La crisis se quedó en la puerta de los Tribunales: la cantidad de concursos y quiebras iniciados en 2016 en la Justicia rosarina cayó un tercio con respecto a 2015 y 2014. Además, bajó la proporción de casos vinculados a empresas, que tienen mayor impacto social. Especialistas explican que existe cierto retraso entre la crisis de las compañías y la apertura de una causa judicial, y destacan también que el perdón fiscal permitió mayor margen de maniobra financiero a las empresas.
El balance de los expedientes concursales abiertos durante 2016 en la justicia provincial de Rosario es para los profesionales una sorpresa. Es que la actividad económica en la ciudad cayó entre enero y noviembre un 4,6% en términos reales, según la Agencia Municipal de Inversiones.
Sin embargo, se registraron en todo el año pasado sólo 143 nuevos procesos, contra los 220 de 2015 y los 218 de 2014. Se trata de una caída de un 35% y 34,4% con respecto a ambos años.
De los expedientes de 2016, 114 se vinculan a personas físicas y sólo 29 a empresas. La proporción 80-20 entre ambos tipos de casos es un avance con respecto a los últimos dos años, cuando los procesos protagonizados por empresas habían trepado al tercio del total. En 2015 fueron 64 (el 29,09%) y 65 en 2014 (el 29,82%).
Como resaltan los profesionales, los concursos y quiebras vinculados a empresas lastiman con más fuerza el tejido social; en cambio, los de personas físicas tienen un impacto más acotado. Son en general quiebras de consumo: personas que se sobreendeudan en función de sus ingresos y a las que se les embarga el sueldo.
Causas de la caída
Para la contadora Soledad Zelada, integrante de Rainoldi & Zelada Consultores de Empresas, la menor cantidad de expedientes sorteados en 2016 se explica fundamentalmente por el típico retraso entre la crisis de las compañías y la presentación judicial. Como resaltan los especialistas, la presentación judicial ocurre cuando las empresas ya agotaron todas las alternativas.
Pero además, agregó la profesional, el año pasado se sumaron el blanqueo de capitales y la moratoria fiscal, que ayudaron el año pasado a lo empresarios a refinanciar sus pasivos.
En todos los casos, se toman en cuenta aquellos expedientes que ya tienen un síndico designado por la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de los tribunales de Rosario.
Sectores
Aunque se iniciaron procesos de empresas de diversos sectores de actividad, el comercio minorista registró la mayor cantidad de casos. Quebraron Echesortu Sport, Señora Ensalada SRL y OMK SA, dedicada a la distribución y venta de tecnología. Las tres estaban en convocatoria de acreedores desde 2014 y no pudieron evitar la liquidación de activos. Además, la textil Sólido entró en convocatoria.
También hace tres años comenzó la crisis de Ferro Aceros SRL —abocada a la comercialización de productos siderúrgicos—y de Estudio Constructora SA (Econ), a cargo de proyectos inmobiliarios en Rosario y Victoria. Ambas quebraron.
Por su lado, la Justicia dictó la quiebra de Beef Free SRL, un frigorífico rosarino que estaba en concurso desde 2013, y de Gestión de Riesgos SA, empresa dedicada a la medicina laboral, y auditorías en higiene y seguridad.
En tanto, se abrió el concurso de Mavea, a cargo de la distribución de productos de la Cooperativa La Hoja (ex Yerbatera Martin) y de Tecins SA, una firma dedicada a la fabricación de tanques de almacenamiento de uso industrial y que sufrió las consecuencias del derrumbe de Oil, la petrolera de Cristóbal López.
Lo peor ya pasó
El abogado Federico Tjor, integrante del Estudio Golber & Asociados, caracterizó que 2016 "ha sido un año de reordenamiento de costos". En este sentido, opinó que la actualización de tarifas y las subas salariales "ya están bastante encaminadas" y su impacto en la inflación "ya ha sido bastante sobrellevado".
Si se proyectan los números del último trimestre, se puede afirmar que "lo peor ya ha pasado", planteó, y agregó: "A la empresa que se ha sostenido en el ojo de la tormenta probablemente le resulte mas fácil este año, en el que va a haber una suba mas contenida de la inflación y un repunte del consumo. Probablemente el alivio de ganancias vaya a influir en las ventas, el blanqueo sin lugar a dudas va a incorporar dinero a la rueda, el mercado inmobiliario y la obra pública se van a mover mucho este año, y el mercado automotriz tiene expectativas de boom de ventas".
En este marco, la tendencia de 2016 en cuanto a concursos y quiebras debería sostenerse en 2017, confió Tjor, "salvo que suceda alguna situación inesperada".
Los nuevos casos, coincidieron los especialistas, se relacionarán con la situación de cada empresa, en particular al modo en que cada firma "puede y saber aprovechar las herramientas que tiene en el contexto".
La apertura comercial que impulsa el gobierno nacional, resaltaron, plantea desafíos a empresas acostumbradas a moverse en mercados protegidos desde el estado.
En este punto el asesoramiento puede ser clave, opinó Tjor, para "optimizar los recursos de un modo optimo -tanto desde lo financiero como desde la ingeniería interna de la empresa- para que la mayor competencia que es lo que se está propugnando permita sobrellevar los cambios que sin lugar a dudas van a ser en algunos casos muy traumáticos".
Sobre este aspecto Zelada se mostró pesimista, en particular con los empresarios pyme. "Para una empresa que tuvo éxito de una manera, es más difícil introducir cambios cuando el mercado te pide un movimiento", señaló.