El presidente electo Javier Milei anticipó esta semana que su plan de ajuste tendrá como consecuencia una estanflación, en la cual el estancamiento o caída de la actividad económica convivirá durante un tiempo con altas tasas de inflación. Para Celina Calore, directora de la regional Santa Fe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso), el escenario será más bien de “depreflación”, un término acuñado para describir la convivencia de una profunda caída del PBI y aumento del desempleo con elevadas tasas de aumento de precios.
Esta semana el presidente electo dio algunas precisiones sobre su plan económica ¿Qué cosas son factibles que se concreten?
Con cautela intentamos analizar cada declaración o señal que va apareciendo. El eje de la campaña fue dolarizar y eliminar el Banco Central. Ahora sabemos que eso no se va a llevar a cabo, al menos en el corto plazo. Tenemos la confirmación de que el ministro de Economía va a ser Luis Capurto, un ex funcionario de Macri que no fue un funcionario más, sino el secretario de Finanzas, con mucha injerencia en lo que fue el período de endeudamiento voraz de nuestro país. Mirando la historia reciente podemos llegar a ver los impactos de sus medidas. Parece además que alguien que trabaja en su consultora iría al Banco Central. Entonces, la idea de eliminación del Banco Central ya no sólo queda desdibujada sino que tampoco sería independiente, al contrario de lo que pregona el liberalismo. Hay que ir siguiendo los movimientos porque todavía no asumió. Pero cuando se ven las personas que van a formar parte de esos lugares nos dan ciertos indicios.
Aparentemente apuestan a tomar más deuda, pero en un contexto en el que tampoco es tan fácil.
Una prioridad que puso Milei es resolver el tema de las famosas Leliq, que es un endeudamiento del Banco Central con los bancos, destinado a sacar pesos del mercado para que no se vayan ni al dólar ni que aumente la inflación. Parece que está buscando cambiar esos títulos por títulos de deuda del Tesoro, con lo cual estaría intentando solucionar deuda con deuda, que va a ser también onerosa. El ve a las Leliq como el principal problema pero a nuestro juicio, el principal problema es la falta de dólares, que no permite salir de este cuello de botella en la economía. El nuevo gobierno piensa resolverlo con más deuda, que fue la propuesta que llevó a Caputo. No sabemos mucho dónde va a encontrar a alguien que quiera volver a prestarle en Argentina en dólares. Por mayor cooperación que tenga el FMI, hay que ver si va a volver a prestarle a la Argentina en este contexto. Tampoco sería saludable para nuestro país tomar más deuda, por supuesto.
Mencionás el tema de la restricción externa. ¿El 2024 no estará más aliviado con la cosecha y el aumento de producción en Vaca Muerta?
Va a ser un mejor año en esos términos y puede tranquilizar un poco el frente externo, ya que en 2023 tuvimos una pérdida mayor a la esperada por la sequía. Igual, nada de esto va a solucionar un problema histórico en Argentina, que es la falta de dólares. Y menos se va a solucionar vendiendo YPF u otros activos, que son fundamentales para nuestro país. Ya vimos qué sucedió cuando la petrolera estatal estuvo en manos de Repsol. Se dejó de explorar. En estas ideas hay una cuestión de ideología y probablemente de negocios. Al frente de YPF puso a un alto ejecutivo de otra petrolera, del grupo Techint. Ya nos va dando ciertos indicios de que se están repartiendo las joyas de la abuela.
Milei dijo esta semana que su plan va a provocar una estanflación y que dominar el tema de la inflación lelvará hasta dos año. Más allá de lo duro que suena en el corto plazo, ¿es posible que se de esta secuencia?
Se quiere volver a aplicar una fórmula que ya se aplicó. Milei propone un fuerte ajuste del Estado, que ya vemos que no será sobre “la casta política ”. Nos anticipa una acleración de la inflación y un ajuste de tarifas. Es decir, como el que hizo Mauricio Macri en su momento, cuyas consecuencias ya conocemos, pero más feroz porque no hablan más de gradualismo. Una de las primeras cosas que dicen que van a frenar es la obra pública, que es totalmente dinamizadora de la economía. En una economía en la que el consumo representa entre el 70 y el 80% del PBI. Con ese recorte va a subir fuerte el desempleo y a la larga va a repercutir en las arcas del Estado. Entonces va a ajustar por el lado del gasto pero esto también va a pegar por el lado de los recursos. Ahora dicen que se volvería atrás con la devolución del IVA, algo que Milei votó en el Congreso, lo mismo que el impuesto a las ganancias de los trabajadores. Se dan cuenta que el Estado necesita recursos y se los van a volver a pedir a los trabajadores, que además van a ser los que se van a quedar sin trabajo y a pagar todo el ajuste a través de la inflación galopante. Esto ya lo conocemos, no hay ninguna novedad.
Respecto del empleo, hubo empresas que ya comenzaorn a suspender o despedir. ¿Hay una sobrerreacción a las señales del nuevo gobierno?
Es llamativo que suceda antes de la asunción. Tal vez haya una cuestión política de pulsear por quién tiene la culpa. No es ninguna novedad que la cosa está mal pero si hay algo que ha hecho el gobierno que se va es intentar sostener las fuentes de trabajo. En lo que se quedó muy atrás es en la recomposición de ingresos. Fíjate cuáles son las empresas que están empezando a anunciar estos despidos. En la electrónica de Tierra del Fuego, por ejemplo, podrían estar anticipándose a la apertura importadora. Son todas conjeturas por ahora.
Milei habló de estanflación y en varios informes del Ceso se utilzó el término depreflación para caracterizar, por ejemplo, la crisis macrista de 2018. ¿Cuál es la diferencia?
La estanflación es el concepto más utilizado para referirse al estancamiento económico más inflación. Cuando vino la crisis de 2018, y fundamentalmente en 2019, hubo una inflación récord hasta el momento con una fuerte caída del producto y aumento del desempleo, cierre de empresas. Desde el Ceso decíamos, acá no hay un estancamiento sino una depresión, que convive con elevados niveles de aumento de precios. Por eso hablamos de depreflación. Yo creo que vamos más a un escenario depreflación, con más recesión que estancamiento.
Una década de economía heterodoxa
El Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (Ceso) es una cooperativa de economistas e investigadores que provinen de distintas sociales, conocido por sus informes de coyuntura, sus indicadores de precios de supermercados y alquileres y por su trabajo vinculado a la economía popular.
Por estos días cumple diez años. “Es muy importante el espacio que hemos conformado, siempre intentando enriquecer el debate sobre economía”, señaló Calore. De perfil heterodoxo, el grupo nació con la idea de sumar voces alternativas al llamado “mainstream” económico. “Apostamos a revalorizar la economía como una ciencia social, a la economía política”, señaló. Su conformación como cooperativa también fue novedosa. “No es una cuestión al azar,quienes arrancaron con la idea del centro de estudios, con Andrés Asiaín a la cabeza, pensaron esta forma jurídica pensando en la revalorización de de estos espacios colaborativos”.
De hecho, el Ceso trabaja con muchas cooperativas y asociaciones civiles. Una de sus derivaciones es Ceso Incuba, que brinda herramientas a la economía popular, como las cooperativas. Con el ascenso al poder de los libertarios, se preparan para un nuevo capítulo de la batalla de ideas. “Estamos volviendo a discutir cuestiones que, en algunos casos, creíamos saladas pero evidentemente no lo fuero, y vamos a trabajar más fuerte todavía para poder mostrar que hay otros modelos posibles a lo que nos vienen a plantear ahora de una economía de corte liberal”.