Soy un pequeño productor de leche, granos y carnes del centro-oeste de la provincia de Santa Fe; uno de los tantos que está sufriendo por la falta de lluvias y políticas adecuadas que nos permitan vivir dignamente. Seguidor de su gestión desde la Intendencia de Rosario, me alegró muchísimo cuando ganó la Gobernación, porque lo considero una persona justa, honesta y creativa, que se supo rodear además de colaboradores tan dignos y destacados como usted. Pero hoy tengo que decirle que me sentí defraudado al verlo sentado junto a la presidenta de la Nación y su grupo de obsecuentes, porque ella ignora al interior del país, desconoce las costumbres de nuestros pueblos y trata de desprestigiarnos permanentemente ante los habitantes de las grandes urbes. Como gobernador de nuestra provincia tiene que defender los intereses de su gente, el empleo, la salud, la justicia, que no significa estar peleado con el gobierno nacional, pero sí tomar la distancia necesaria para que se entienda que no quiere ser parte de esta segunda etapa kirchnerista, tan nefasta para nuestra historia. Es uno de los pocos políticos creíbles que nos queda, siga gobernando con independencia y honestidad, no lama la mano a la que va a clavarle el cuchillo por la espalda. Detrás suyo está una provincia entera apoyándolo y pensando que esta gestión seguramente lo va a llevar a ser uno de los candidatos presidenciables para el 2011, lo que nos da una luz de esperanza para seguir luchando.