La mejor inversión es comprar bonos en dólares hasta que llegue la tormenta y se termine la maldita sequía. No podemos mensurar los daños y pérdidas, pero sabemos que es grave.
La mejor inversión es comprar bonos en dólares hasta que llegue la tormenta y se termine la maldita sequía. No podemos mensurar los daños y pérdidas, pero sabemos que es grave.
El mercado accionario mostró que en las últimas ruedas tocó un doble techo de largo plazo y se prepara para una gran corrección. Las rentabilidades empresarias están lejos de crecer y el valor de las empresas en Bolsa alcanza niveles exuberantes. Con lo cual, todo hace pensar que el retroceso en el precio de las acciones está cantado.
La suba de la tasa de interés a nivel internacional, y el cierre de la economía americana son fundamentos importantes, pero la realidad pasa porque las empresas no pueden sostener el valor que alcanzaron.
Agrometal en Bolsa vale $ 1.515 millones, tiene un patrimonio de $ 210 millones, y un pasivo de $ 473 millones. La empresa en 9 meses gano $ 60 millones, pero le será muy difícil sostener esta utilidad a futuro por menores venta y dificultad para financiarse.
Grupo Financiero Galicia vale en Bolsa $ 176.500 millones, y su utilidad esperada para el año 2018 ascendería a unos $ 13.226 millones. Su patrimonio es de $ 35.200 millones, y este contenido 5 veces en su valor de mercado. En el año 2015 gano $ 4.338 millones, y su utilidad la multiplico por 3 durante el gobierno actual, sin embargo, daría la impresión que su valorización en el mercado es elevada, en una economía que no tendrá un escenario favorable en los meses venideros. Morosidad, altas tasas y suba de costos.
YPF vale en Bolsa $ 181.376 millones de pesos, y su patrimonio neto es de $ 130.908 millones, la empresa vale 1,4 veces su patrimonio. Si bien la empresa gano en 9 meses $ 710 millones, es una cifra magra respecto a la valorización de mercado. YPF tiene una deuda que es de $ 330.376 millones y equivale a 2,5 veces su patrimonio, la producción de petróleo está cayendo y no muestra buenos niveles de eficiencia.
Con estos 3 ejemplos, de sectores diversos podemos apreciar que el índice Merval que se ubica en torno de los 32.000 puntos, y alcanzo un máximo en los 35.000 puntos, puede estar realizando una corrección de largo plazo que lo posicione en la zona de los 25.000/27.000 puntos a mediano plazo.
Si bien el mercado está observando una baja considerable de la tasa de las Lebac que se ubica en el 26,5 por ciento anual para plazos cortos, y del 25 por ciento anual para plazo más largos, no es menos cierto que los plazos fijos por grandes cantidades están pagando tasas que van del 23 por ciento al 24 por ciento anual. Los agentes económicos están saliendo de pesos y pasándose a dólares que muestran tasas mucho más atractivas. Esta masa de pesos podría ir en busca de dólares, cuidado.
Los bonos en dólares de corto plazo como el Bonar 2023, muestran tasas de retorno del 5,5 por ciento anual en dólares. Este bono vale en el mercado u$s 96,50 o su equivalente a $ 1.950. El bono te paga semestralmente un cupón de u$s 2,31 a partir del 11 de julio de 2018 hasta el 11 de enero de 2023 en donde te devuelve el 100 por ciento de tu capital. Invertís hoy u$s 96,50 y te llevas en 5 años u$s 123,10 una ganancia del 27,5 por ciento en dólares.
Si querés más adrenalina, podes comprar el bono a 100 años, por el que pagarían u$s 93,00, este bono te paga al año u$s 7,125 dividido en dos pagos el 30 de junio y 30 de diciembre, te paga una tasa del 7,7 por ciento anual.
Todos estos rendimientos financieros están enmarcados en un contexto económico muy complicado, ya que la sequía está poniendo en riesgo la cosecha de soja y maíz. En ambos casos el efecto pobreza será muy elevado, y no podemos pensar en un crecimiento del país superior al 2,5 por ciento anual.
Las subas de las tarifas públicas empujan a un reacomodamiento del gasto familiar, que también se traduce en un menor crecimiento económico en las economías urbanas. Salvo el sector construcción que muestra una mejora sustancial, el resto de los sectores económicos no evidencian una recuperación sustentable en el tiempo.
La mejora de la construcción está dada por el ambicioso plan de obra pública que tiene el gobierno, apoyado en el endeudamiento, y no en ahorro presupuestario, con lo cual lo mejor del 2017, puede transformarse en una pesadilla para el año 2018.
Conclusión
No vemos un crecimiento de las colocaciones en pesos a corto plazo, todo lo contrario, vemos que los agentes de inversión comenzaran un proceso de dolarización de carteras, producto de un marcado divorcio entre lo que se pregona desde el gobierno, y los resultados empresariales.
Mirando el largo plazo, daría la impresión que vamos a un escenario de suba en el precio de las materias primas que podría ser muy favorable para el país, pero sus resultados los veremos en el segundo semestre de 2019, si solo sí, la próxima campaña agrícola es un éxito y el clima acompaña.
No vemos posibilidades de una quita de financiamiento al país para el año 2018 y 2019, con lo cual no hay un escenario similar al año 2001. En cambio, creemos que tendremos que surfear una difícil coyuntura porque hay un efecto pobreza derivado de la sequía, los costos reales de la energía, gas, transporte y combustibles, y sumado a todo esto un tipo de cambio en un nivel mucho más alto que el de los años anteriores.
Hay que desensillar hasta que aclare, y el mejor lugar es acurrucarse en el dólar, en especial si el mismo Estado te ofrece tasas superiores al 5,5 por ciento anual, al menos hasta que aparezca la tormenta y se termine la sequía.