Los trabajadores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) respondieron con un plan de lucha a la decisión anunciada por el gobierno nacional de cerrar el organismo, reemplazarlo por otra agencia y pasar a disponibilidad a unos 3 mil trabajadores de todo el país. En medio de la incertidumbre, y a la espera de mayores precisiones, se declararon en estado de alerta y movilización, respaldado por paros de dos horas por día entre el miércoles y el viernes.
El secretario general de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (Aefip), Gustavo Birardi, explicó que este “apagón informático” se realizará de 12 a 10 durante los últimos tres días hábiles de esta semana. “Estamos a la espera de mayores detalles sobre lo que quiere hacer el gobierno nacional, porque hasta ahora solo conocemos el anuncio, pero estamos seguros de que no vamos a permitir ningún despido, de modo que en la medida que vengan con esa idea intensificaremos el plan de lucha”, señaló.
El vocero presidencial Manuel Adorni anunció el lunes que el gobierno decidió cerrar la Afip y reemplazarla por una Agencia de Recaudación y Control Aduanero (Arca), que quedaría al mando de la misma persona que hoy dirige el organismo, Florencia Mizrahi. El nuevo organigrama también mantendrá las estructuras de DGI (Impositiva) y DGA (Aduana), que tendrán nuevos directores: Andrés Vazquez y José Véliz, respectivamente. El primero tiene en los servicios de inteligencia y un pasado de denuncias por cuentas sin registrar. El segundo estaba jubilado y viviendo en Paraguay.
Como lo hace cada vez que anuncia despidos y ajustes, Adorni comunicó la decisión de cambiar la Afip con nebulosos datos sobre sospechas de clientelismo en el ingreso personal y sueldos astronómicos que llegarían hasta $ 32 millones. El gremio refutó el supuesto ingreso irregular de empleados y aseguró que ningún trabajador de planta del ente cobra un sueldo semejante, ni por asomo. “Si hay sueldos altísimos son los que están fuera de convenio y los que cobran los mismos funcionarios que puso del gobierno”, señaló Birardi.
Para el dirigente gremial, la decisión de avanzar sobre el organismo tiene que ver con el objetivo de debilitar los controles fiscales. “El presidente no se cansa de decir que el que evade es un héroe, y por ahí debe entenderse la decisión”, agregó. De hecho, el anuncio de Adorni coincidió con la oficialización de una serie de resoluciones que relajan normativas y disposiciones en materia de importaciones y exportaciones, como los precios de referencia y la participación de veedores sectoriales en controles aduaneros.
Los trazos más que gruesos que pintó el vocero presidencial sobre los planes para la Afip mostrarían que más allá de los discursos habría solo un cambio de nombre, si no fuera por la intención manifiesta de recortar un tercio la planta del organismo y porque lo sorpresivo del anuncio, incluso para el propio gabinete nacional, parece esconder un golpe de mano interno que busca consolidar el poder de Santiago Caputo y Mauricio Macri en la nueva agencia.
Esta imprecisión e incertidumbre no impidió que un grupo de libertarios celebrara el anuncio presidencial paseando una corona de flores frente a los tres edificios de la Afip en Rosario. “Es doloroso que festejen el anuncio de despidos pero por suerte los trabajadores se contuvieron para no reaccionar”, señaló Birardi en relación a la metáfora mortuoria que se armó a modo de provocación.
Hay unos 500 trabajadores que están en vilo en la Afip Rosario, donde el algún momento llegaron a trabajar cerca de 780 empleados. Es decir que los números ya se ajustaron, muchos pro jubilaciones, para una delegación que abarca el sur de Santa Fe, con sedes en Casilda, Venado Tuerto y Cañada de Gómez. El secretario general de Aefip Rosario explicó que “el ajuste que se pretende hacer en la Afip no explicaría ni el 0,089% del PBI, con lo cual queda claro que no se busca eficientizar el gasto sino relajar los controles sobre la evasión”.
Crecen las protestas sindicales
En el marco de un fuerte ajuste de los gobiernos nacional y provinciales, y del sector privado, la pelea gremial se agita. ATE y Amsafé Rosario llevaron adelante un cese de tareas de 11 a 14, con protestas y ruidazos en 35 puntos distintos de la ciudad. Reclamaron el desprocesamiento de los compañeros que participaron de la protesta contra la reforma jubilatoria en Santa Fe, salarios dignos e inversión en infraestructura y mejores condiciones de trabajo.
En el sector privado, la paritaria de los siderúrgicos entrará en las próximas horas en etapa definitoria, tras el fracaso en la audiencia del martes entre la UOM y las empresas del acero. El panorama es complejo y podría derivar en conflicto a partir del viernes, cuando finalice la extensión de la conciliación obligatoria.
Por otra parte, las dos CTA y otras 60 organizaciones presentaron en el Congreso unas 500 mil firmas en rechazo del mega DNU firmado por el presidente Javier Milei, que aplica varias desregulaciones del Estado y sigue vigente, a excepción de algunos artículos como el de la reforma laboral que quedó trabado en la Justicia. Las firmas fueron recolectadas en la campaña "Un pueblo firme contra el DNU", impulsada por estas organizaciones que "trabajaron durante meses para llevar esta iniciativa al conjunto de la sociedad", se informó en un comunicado.
Además, la esa Nacional de Transporte, que agrupa a los sindicatos del transporte de la Catt y la Ugatt, ratificó el paro anunciado para el miércoles 30 de octubre, que afectará a casi todo el sector, a excepción de los colectivos que circularán con normalidad debido a que la UTA decidió no adherir.
Los gremios locales nucleados en esas confederaciones confirmaron su adhesión. Marcelo Andrada, secretario general del Sindicato de Trabajadores Recolectores de Rosario realizará una asamblea de trabajadores del transporte en Godoy y Circunvalación desde temprano. A la medida adhieren los camioneros de Santa Fe conducidos por Juan Chulich, los portuarios de Dragado y Balizamiento, los marítimos del Siconara, El sindicato de peones de taxis y los ferroviarios de la La Fraternidad. El aeropuerto de Rosario no tendrá movimiento de aviones ya que el gremio de pilotos (Apla) ya definió su adhesión. En tanto, aún no tomó postura la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) que son los trabajadores en pista de aterrizaje.