetti, Valdano, y le sugerí que me gustaría que la haga. Les encantó y quedó como el afiche. Y no sólo es un gran afiche sino que además quedó nominado como mejor afiche en distintos festivales en el mundo, como el DaVinci International Film Festival. Además nos sorprendieron mucho las nominaciones en Barcelona y en Sundance. Fueron aportes y amigos que se fueron uniendo al laburo. Si vas a hacer un protagónico, hacelo en serio; tenés que estar bien no solamente delante de la cámara, sino también ser un líder positivo detrás de la cámara.
—¿Cómo describirías a tu personaje?
—Hice un laburo muy grande con una psicóloga porque tenía que trabajar la ambigüedad de mi personaje, que tiene dos caras, puede ser un tipo divino a alguien muy pragmático. Es un tipo que no le salieron las cosas como quería, que no llegó al lugar que quería, que está en un lugar interesante, pero no es lo que quería para su vida. Pero la vida le dio la posibilidad de reinventarse y volver a aparecer en otro lugar. Es un personaje muy complejo, que merecía mucho trabajo previo. Quizás lo que premió la plataforma fue la calidad artística como cinematográfica y la identificación con la historia y la humanidad de este personaje.
—¿Sentiste alguna identificación con el personaje?
—No, porque no tengo ambición; tengo sueños, y son cosas distintas. Siento que a la gran mayoría de mis sueños los cumplí, no tengo ninguna cuenta pendiente en la vida. Pero sí sentía que este personaje tenía constantemente esa ansiedad, esa ambigüedad, esa ambición desmedida por querer ser lo que no fue, por querer obtener lo que no pudo, por ese enojo, esa frustración, esa decepción, ese fracaso, entre comillas, que había tenido en el fútbol y lo había trasladado a su vida, con sus relaciones con las mujeres, con sus seres queridos. Me parece que era un ser muy miserable para lo que pretendía el personaje en sí mismo. También jugamos con esa redención que tiene el personaje en ciertos momentos porque entendés que a veces los malos no son malos porque sí.