Acindar vuelve a estar en el centro de la escena. Luego de la virtual paralización de sus líneas de producción y la suspensión de unos 500 operarios en la planta de Villa Constitución, la compañía enfrenta una nueva polémica: sus propios trabajadores denuncian que parte del parate responde al reemplazo de acero producido localmente por material importado desde China.
Una etiqueta de venta reciente —que difundió el sitio Infogremiales— muestra con claridad la descripción “Origen China” y a Acindar como importadora directa. El dato provocó una fuerte reacción dentro de la fábrica y en la conducción sindical local.
“Esto puede tener impacto en todas las plantas de Acindar. Lo pueden hacer con cualquier producto y es la prueba de algo que no sabemos qué dimensión tiene”, advirtió Matías Ruffini, integrante de la Comisión Interna de la UOM Villa Constitución.
“Si esto lo incrementan, cierran la planta. Nosotros ya avisamos que vamos a salir a denunciarlo”, añadió el dirigente, que trabaja en coordinación con Pablo González, secretario general de la UOM local.
Para ambos, el hecho de que Acindar venda acero chino constituye una señal de alarma: “O huele a vaciamiento o a algo muy raro. Ellos mismos lo denunciaban antes”, señaló Ruffini.
De denunciar el dumping chino a convertirse en importadora
La contradicción no pasa inadvertida. Hasta el año pasado, Acindar —propiedad del grupo ArcelorMittal, el mayor conglomerado siderúrgico del mundo— advertía en foros del sector sobre los riesgos de la importación de acero chino y su impacto en la industria nacional.
El propio Federico Amos, CEO de la compañía, explicaba entonces que “el Estado chino subsidió a sus empresas, bajando drásticamente los costos de energía e insumos sin exigir estándares de calidad ni ambientales”.
También alertaba sobre los efectos ambientales y de dumping comercial: “China produce acero extremadamente barato y poco sustentable. Emite 2,24 toneladas de dióxido de carbono por tonelada fabricada, frente a las 1,55 de América Latina”, detallaba Amos.
Ahora, paradójicamente, la misma empresa que advertía sobre el “acero barato y contaminante” lo estaría importando y comercializando bajo su propia marca.
Preocupación gremial y reclamo de respuestas
Desde la UOM Villa Constitución exigen una respuesta concreta tanto a la empresa como al Estado. “China subsidia la logística completa. No hay productividad laboral que pueda compensar el dumping chino”, insistieron los representantes gremiales, que alertan sobre una decisión estructural que podría alterar el futuro de la siderurgia nacional.
El temor es que la paralización de la planta no sea un hecho coyuntural, sino el preludio de un proceso de vaciamiento más amplio. “Esto no es solo una suspensión, es un cambio de modelo”, resumió un dirigente consultado.
La planta de Acindar en Villa Constitución, fundada hace más de seis décadas, fue históricamente uno de los pilares industriales de Santa Fe y uno de los símbolos del movimiento obrero metalúrgico argentino. Su crisis, en un contexto de apertura importadora, reaviva viejos fantasmas: la pérdida de empleo industrial, la dependencia externa y el impacto sobre las economías locales.
Mientras tanto, los trabajadores permanecen en estado de alerta, y la ciudad que creció al calor del acero vuelve a sentir el frío de la incertidumbre.