Mi abuela política, Juana Caraballo, de 98 años, estuvo internada en el Policlínico Pami II desde el domingo 2 de septiembre hasta el miércoles 5 por una operación de cadera. La atención fue excelente por parte de todo el personal, enfermeros, mucamas, vigilancia, médicos. El problema lo tuve cuando pedí el traslado en ambulancia. A las 10 me presenté en la oficina de traslados y entregué la solicitud, me tomaron el pedido y me dijeron que iban a demorar un poco en ir a buscarnos. Hasta ahí, todo bien. A las 14 volví a la oficina y pregunté si faltaba mucho, me dijeron que había muchos pacientes en diálisis y por eso la demora. Volví a reclamar varias veces, pero la ambulancia no llegaba. Entonces pedí un libro de quejas y me dijeron que ya no se podía utilizar porque está habilitado hasta las 18. A todo esto, yo con mucho respeto pedía por favor me envíen una ambulancia para el traslado. Por fin llegaron a buscarnos a las 19.40. Es decir, estuvimos casi 10 horas esperando por un traslado. ¡Vergonzoso! ¿podrían poner más ambulancias y que estén en buenas condiciones? ¿no les parece que los abuelos después de hacer años de aportes para pagar la obra social, merecen respeto y respuestas rápidas?