Moneda Par, el sistema de crédito mutuo para el intercambio de bienes, servicios y saberes, sin tener que usar pesos, conformado por comunidades de productores y consumidores (prosumidores), cuyo intercambio de realiza a través de una moneda digital basada en la tecnología Blockchain, lanzó un programa de capacitación para la conformación de grupos promotores que impulsen la creación de nodos en todo el país, bajo el objetivo de construir comunidad a partir de esta moneda social que ya cuenta con más de 15 nodos en todo el país.
La formación estará a cargo, entre otros, de la economista, docente e investigadora Heloisa Primavera, quien en una charla organizada por la ONG Nos Estamos Organizando (NEO), adelantó algunos contenidos del programa.
Primavera tiene una amplia experiencia en monedas complementarias, una destacada trayectoria académica y laboral, fue pionera en la conformación y difusión de la red de clubes de trueque durante la crisis de 2001, y también trabajó junto a Mario Cafiero, creador junto a otros actores del Sistema Par, quien falleció el año pasado siendo titular de Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), en donde precisamente se registran las órdenes de pago del sistema.
La especialista recordó en principio su activa militancia desde la etapa del trueque a partir del 95, aunque “por entonces ya teníamos 11 años de pluralidad monetaria en Argentina. Por un lado, ya teníamos los bonos provinciales que nacieron en Salta en el ‘84. Más tarde, en la convertibilidad dólar-peso. Y los créditos del club del trueque. Hoy aparece la moneda Par, la billetera digital, la blockchain y la gente se pierde al pensar en qué fue lo que pasó con el club del trueque”, dijo, y aclaró que tal red continúa funcionando, pero que su decadencia se debió a la falsificación de los llamados despectivamente “papelitos de colores”, los créditos, tal como se denominaba la moneda de intercambio de ese sistema.
Construcción de comunidad
“La moneda social es simplemente un instrumento, una estrategia de construcción de comunidad. Eso quiere decir que detrás de esta intención existe un supuesto muy fuerte, que es que las monedas sociales reemplacen a las monedas de curso legal. No se trata de mercado de feria, se trata de algo mucho más profundo”, explicó Primavera.
“Nosotros, que estamos practicando la capacitación, la vemos muy exitosa y eficiente en términos de su objetivo de fondo, que es la construcción de comunidad y no un simple reemplazo de la moneda”, comentó la economista, que hizo un llamado a “cambiar la mirada de la abundancia por un concepto muy sencillo: verla como fluir y no como acumular. Una moneda social es para cambiar la mirada en relación al buen vivir y a nuestra responsabilidad en relación a las generaciones que nos siguen”, sentenció.
"Cambiar la mirada de la abundancia por un concepto muy sencillo: verla como fluir y no como acumular "Cambiar la mirada de la abundancia por un concepto muy sencillo: verla como fluir y no como acumular
En ese sentido, “el club del trueque de la Argentina descubría el carácter necesariamente antisocial de la otra moneda (peso, dólar, euro), porque cualquiera que esté vinculada a la especulación, de alguna manera, no es social. Es antisocial porque tiende a concentrar moneda donde ya la hay. Por eso es me parecía que era importante llamar a los papelitos de colores del club del trueque como lo que eran: monedas sociales de la gente”, remarcó la especialista.
Otro punto es el sistema de crédito mutuo. “Si yo tengo una moneda social que no roza ni toca el sistema formal, en el sentido de que su gestión está hecha por la gente, porque hay un acuerdo de base de que todos tienen el mismo derecho al crédito, entonces yo ya coloco al crédito como un derecho humano olvidado. El club del trueque al comienzo distribuía 20 dólares-pesos-créditos equivalentes para cada persona que entraba a participar y después cuando se vio que era insuficiente, se pasó a 50. Después se perdió, pero el diseño de base era así: de crédito mutuo, que podía incrementarse por asamblea cuando la gente decidía que les estaba faltando liquidez, es decir, instrumentos de cambio”, explicó.
En ese aspecto, para Primavera, dentro del sistema Par lo importante es lograr “equidad en las reglas de juego de los nodos. No se puede emitir cualquier descubierto. De esta manera, “las monedas sociales son instrumentos de intercambio controlado, gobernado, diseñado por las personas que lo usan desde la comunidad.
Para completar esa idea, “finalmente se encontró un sistema de Blockchain que garantiza la confiabilidad de las transacciones. Es semejante al Bitcoin, pero más ecológico, o sea que había menos computadoras prendidas para sostenerlo. Además es proporcional a la economía real y no proporcional a la especulación”, completó Primavera.
Círculo virtuoso
“La parte que agregarmos en ese programa de capacitación es el sistema que diseñamos a partir de la pandemia, de ferias virtuales. Hay que crear grupos promotores que vayan con letra un poco aumentada, construyendo sistemas de autogestión”, explicó la economista.
“Para nosotros hoy la Argentina necesita muchos grupos de moneda Par, para que exista al menos la cantidad de personas que existieron hace 25 años vinculadas al club del trueque, que en promedio de transacciones, si tuviéramos que hablar de un producto interno bruto en moneda social, se calculó que en 2001, antes de la crisis de diciembre, llegó a mil millones de dólares. Participaron aproximadamente 6 millones de personas, era un sexto de la población total y 35% de la población económicamente activa. Con una diferencia muy grande: había gente para las cuales significaba el 1% de su presupuesto, y en otros, era hasta un 100% moneda social”.
Finalmente, Primavera expresó su anhelo de que cooperativas, mutuales y pequeñas empresas adopten el sistema Par. “Queremos grandes nodos, con cooperativistas, mutualistas, potentes pequeñas empresas microempresas y personas que no están vinculadas más que por las ganas de construir un orden social distinto, aparte de la economía de todos los días”, concluyó.
El programa de capacitación para la creación de nodos ya comenzó días atrás y se puede acceder a los dos primeros encuentros a través de Youtube. Los próximos están programados para el 20 y 27 de julio, y para el 3 y 10 de agosto.
Producir y consumir con otra conciencia
Los interesados en ingresar a este sistema de intercambio, superador de la red solidaria del trueque que se gestó a finales de los 90 por la seguridad que otorga la plataforma tecnológica de la criptomoneda que no permite falsificaciones, sólo deben bajar en su celular la aplicación Moneda Par a través de la Play Store de Google, crear un usuario y comenzar a operar no sólo en forma meramente virtual sino a través de ferias que se realizan periódicamente en cada nodo.
Ingresar, no implica sólo vender y acumular “pares” (tal es el nombre de la moneda de intercambio), sino que requiere comprender e internalizar una dinámica de un modelo económico muy distinto del capitalista y que está muy lejos de la fiebre consumista. Es preciso entender que la lógica no sólo pasa por satisfacer necesidades propias sino de grupo.
Una persona entra a formar parte de un nodo tiene derecho a un crédito mutuo de 2.500 pares que son equivalente a 2.500 pesos para comprar y vender. Para que el sistema funcione, y para ser “un buen prosumidor” dentro de este sistema, es preciso producir en la misma medida en que se consume, y viceversa.