En la primera conferencia de prensa que brindó tras la victoria electoral, el gobernador electo, Maximiliano Pullaro, instó a la actual administración provincial a “cuidar los recursos de los santafesinos”. ¿Qué están viendo desde el nuevo espacio que gobernará Santa Fe para realizar esa advertencia? Pablo Olivares, ex secretario de Finanzas e Ingresos Públicos de la provincia entre 2015 y 2019, es integrante de los equipos técnicos del nuevo mandatario en el área de economía. Siempre subrayando estrictamente su rol de analista y asesor, accedió a dialogar con La Capital sobre la situación de las finanzas provinciales y sus preocupaciones. “El gasto corriente crece más que la inflación y eso restringe el margen de maniobra”, señala el economista, también docente de la maestría de administración pública en la UNL y titular de P&G consultores.
Las cuentas públicas, las alternativas de financiamiento para ejecutar obras de infraestructura y el presupuesto 2024 son algunos de los temas que tuvo bajo análisis. En ese sentido, abogó por la continuidad con cambios en Billetera Santa Fe, porque “es parte de los ingresos de los santafesinos” y se refirió a la economía nacional. “No sólo hay una macro muy inestable sino un proceso electoral en el que se discuten modelos muy distintos, de los cuales derivarían escenarios económicos muy diferentes para 2024”, advirtió.
En sus primeras declaraciones después de las elecciones, Pullaro pidió a Omar Perotti cuidar los recursos de la provincia. ¿Hay un alerta sobre las cuentas del Estado?
A partir de la información publicada por el propio gobierno en la página oficial se conoce la situación al 30 de junio. Muestran que durante el último trimestre del año pasado y en el primer semestre de este año, la evolución presupuestaria tuvo una tendencia deficitaria. En junio, el déficit acumulado fue de unos $ 27.000 millones. Pero lo que se visualiza en el corte interanual es que los gastos crecen a mayor velocidad que los recursos y por encima de la inflación. De modo que esa tendencia al déficit no obedece tanto a la desaceleración de los recursos, sino más bien a la aceleración de los gastos. Y eso tiene su incidencia, sea porque se acumulan cuentas a pagar y aumenta la deuda flotante, o porque se afectan las disponibilidades. Eso es lo que se conoce al 30 de junio de este año. Después de esa fechas se conocen de una forma no sistemática medidas que se toman, licitaciones que se convocan, designaciones que se realizan, y eso también tiene su réplica sobre los gastos. Por lo tanto, es importante al menos conocer el estado de lo que va a ser este trimestre transcurrido desde el 30 de junio, de cara a que hay un cambio de autoridades.
¿Qué gastos fueron los que crecieron?
El crecimiento se nota tanto en los gastos corrientes como en los de capital. Hay una dinámica que atraviesa a todo el gasto. Hay muchos asociados a acciones de gobierno que se adoptan en un año singular y hay otros que se dan por el funcionamiento del propio Estado. No notamos un incremento de un par de ítems sino en la totalidad. Cuando uno ve que el gasto corriente crece a una velocidad mayor que la inflación, también plantea una rigidez de ese gasto que a futuro puede ser una dificultad. Porque un gasto rígido implica menores márgenes de maniobra.
Los funcionarios del gobierno señalaron en reiteradas ocasiones el impacto de la sequía en la recaudación. ¿Comparten ese diagnóstico?
Sería incorrecto decir que la sequía no impactó en algunas líneas de recursos, por efecto directo pero sobre todo indirecto, porque sabemos que el agro santafesino no paga Ingresos Brutos, que es el principal impuesto. Pero la sequía hace sentir el efecto en sectores que le venden al agro o que integran la cadena. Pero hubo otros recursos que tuvo el Estado, como los provenientes del cobro de los fallos de la Corte. Desde el año pasado, el Estado nacional ya amortizó una tercera parte con bonos. Hasta ahora se cobraron $ 85.000 millones, lo cual ha hecho que el efecto de la sequía se haya visto compensado o sobrecompensado por esta percepción de recursos por única vez.
Hace unos meses advirtió que estos recursos provenientes del fallo de la Corte no se veían en las obras de infraestructura y que además subía la deuda con los contratistas y proveedores. ¿Esto sigue así?
