La mayor oferta de hacienda logró en los últimos meses de 2008 y principios de
2009 ponerle un techo al precio de la carne, uno de los productos clave de la canasta básica. Sin
embargo, como en gran medida esta situación está impulsada por un proceso sostenido de liquidación,
la pregunta de distintos consultores y analistas por estos días es por cuánto tiempo se sostendrá
esta situación. La sequía, con su impacto en la mortandad de ganado y el descenso de los índices de
preñez, suma problemas a la producción ganadera, disparando los pronósticos sobre una relación más
ajustada entre la oferta y la demanda, este año, que podría inducir a una suba de precios en el
mostrador.
El mayor fantasma que ronda por el sector es la posibilidad que se tenga que
importar carne en el país de la carne. El alerta viene de la mano de la gran caída del stock
ganadero. Según los datos de la vacunación antiaftósica, en 2008 cayó 1,3 millón de cabezas
respecto del 2007. Por otra parte, continúa un proceso ininterrumpido de la liquidación de
vientres, que provoca un aumento en la faena pero una desaceleración de producción, debido a que es
el menor el peso de los animales que se faenan.
Situación complicada
Daniel Rearte, coordinador del Programa Nacional de Carne del Inta, explicó que
si bien la situación es complicada, ya que para un productor perder 100 cabezas es mucho, la falta
de agua tuvo mayor impacto en algunas regiones que en otras.
"Hay dos tipos de pérdidas, una es la mortandad de vacas y el otro los por los
índices de preñez. La primera tiene distinta magnitud según la región de que se trate", señaló,
pero aclaró que esta situación también tiene en relación directa a la recarga de los campos, donde,
"hubiese o no sequía iba a ver problemas porque sobran las vacas".
De todos modos explicó que cuando se toman los números agregados a nivel
nacional, el problema no fue la alta mortandad de vacas sino "la caída del índice de preñez de este
año", ya que "habrá menos terneros y los animales se irán a faena más livianos por falta de peso,
en todas las categorías".
Desde su perspectiva, por ahora no va a afectar el consumo, porque hay hacienda.
El problema es de acá a dos años.
José Mattievich, del frigorífico con el mismo nombre, dijo que la faltante de
hacienda todavía no se siente, pero se va a sentir . "No empezó la exportación a full, el novillo
pesado que tiene ese destino, viene de pasto, y pasto no hay", explicó y agregó que los precios
internacionales todavía no están en sus mejores niveles ya que la demanda estuvo parada por la
crisis internacional.
El empresario señaló que el problema es de largo plazo ya que estima que por la
mortandad y el mal estado de las vacas para la preñez, faltarán un millón de terneros para el año
próximo.
Los números
Confederaciones Rurales Argentina (CRA) calculó el menor ingreso que recibirá la
producción ganadera como consecuencia de la sequía y de la política de precios internos del
gobierno.
Estimó que el fenómeno climático provocará una reducción en la oferta de
1.100.000 terneros por un valor de 506 millones de pesos. La falta de humedad pegó en el sistema de
engorde pastoril y, si se tiene en cuenta que 9 millones de cabezas son engordadas bajo ese
sistema, y que el 70 por ciento del área tiene problemas de humedad, significa que alrededor de 6,3
millones de cabezas producen menos ganancia diaria por falta de pasto. CRA calculó la pérdida por
este concepto en 1.724, 62 millones de pesos.
Para José García, presidente de la Sociedad de Carniceros de Rosario, los
precios al consumidor se dispararon en febrero del año pasado y llegaron a su pico después del
conflicto del campo. Luego comenzaron a bajar y están por debajo del 30% respecto de marzo
pasado.
"En los últimos días aumentó, a pesar de que hay mayor oferta que en febrero del
año pasado, puede subir en marzo", indicó García, quien subrayó: "No nos interesa que aumente para
asegurar el consumo".
En ese sentido, Tonelli, puso una voz disonante. Aseguró que los comercios
minoristas no bajaron más que un 15 por ciento los precios en relación al piso más alto que
tuvieron durante el conflicto del campo el año pasado.
"Hubo una mejora de rentabilidad del comercio minoristas, y parte del aumento lo
puede absorber con el margen que tiene", indicó el analista.
En este escenario, la otra variabale a seguir es la exportación. Lo que preocupa
a la cadena es que por primera vez en muchos tiempo se atrasaron los envíos de cuota Hilton, la
reina del mercado.
José Mattievich explicó que el cumplimiento de la cuota es de junio de un año a
julio del otro, y este año fue entregado en el mes de octubre, más tarde de lo acostumbrado.
"Luego vino la crisis, no había quien comprara, y como se tiene que cumplir en
marzo con un 70 por cientopedimos al gobierno nacional una pórroga de 30 días, que fue otorgada
días atrás", aclaró.
Mercado ruso
En el sector externo, y luego de un brusco freno de la demanda por la crisis
internacional, empiezan a aparecer señales de descompresión.
El mercado de Rusia, con la expulsión de los principales competidores como
Brasil e Uruguay, abre otra perspectiva.
"Los mercados están pero el tema es que bajaron los precios a nivel
internacional, Brasil está más complicado que nosotros ya que le están poniendo restricciones por
todos lados", explicó Daniel Rearte, del Inta de Balcarce.
Complejidad
Para Víctor Tonelli, el año 2009 se presenta complejo para el gobierno ya que la
tradicional tensión entre mercado interno y externo tiene en este momento un nuevo condimento de la
mano de necesidad de divisas.
"Con Rusia se están haciendo buenos negocios, no a los precios de la burbuja,
pero si a buenos valores", aclaró el especialista.
Para José García, como las ventas a Rusia son de termoprocesados, no interfieren
con el mercado interno.
"La exportación nada tiene que ver con el mercado interno, ya que representa el
15 por ciento de la faena total del país, la exportación no puede poner los precios en el mercado
interno", indicó y agregó que si bien el cierre la exportación en parte ayudó al mercado interno,
lo que se requiere en ganadería son políticas a largo plazo, una buena producción para que el país
tenga ingresos.
Lo que pase de aquí en más en el sector ganadero no será indiferente al proceso que atravesará
la economía en general. Con un escenario de desaceleración económica y dificultades para mantener
el empleo y el ingreso, los precios de la canasta básica alimentaria serán más observados que
nunca.