El presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha), Carlos Gold, advirtió ayer que las petroleras pusieron "cupos" para la entrega de combustibles que afectarán rápidamente al campo, la industria y el transporte.
El presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos (Cecha), Carlos Gold, advirtió ayer que las petroleras pusieron "cupos" para la entrega de combustibles que afectarán rápidamente al campo, la industria y el transporte.
Según el dirigente, "un problema que hasta la semana pasada era de abastecimiento de las estaciones de servicio blancas, ahora pasó a ser un problema de algunas estaciones de servicio de bandera".
"Hay petroleras que han puesto cupo de entrega de combustible y por encima de esos límites va un precio diferencial", alertó en declaraciones radiales.
El argumento que dan las petroleras, dijo, es que aún no recompusieron su rentabilidad. "Dicen que están entregando combustible a pérdida, con un desfase de 30%", describió.
Gold sostuvo que la limitación de las entregas es una situación "reciente". Esta semana las petroleras comunicaron la nueva metodología de cupos y "por ahora, es difícil determinar si el problema es general o sectorial, según bandera, petrolera o zona".
"Calculo que la semana que viene estaremos haciendo un reclamo formal con datos más precisos", añadió.
El empresario comentó que"los cupos se utilizan más para el mercado mayorista, por lo cual "el sector minorista por ahí no lo va a sentir tanto".
Sin embargo, opinó que el problema se va a acentuar en el campo, la industria y en el transporte, porque "obviamente va a escasear el gasoil y se va a transformar en un verdadero problema".
Para Gold, "con la devaluación existente y con el actual valor del barril de crudo a las petroleras se les hace muy difícil responder a ese desfase en cuanto al precio de compra y al que lo venden a las estaciones". Y estimó que "mientras no recompongan esa rentabilidad el problema va a persistir".
En mayo, el Ministerio de Energía, que entonces manejaba Juan José Aranguren, anunció que había alcanzado un acuerdo con las empresas petroleras para congelar los precios en los surtidores por dos meses, pero la devaluación llevó a romper el convenio tres semanas después.
Así, a fines de mayo las empresas aceptaron, bajo la promoción del gobierno, moderar los aumentos, que no superarían el 3% y el 5%, según los casos, en los meses siguientes, en un contexto de alta inflación.
La semana pasada las petroleras aumentaron entre 5% y 12% en promedio los valores en todo el país (más de lo previsto en aquel acuerdo), pero de todas maneras consideran que esos precios en las pizarras no alcanzan para hacer rentable el negocio.
Un documento de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (Fecac) sostiene que el atraso en los precios de los combustibles es del 23,4% en la nafta súper y del 25,4% en el caso de la premium.
Los combustibles registraron un nuevo ajuste durante el fin de semana pasado.
El ministro de Energía, Javier Iguacel, negó la aplicación de restricciones. "Las refinerías tienen suficiente producción para abastecer el mercado", afirmó.
Sin embargo, desde la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles, que conduce Gabriel Matarazzo, también se advirtió sobre faltantes de combustible.
En este caso el gremio apuntó al despido de 200 trabajadores de la refinería Ricardo Eliçabe, ubicada en el Polo Petroquímico de Bahía Blanca. La planta pertenece a Trafigura. Para enfrentar las cesantías, el sindicato advirtió que tomará la refinería y que además pararán Petromaing en Campana y la destiladora de lubricante Avellaneda. También harán movilizaciones en las instalaciones de Refinor, Axion e YPF.
El 11 de junio la refinería cesó el procesamiento de crudo a causa del desfase entre los precios de los combustibles y los costos de producción e importación. Trafigura compró la mayoría de los activos de comercialización de combustibles de Pampa Energía.