“Hay dos modelos para crecer a partir de los recursos naturales, uno es el de Nigeria y otro el de Noruega; el gobierno argentino está eligiendo el primer camino”. José Ignacio De Mendiguren, cargó duro contra la política económica del gobierno y enfocó sus críticas al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi) incluido en el proyecto de ley Bases que votó el Senado esta semana. Una promoción a medida de grandes capitales, con beneficios muy amplios que “exceden incluso lo que pedían las empresas que lo impulsaban”, señaló. Además de cuestionar la falta de articulación con el entramado industrial argentino, advirtió sobre una consecuencia indirecta sobre el sector agropecuario. “El aporte de sectores como los hidrocarburos y la minería era la oportunidad para reducir la carga que pesa sobre el agro, pero como ahora los eximen de todo, será todavía más difícil que bajen las retenciones”, dijo.
El ex presidente de la UIA viene recorriendo el interior productivo con su prédica desarrollista. Lleva consigo el resumen del plan Argentina 2030 que se elaboró durante la gestión gubernamental anterior. Es su “Biblia” para discutir cómo “aprovechar esta oportunidad de desarrollarse a partir de los recursos que Argentina tiene y el mundo demanda, duplicar el PBI en los próximos cuatro años y entrar en un círculo expansivo de la economía como no tuvo en años”.
El jueves estuvo con industriales de la región en la Asociación de Industriales Metalúrgicos. En la previa, expuso ante este diario su convicción de que “la base del problema económico en Argentina es la estructura productiva primarizada”. El país exporta a un promedio de u$s 400 la tonelada e importa por u$s 1.600. El resultado es que “cada cuatro años hay una crisis por falta de dólares, y cuando llega esa crisis, viene la pelea el club de los devaluadores o el de los endeudadores”. Esa historia y sus resultados, subraya, es bien conocida. La forma de salida, agrega, es “facturando el doble, poniendo un segundo piso a la economía, agregando valor y exportando”.
“Hoy hay una gran oportunidad porque Argentina tiene en abundancia lo que el mundo necesita, como combustible, energía renovable, condiciones para el desarrollo del hidrógeno verde, litio, cobre y fuentes proteicas”, señaló. Y advirtió que “está claro que el mundo va a acceder de una u otra manera a esos recursos”, lo que está en disputa es si los argentinos “seremos propietarios o inquilinos en este proceso”.
El Rigi, un régimen que da enormes beneficios por 30 años a un grupo concentrado de capitales, es, a su juicio, el camino a la segunda opción.
El plan para Argentina
“Ese proyecto está armado por un estudio jurídico que hizo el proyecto para beneficiar a las mineras, que no pedían tanto; puso cosas de máxima como para negociar, y le dieron todo”, señaló. Y describió: por 30 años se los exime de pagar derechos de exportación, les permiten importar prácticamente todo, ya que el 20% que le exigen ahora de compre local cubre lo mínimo, los exime de desarrollar proveedores de capital locales, les da amplias libertades para disponer divisas y otorga grandes ventajas impositivas. Como concesión a los senadores de la oposición amigable, el oficialismo aceptó acotar los sectores a los que se les darán los beneficios. El broche de oro es que “todo esto se garantiza habilitando directamente el camino del Ciadi, donde Argentina perdió el 88% de los casos que tuvo”.
Las consecuencias de profundizar este esquema de migración de la estructura productiva son múltiples. Una afecta a planes en marcha. “Yo fui director de YPF hasta diciembre, negociamos con Petronas para avanzar con el GNL, el proyecto fue a Diputados, no litigabas en los tribunales de Nueva York, ni tenías libre disponibilidad de divisas, más allá de que sí había un régimen especial, y también había un compromiso local de desarrollo de proveedores. “¿Qué dice ahora Petronas?, prefiero ir por este nuevo lado”, relató.
Más que el Rigi
Una consecuencia poco abordada involucra al sector agroindustrial. “Con este esquema, las retenciones a las exportaciones agropecuarias no las sacan más, porque el camino para hacerlo era que aportaran otros, esta “nueva pampa húmeda” de la que estábamos hablando”, describió.
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De Mendiguren se quejó porque el gobierno va a contramano del mundo. “Elon Musk, que se abraza con Milei, le pidió al gobierno de Estados Unidos que lo proteja contra los autos chinos y llevaron los aranceles de 25% al 100%”, recordó. Más cerca, “Brasil acaba de anunciar un plan industrial y le ponen miles de millones de dólares”.
En esta discusión, la grieta es entre crecimiento y desarrollo. “Gas tienen Noruega y Nigeria. Nigeria hizo un Rigi. Entregó el gas y recibe muy poco a cambio. Noruega, sobre esa ventaja comparativa, construyó su desarrollo, desde la capacitación de sus ingenieros hasta la industria de bienes de capital”.