Cuando el niño era niño
En Las alas del deseo (1987), la obra del director de cine alemán Wim Wenders llegó a una de sus máximas expresiones. Esa película popularizó un texto de su guionista, Peter Handke, que se comparte a continuación en la versión ―especial para Cultura y Libros― del poeta chileno Juan Carlos Villavicencio.
5 de agosto 2018 · 00:00hs
En Las alas del deseo (1987), la obra del director de cine alemán Wim Wenders llegó a una de sus máximas expresiones. Esa película popularizó un texto de su guionista, Peter Handke, que se comparte a continuación en la versión ―especial para Cultura y Libros― del poeta chileno Juan Carlos Villavicencio
Cuando el niño era niño
andaba con los brazos colgando,
quería que el arroyo fuera un río,
que el río fuera un torrente,
y que este charco fuera el mar.
Cuando el niño era niño
no sabía que era niño,
para él todo estaba animado,
y todas las almas eran una.
Cuando el niño era niño
no tenía opinión sobre nada,
no tenía costumbre alguna,
frecuentemente se sentaba en cuclillas,
corría de repente,
tenía un remolino en el cabello
y no ponía caras cuando lo fotografiaban.
Cuando el niño era niño
era el tiempo de las siguientes preguntas:
¿por qué yo soy yo y no soy tú?
¿Por qué estoy aquí y no allá?
¿Cuándo empezó el tiempo y dónde
termina el espacio?
¿No es la vida bajo el sol un mero sueño?
Lo que veo y oigo y huelo,
¿no es sólo la apariencia de un mundo frente al mundo?
¿Existe realmente el mal
y gente que es mala de verdad?
¿Cómo puede ser que yo, el que soy,
no fuera antes de existir;
y que un día yo, el que soy,
no sea más quien soy?
Cuando el niño era niño
no podía tragar las espinacas, los porotos,
el arroz con leche y la coliflor salteada.
Ahora lo come todo, y no por obligación.
Cuando el niño era niño
despertó una vez en una cama extraña,
y ahora lo hace una y otra vez.
Muchas personas le parecían bellas,
y ahora sólo con suerte.
Imaginaba claramente un paraíso
y ahora apenas puede intuirlo.
Nada podía pensar de la nada,
y ahora ante ella se estremece.
Cuando el niño era niño
jugaba con entusiasmo,
y ahora se concentra del todo en las cosas como antes
sólo cuando esas cosas son su trabajo.
Cuando el niño era niño
una manzana y un pan le bastaban
de alimento
y todavía es así.
Cuando el niño era niño
las moras le caían en la mano como sólo caen las moras
y así es todavía,
las nueces frescas le ponían áspera
la lengua
y así es todavía,
en cada montaña
tenía el deseo de una montaña más alta
y en cada ciudad
el deseo de una ciudad aún mayor
y así es todavía,
en la copa de un árbol agarraba
emocionado las cerezas
como aún lo sigue haciendo,
tenía miedo de cualquier extraño
y aún lo tiene todavía,
esperaba la primera nieve
y así la espera todavía.
Cuando el niño era niño
tiró un palo como lanza contra un árbol,
y hoy vibra todavía.