Al menos 230 personas resultaron muertas al explotar un camión cisterna cargado de gasolina en
el centro de una población del este del Congo, una cifra que puede aumentar pues los heridos graves
en el suceso son más de un centenar, informaron ayer las autoridades y servicios de socorro.
Este tipo de hechos no son raros en el oeste de Africa, sobre todo en
Nigeria, tradicionalmente el mayor productor de petróleo del continente, donde ayer mismo las
autoridades informaron de que trece personas murieron y nueve sufren quemaduras graves por un
accidente similar de otro camión cisterna ocurrido ayer en el norte de ese país.
Anteanoche, en el centro de la localidad de Sange, entre Bukavu, la
capital de la provincia oriental congoleña de Kivu Sur, y la ciudad de Uvira, volcó un camión
cisterna cargado de gasolina, procedente de Tanzania, lo que hizo que una multitud tratara de
recoger el combustible que se derramaba en pequeños recipientes.
En ese momento, la cisterna explotó y, hasta el momento, los muertos
causados por la deflagración son más de 230, la mayoría hombres, más de sesenta niños y unas
cuarenta mujeres.
La mayoría de ellos han quedado carbonizados y resulta casi imposible su
identificación, dijo un portavoz de la Cruz Roja congoleña.
En un principio las autoridades locales informaron de que entre las
víctimas había varios soldados de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilidad del Congo
(Monusco), aunque la información fue luego desmentida.
El conductor se salvó. Los heridos son unos 150, según la Cruz Roja y el gobierno provincial de
Kivu Sur, de los que están graves unos cien, según las mismas fuentes.
El conductor del camión resultó herido, pero salió con vida de la
explosión y el posterior incendio, según las autoridades provinciales.
Para la policía local, el motivo “más probable” del
accidente que provocó el vuelco fue el exceso de velocidad.
En la recuperación de los cuerpos y el rescate de los heridos participan
cuerpos de socorro como la Cruz Roja, además de policías y militares congoleños y fuerzas de la
Monusco, que han desplazado tres helicópteros para la evacuación de los quemados graves al hospital
de Uvira, mientras los menos graves son atendidos en Sange.
El combustible derramado por la cisterna también alcanzó numerosas
viviendas donde ocurrió el siniestro, en la localidad de Sange, donde se produjo un incendio de
grandes proporciones que causó daños muy graves y algunas víctimas, que no pudo ser controlado
hasta ayer a la mañana, según el gobierno provincial.
Ayer, ante la dificultad para la identificación, las autoridades han
iniciado la inhumación de los cuerpos calcinados en fosas comunes, según explicó el vicegobernador
de Kivu Sur, Jean Claude Kibala Nkolde, que se desplazó al lugar del suceso.
La jefatura de Sanidad de Uvira dijo, según la emisora congoleña Radio
Okapi, patrocinada por la ONU, que los cuerpos identificados en el lugar hasta ahora eran solo
once.
“Estamos tratando de enterrar a aproximadamente doscientos veinte
cuerpos que ya hemos recuperado en Sange. Todavía esperamos información de los hospitales de la
zona, donde podría haber más fallecidos. Hay muchos cuerpos y no va a ser fácil enterrarlos”,
dijo Nkolde. l (DPA)