La provincia cobró $ 85.000 millones hasta agosto y ejecutó la mitad. La diferencia está en las disponibilidades que tiene en sus cuentas. Son recursos que hoy se tienen pero que, al mismo tiempo, deben ser volcados en obras que están en marcha o en camino y que, por la dinámica inflacionaria, van a terminar costando más. Ese es un tema a tener en cuenta. No solamente esos recursos no están invertidos sino que las obras que irían a financiar van a terminar costando más que la disponibilidad que hay por estos fondos.
Por un lado está la preocupación por la expansión del gasto y del déficit, pero también subsisten las críticas por subejecución de partidas. ¿Cómo se explica esto?
Eso tiene que ver con la diferencia en la foto que se presenta en el presupuesto y en lo que se termina ejecutando. Se sobreejecutan determinadas partidas que se priorizan políticamente por el gobierno y se subejecutan otras, principalmente gasto de capital. Al momento de presupuestar se planteó un determinado perfil del gasto y al momento de ejecutar se terminan priorizando otros rubros. Puede obedecer a un cambio en la coyuntura pero también a que parte de este gasto estaba previsto y no se lo visualizó en el presupuesto con el debido volumen.
¿Es viable el endeudamiento externo para realizar obra pública en Santa Fe en este momento?
En Santa Fe hay una tradición que atravesó distintos gobiernos que pasa por entender que las obras de infraestructura se financian en parte con recursos contemporáneos, y en parte con financiamiento, bajo la lógica que se conoce como distribución intergeneracional. Esto no implica tomar cualquier financiamiento. Debe ser de largo plazo. Santa Fe tiene una buena reputación y una particularidad. Hasta 2007 había trabajado prácticamente con tres organismos, y hoy esas fuentes se duplicaron, porque se añadió el fondo de la Opep, el de Abu Dhabi, el Kuwaití. El fondo Saudí ahora está aprobando un préstamo para una segunda parte del acueducto biprovincial. Hablamos de organismos multilaterales. El financiamiento que se tomó entre 2015 y 2019 con el mercado financiero internacional, del que ya se canceló la mitad, hoy no está disponible por las condiciones macroeconómicas argentinas. Pero los acuerdos con organismos internacionales que se dedican a financiar infraestructura son una política de Estado y no se va a interrumpir. Por el contrario, se va a aprovechar en su máxima expresión porque son condiciones muy favorables.
Teniendo en cuenta que con el resultado de la última elección se van a alinear el Ejecutivo y las Cámaras legislativas, ¿ve la posibilidad y necesidad de hacer cambios en la estructura impositiva de la provincia?
Para poner la cuestión en contexto hay que entender que la contribución de los recursos tributarios propios en el total es un poquito más que la tercera parte. En los últimos años cayó en forma importante la participación de los impuestos directos como inmobiliario y patente. Por supuesto, la disminución de carga tributaria siempre es una agenda, sobre todo de los gobiernos que apuestan a atender el sector productivo. Pero creo que en los últimos años la mirada se puso un poco más sobre la carga tributaria indirecta. Más allá de discutir las alícuotas, lo que a veces el contribuyente siente son las retenciones por encima de lo que tiene que pagar o las exigencias formales que aumentan la carga administrativa. Un poco por ahi pasa la agenda.
¿Tiene que seguir Billetera Santa Fe?
Desde la gestión, la principal pregunta es cómo tener una mejor producción pública con el mismo gasto, y por eso hay que mirar todos los renglones. Un cambio de gobierno siempre es una posibilidad de dar un nuevo enfoque pero el gobernador electo ha dejado claro que la intención es que continúe. La realidad indica que, más allá de las diferencias sobre su configuración inicial, Billetera Santa Fe es parte del ingreso de muchos santafesinos. La cuestión va a pasar por lo cualitativo y no tanto por la continuidad. Lo mismo con el Boleto Educativo Gratuito.
¿Cómo entiende que se va a dar la discusión sobre el presupuesto 2024?
Los presupuestos del primer año de una gestión tienen la particularidad de que su elaboración se realiza bajo un mandato previo. Elaborar el presupuesto implica un trabajo técnico que va desde el 1º de julio hasta el 30 de septiembre. Lo natural es que sean cuestiones que se definan en un proceso de transición, enmarcado en lo que conversen el gobernador actual y el electo. Otro elemento a tener en cuenta actualmente es que estamos en una macro nacional muy inestable pero también en un proceso electoral en el que se están discutiendo modelos muy distintos, de los cuales derivarían escenarios macroeconómicos muy diferentes para 2024.