Precios más bajos y menor producción: un combo poco feliz para la actividad
agropecuaria y para los ingresos fiscales de la Argentina de cara a la próxima campaña. Según
estimaciones privadas, por efecto del retroceso de las cotizaciones y la merma productiva provocada
por la grave sequía que afecta a distintas zonas, el país exportará 20 mil millones de dólares
menos en el ciclo 2008/09.
"En materia de precios estamos un 20 por ciento por debajo del registro del
primer semestre del año pasado. La exportación, que en 2008 fue de 29 mil millones de dólares,
estaría 10 mil millones abajo para el próximo ciclo", vaticinó Rogelio Pontón, de la Dirección de
Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Para el analista, en esta performance influye esencialmente la crisis financiera
internacional que deprimió el valor de los commodities en el mundo.
Pero en el país se sumó un nuevo condimento: los efectos devastadores de la
sequía. La falta de agua complicó las estimaciones que ya venían en baja tras la seguidilla de
medidas oficiales que el campo considera perjudiciales para la supervivencia del sector, como las
restricciones a las exportaciones o el nivel de retenciones. Este conjunto de medidas generó en los
hechos una merma en la superficie sembrada de maíz y trigo, tierras que pasaron a reportar para la
soja aunque con tecnología más acotada.
Clima y precios. Las perspectivas para esta campaña que se avecina no parecen
para nada alentadoras, sobre todo si se tiene en cuenta dos variables de vital importancia como el
clima y los precios.
El ciclo agrícola arrancó con desventajas. En primer lugar, con un achique en
las superficie sembrada de trigo, que se estima fue del orden del 40 por ciento y un porcentaje
similar de caída para el maíz. Eso hizo que el área perdida pasara a manos de la soja, que los
distintos analistas señalan vendrá con un "severo ajuste en el uso de tecnología".
Cristian Russo, de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de
Comercio de Rosario, apuntó que la producción de trigo podría estar en el orden de los 9,5 a 10,5
millones de toneladas, con una reducción de 40 por ciento, lo que representa la menor superficie
triguera de los últimos 20 años, un hecho que resultó de la falta de agua y la menor área
sembrada.
En el caso del maíz, si bien todavía son prematuras las conjeturas, Pontón
estimó que la producción del cereal grueso en la campaña 2008/09 podría cerrar en 16 millones de
toneladas, unas 4 millones menos que el ciclo anterior.
Con este retroceso en el resto de los cultivos, la soja sería quien salvaría la
ropa. Sin embargo, los pronósticos no son tan alentadores. Por efecto de la sequía y la menor
aplicación de tecnología, los recortes también podrían influir en la oleaginosa estrella, cuya
producción podría ubicarse, según los pronósticos previos, en 49 millones de toneladas, contra los
50 a 52 millones de toneladas previstos para este ciclo. Con estos números, "podemos hablar de una
campaña total de granos con 10 millones de toneladas menos, que rondaría las 85 millones de
toneladas", apuntó Pontón.
Sequía. En cuanto a la sequía, Russo explicó que a nivel nacional se está
pasando por una situación muy grave, sobre todo en el sudoeste de Buenos Aires, norte de Santa Fe y
Entre Ríos, ya que las lluvias de finales de 2008 no fueron suficientes y falta humedad en los
suelos. Los más afectados fueron los cultivos de maíz e incluso los de soja que "se encuentran
chicos para enfrentar los calores de enero", dijo.
En este sentido, algunos productores de la zona sur de la provincia señalaron
que debieron resembrar los campos con soja por efecto de la falta de humedad.
"En el caso del trigo la campaña fue nefasta, con baja superficie y producción
unitaria muy marcada ya que se pasó de 40 y 50 quintales del año pasado a un rendimiento de 15
quintales", puntualizó Russo y agregó: "Se quebró el crecimiento que había en el sector, que hacía
que el manejo del agua fuera más eficiente".
El secretario de Sistemas Agroalimentarios de Santa Fe, Carlos Sartor, indicó
que la situación del campo es "muy mala". El funcionario dijo que "se están perdiendo cuatro
cosechas, los rendimientos no superan los 600 a 700 quintales para el girasol, lo mismo pasa con el
trigo y con la soja del año pasado y los maíces de segunda están destruidos y la soja que se logró
implantar tiene estrés hídrico", explicó. También señaló que la situación es "mucho más crítica
para las explotaciones ganaderas y tamberas.
Oscar Aloatti, ex titular de la cartera agropecuaria santafesina, coincidió con
el diagnóstico tanto para la agricultura como para la ganadería de carne y leche. "Debería haber
una reacción rápida con respecto a bajar el piso mínimo de faena, mientras que con los valores que
tienen los granos difícil va a ser que se transforme en leche", indicó Aloatti.
El ministro de la Producción de Santa Fe, Juan José Bertero, advirtió que el
impacto de la sequía se sentirá el próximo semestre o el próximo año, con las consecuentes pérdidas
económicas por la falta de agua en la mayoría de los departamentos santafesinos.