Los lugares donde se ubican nuevas construcciones siempre generan la necesidad de satisfacer la demanda de nuevas concentraciones poblacionales, y el Estado es un actor fundamental en la planificación de ese desarrollo. Por eso, el municipio conversa con empresarios para que bares y restaurantes se establezcan en Refinería y potenciar así un nuevo polo gastronómico, en un sector que está creciendo largamente en términos inmobiliarios y donde hoy hay pocas opciones.
La idea de los inversores es construir otra oferta más allá de la que ya existe en la ciudad, con presencia de coctelería de autor y gastronomía de calidad, para no repetir ni la cerveza artesanal y hamburguesas que caracterizan a Pichincha, ni la pizza y helado que coronaron a Pellegrini en la cumbre del gusto popular. El plan es llevar algo más diversificado y diferenciado, ligado a lo que ya existe incipientemente en la zona, ya que la idea de un polo gastronómico es que haya afinidad en la oferta, es decir que el consumidor tenga cerca otra propuesta del mismo estilo.
No es algo que el Estado esté potenciando mediante políticas concretas ni beneficios específicos, pero sí es una zona en la que se registra un crecimiento inmobiliario exponencial de la mano de las edificaciones que se fueron habilitando, y el Ejecutivo mantiene desde hace más de un año rondas de reuniones con empresarios de distintos rubros, pero sobre todo gastronómicos, contando las ventajas del perímetro demarcado por el río, Junín, Carballo y Alberdi.
La lectura de la actual gestión es que la fisonomía del barrio está cambiando, y hace falta potenciarlo. Después de la transformación que significó en las últimas dos décadas la llegada del shopping Alto Rosario y la reconversión de la franja costera que dio lugar al establecimiento del lujoso Puerto Norte, Refinería se debate hoy entre la modernidad y la preservación de su origen histórico como barriada obrera y una impronta familiar de casas bajas, que de alguna manera le da una identidad diferencial, una mística especial que también ha usufructuado a su modo Pichincha, con otro perfil identitario.
Potenciar la zona
El interés es que se diversifique la oferta en la ciudad, generando más actividad en otros puntos para consolidar el desarrollo integral, sin que eso signifique ir en detrimento de otra zona, porque consideran que la oferta que se está generando tiene un perfil bastante marcado. El Estado ha puesto el esfuerzo en conectar y dar accesibilidad a la zona, a la que hoy se puede llegar rápido desde el centro, tanto en auto como incluso caminando o en bicicleta. La búsqueda ahora es que no se vean durante mucho tiempo las estructuras vacías con inmuebles sin ocupar, edificios en los que nadie vive, hijos de la especulación y la necesidad de invertir en ladrillos por los vaivenes de una macroeconomía frágil.
“En las reuniones hablamos del futuro desarrollo, de nuevas inversiones y todos apuntaban a que el barrio a considerar como uno de los más atractivos era Refinería”, explicó Sebastián Chale, secretario de Desarrollo Económico del municipio. Entre las ventajas, enumeró el tipo de público, la ubicación, y la clase de locales amplios que se fueron generando. “Vélez Sarsfield es una calle ancha con circulación, que la hace atractiva tanto para consumo de la zona como también para el que está de paso”, apuntó.
Sin embargo, el Estado no está promoviendo ninguna medida particular, como incentivos fiscales, para que se abran negocios en esa zona. La intervención municipal tiene que ver con facilitar las radicaciones que se den, ser ágiles en los trámites de habilitaciones y la planificación de esos proyectos. “Hoy se retomaron esas charlas con gente de la ciudad que tiene negocios. Hay nuevas franquicias que se van desarrollando, proyectos que estaban en stand by y se pusieron activos de nuevo. Todo estaba en carpeta y parado por la pandemia”, dijo Chale.
“Sería interesantísimo para la ciudad el desarrollo de un espacio gastronómico donde predomine la cocina de autor y las opciones de alta cocina, tanto para el público local como para el turista. Y el barrio Refinería por la cercanía, las características, la accesibilidad y su fisonomía puede ser un lugar óptimo para su desarrollo, donde ya desembarcaron varias propuestas que claramente se destacan”, analizó por su parte Alejandro Pastore, secretario de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario.
En la zona hay al menos cinco emprendimientos inmobiliarios importantes que están terminados o en proceso de culminarse, con un prototipo de habitante ligado a los matrimonios o parejas jóvenes de ingreso medio-alto sin hijos o con niños pequeños, que quieren vivir cerca del centro y no irse a Funes o Roldán. La zona también interesa por la búsqueda turística que genera el hotel de Puerto Norte, y el cercano en la zona del shopping, con perfil de hombres de negocios.