La inflación del primer trimestre no sería menor al 15%, el dólar oficial tiene que recuperar lo perdido en el año 2021 y el dólar blue debería acotar la brecha si hay acuerdo con el FMI. Desanclar los precios internos, es como en enero evitar el verano.
La Argentina necesita ajustar el tipo de cambio, subir las tarifas y aumentar la tasa de interés. La externalidad de estos cambios será un escenario de mayor inflación que afectaría el poder adquisitivo de los salarios.
El tipo de cambio oficial en 2021 aumentó el 22,1% versus una inflación que se ubicaría en el 50,4% anual (tomando a diciembre con una inflación en el 3,5%). Esto implica que los exportadores vieron aumentar sus ingresos el 22,1%, mientras que sus gastos de estructura crecieron el 50,4% anual. De cara al año 2022 deberíamos ver una recuperación del tipo de cambio por encima de la inflación.
Para enero de 2022, si queremos mantener un aumento del tipo de cambio del 22,1% anual, éste debería aumentar lo mismo que en enero de 2021 cuando subió el 3,7%.
En el primer trimestre de 2021 la inflación fue del 13% y la suba del tipo de cambio del 9,1%. Para este año, la inflación y el tipo de cambio podrían subir por encima de los niveles observados en 2021, y sería deseable que el dólar oficial le gane a la inflación. En este contexto y si se logra un acuerdo con el FMI, el blue debería acotar la brecha actual del 100%.
Las empresas que participan en la audiencia pública para aumentar las tarifas del gas, ya están mostrando que el impacto en la boleta del consumidor sería entre un 25% y 30%, esto para comenzar con la serie de aumentos que observaremos este año.
Las materias primas a escala mundial están alcanzando precios muy elevados, por ejemplo, nadie ve al petróleo y el gas bajando. El mundo está en una crisis energética, el barril de petróleo está en los u$s 80 y el gas en Europa cotiza a u$s 15 el millón de BTU. En Argentina el barril criollo cotiza a u$s 55 y el gas residencial en torno de los u$s 2 el millón de BTU.
Las materias primas agrícolas muestran un cambio de escala en sus precios. El maíz, que durante años valió entre u$s 120 y u$s 140, hoy no baja de u$s 200 y u$s 220 la tonelada. Un mix de situaciones extremas, como la sequía y el cambio en los precios de los insumos, podría generar un cambio sostenido en la oferta del producto. El maíz es básico para la proteína cárnica, por ende, no queda otro camino que precios a la suba para la carne. El gobierno busca limitar exportaciones de carne para desanclar el precio local del internacional, es como tratar de evitar el verano y que enero sea otoño.
La soja está mostrando muy buenos precios internacionales, lástima que este año Argentina podría llegar a producir menos de 40 millones de toneladas, por la gran sequía que vive el campo argentino. En la campaña 2014/15 llegamos a cosechar 60 millones de toneladas, y en la sequía de la campaña 2017/18 unos 38 millones de toneladas. Este escenario es muy similar a la campaña 2018.
Todo se agrava con una baja muy importante del Paraná, que hace que buena parte del maíz y trigo salga por los puertos de aguas profundas de Necochea y Bahía Blanca. La soja procesada, como aceite y harina, sale de los puertos de Rosario con buques con menos cargas y un mayor peso en el costo de flete, por lo que el productor recibe menos dinero que el esperado.
Así, no hay forma de detener en 2022 la inflación que en el primer trimestre del año en Argentina será superior al 15% y probablemente una devaluación del dólar oficial superior a dicha marca.
Los precios de las tarifas podrían duplicar la inflación en ese período. En alimentos la suba podría potenciarse si el escenario de sequía recrudece.
Es imposible desanclar los precios locales de los internacionales. Es necesario que Argentina piense más en atraer inversiones que en distribuir riqueza que no hay. Cuanto más suben impuestos hay menos inversión, hay menos trabajo y el PBI per cápita es más bajo: a mayor distribución de riqueza, más pobreza porque el que tiene dinero lo emigra al exterior.
Argentina necesita en el primer trimestre del año un acuerdo con el FMI para ordenar los vencimientos de deuda, es una condición necesaria pero no suficiente para asegurar un año de crecimiento. Si logra este acuerdo podría reducirse la brecha entre el dólar blue y el oficial.