Newell’s se encuentra en el fondo de la tabla de posiciones y en el de su rendimiento. La derrota con Boca lo mantiene en el último puesto de la zona 4, sin que el equipo dé señales de que vaya a levantarse. Nunca había sucedido durante el ciclo de Frank Kudelka. Hasta en los peores momentos de la temporada anterior entregó señales de que podía levantarse. Pero no es lo que pasa en la actualidad. En las dos presentaciones quedó invadido por la impotencia y resulta imperioso modificar algo para que la chance de clasificar a la siguiente fase de la Copa de la Liga Profesional no se esfume demasiado pronto. O cambia de intérpretes o de esquema. O ambas cosas.
El postulado de Kudelka sobre el fútbol es innegociable. Pretende que Newell’s sea ofensivo, ejerciendo el dominio de la pelota el mayor tiempo. No contempla un planteo que implique mayores recaudos. Su idea se plasmó de a ratos frente a Boca, aunque con una enorme falta de peso en el área rival. El equipo no fue agresivo y el toque en el medio terminó siendo intrascendente.
El control de la pelota no sirve de nada si no hay aproximaciones. Y esto es lo que pasó en el primer tiempo. Hubo falta de sorpresa, de aceleración y de pases filtrados. Nadie fue capaz de sacarse a un rival de encima. De tan anunciados y monótonos los desplazamientos, se repitió en los centros de Bíttolo que cayeron en las cabezas de Lisandro López y Carlos Izquierdoz.
Resumen de Newell's vs Boca Juniors (0-2) | Fecha 2 | Zona 4 - Copa Liga Profesional
La supremacía de Newell’s en el primer tiempo duró hasta que bajó el ritmo. Declinó la presión alta y la mayor dinámica del rival entorpeció todo intento del conjunto rojinegro por avanzar. Pablo Pérez la empezó a entregar mal. Maxi Rodríguez jugó incómodo recibiéndola de espaldas, con los volantes centrales de Boca pisándole los talones. Ignacio Scocco no entraba en juego y cuando lo hacía le costaba imprimirle velocidad a sus movimientos para superar a su ocasional marcador. La prolijidad de Newell’s durante un buen lapso de la etapa inicial así se diluyó, sin inquietar a Esteban Andrada.
El riesgo de tener a ellos tres en el equipo, sabiendo la exigencia física del fútbol actual, se justifica debido a las cualidades futbolísticas de cada uno. A la luz de los rendimientos, aparenta ser un hándicap alto, teniendo en cuenta además que hasta acá no fueron respaldados con las mejores compañías.
Es que si Newell’s hace un culto de la posesión, no es posible que Aníbal Moreno sea irresoluto con la pelota, Palacios se reitere en intentos individuales que no prosperan y Gabrielli y Bíttolo se proyecten y la terminen mal.
Pero si la mezcla de futbolistas de trayectoria y otros de menor recorrido no dio la respuesta esperada y Newell’s se convirtió en un conjunto lento y previsible, peor aún le va cuando pierde el balón. La intensidad de Boca y antes de Talleres fue un problema serio. A la lepra le cuesta mantener el ritmo de sus oponentes. El armado del equipo tiene que ver con eso. Encima quedaron al descubierto los inconvenientes para defender en el mano a mano de Manuel Guanini, el propio Santiago Gentiletti y hasta Julián Fernández, con más empuje que criterio para cortar.
Intensidad
Durante su carrera, tanto en Unión y Talleres, como luego en Newell’s, Kudelka se propuso que sus equipos tuvieron un juego intenso. Con los referentes en la formación, ahora cambió de idea y dijo que apostaba a la posesión y no a la intensidad. No le está dando resultado. El entrenador dejó abierta la chance de un cambio de sistema táctico en la conferencia posterior a la caída con Boca, aunque lo planteó ante la falta de “profundidad” del equipo y no por el ritmo cansino con el que termina jugando.
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No es posible asegurar que no piense que le falta ritmo. Es que a esta altura resulta indudable que Newell’s requiere de una mayor dinámica. La solución, planteadas así las cosas, tendría que llegar desde el banco. Si la lepra tuvo dinamismo durante el torneo anterior, en cierta medida fue por el despliegue de Jerónimo Cacciabue, hoy relegado. Es una de las opciones que tiene a mano. El creativo Nicolás Castro y el extremo Panchito González ingresaron en el segundo tiempo contra Boca y pueden revitalizar al equipo. Si bien no es justo pensar que serán los salvadores, dieron indicios para que sean considerados mayor tiempo. Algo tiene que cambiar.