Artur Mas no liderará el proceso separatista en Cataluña: el jefe del Ejecutivo regional en funciones anunció ayer que no optará por revalidar su cargo para facilitar en la región española la formación de un gobierno encabezado por Carles Puigdemont, miembro de su partido y alcalde de la ciudad de Gerona. “Voy a dar un paso a un costado. No me voy a presentar como candidato a la reelección a la presidencia de la Generalitat (gobierno catalán). Quiero dejar muy claro que es una decisión muy dolorosa”, dijo en una rueda de prensa que sonó a despedida. El paso dado por Mas, el hombre que más cerca ha llevado a Cataluña de la independencia, obedece a un acuerdo “in extremis” entre Junts pel Sí, la coalición secesionista impulsada por él en los comicios catalanes del 27 de septiembre, y la CUP, partido anticapitalista que tenía la llave de su investidura. Ambas partes habían negociado durante más de tres meses sin éxito un posible apoyo a Mas para arrancar una legislatura clave en Cataluña, con el objetivo de proclamar la independencia de la región. El plazo estaba a punto de expirar: si hoy no se investía a un nuevo presidente, se convocarían de nuevo a elecciones.