Luego de éxitos de marcado carácter político como "Nixon", "JFK" o "Pelotón", el cineasta estadounidense Oliver Stone vuelve a abordar en "Snowden" otro capítulo clave en la historia reciente de su país: el escándalo de espionaje masivo revelado en julio de 2013 por el ex agente Edward Snowden, ex miembro de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos.
En el filme, que se estrena el jueves en Rosario tras su paso por Toronto y San Sebastián, Stone muestra el lado humano del responsable de la mayor filtración en la historia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense. El protagonista es Joseph Gordon-Levitt ("Lincoln"), como Snowden, y lo acompañan Zachary Quinto (Spock en "Star Trek"), como Glenn Greenwald, el periodista de The Guardian; Shailene Woodley, en el rol de su novia Lindsay Mills y cuenta con una participación de Nicolas Cage.
Snowden, un héroe de la libertad de expresión para muchos, es acusado de espionaje en Estados Unidos por revelar documentos secretos ligados a la lucha contra el terrorismo. Según Stone, una de las complicaciones fue encarar esa contradicción. "Creo que la historia debería explicarse por sí misma. Los motivos de Snowden quedan claros en la película. Mostramos lo que hizo para la Agencia de Seguridad Nacional y cómo le marcó. Mostramos las posiciones que tuvo a lo largo de nueve años y por qué cambió. El sentía que debía servir a la Constitución de los Estados Unidos y que ésta está por encima del juramento que prestó ante la NSA. En su opinión, la NSA ha violado la ley", explicó el director.
El conflicto se extiende a las regulaciones legales sobre las filtraciones de información. "Todo esto es un gran problema para los filtradores que se enfrentan a su propio país", contó Stone. "Les resulta muy difícil sostener sus tesis y por eso se han creado leyes para protegerlos. Pero como en este caso la Agencia Nacional ha tumbado esas leyes, (Snowden) no puede defenderse, no puede presentar pruebas. La Agencia Nacional de Seguridad dicta cuál es la seguridad nacional en Estados Unidos".
Sin embargo, Stone rehúsa llamar "héroe" a Snowden. "Esa es una etiqueta fácil. Cada cual debería ver la película y decidir", afirmó y añadió: "Ví que era alguien honesto. Es como un boy scout. Tiene unos principios muy arraigados. Es muy proamericano, un gran patriota. La Constitución significa algo para él. Es fiel a ella por encima de todo, no a la NSA. Le admiro. A esa edad, 29 años, expresar tu conciencia y abandonar tu vida implica tener un valor extraordinario", dijo en declaraciones a un medio español.
En ese sentido, añadió: "Su concepto de lo que es bueno para su país es mucho más realista que el que tiene mucha gente que lo gobierna. A él le importa de verdad. Su novia, que juega un papel fundamental en su vida, fue quien le enseñó que no tenés que estar de acuerdo con tus políticos para ser un patriota", afirmó.
"Snowden" llega tiempo después de "Citizenfour", el documental de Laura Poitras sobre Edward Snowden y la revelaciones sobre la red de vigilancia que recibió un Oscar en 2014. El filme, envuelto en una controversia legal antes de su estreno, es la tercera parte de una trilogía que incluyen "My Country" y "The Oath" (Mi país y El juramento). Stone, que rodó con posterioridad su filme, explicó las razones para abordar el mismo tema, desde la ficción.
"«Citizenfour» fue una película destacada, pero se limitaba a cinco o seis días en Hong Kong. No narra el trasfondo ni lo que él hizo en el pasado. En nuestro caso el marco temporal son nueve años y no se trata de un documental, sino de un drama. Combinamos distintos personajes y años para trazar la imagen completa de la persona y ver quién era. En el documental tampoco aparece su relación con Lindsay Mills", en pareja con Snowden desde 2009 y quien actualmente vive con él en su exilio en Rusia.
"Para nosotros" -continuó Stone- "su personaje es clave en la historia. Mantiene con ella una relación sincera y, en cierto modo, le conecta con su propia alma. Que en esos nueve años en los que trabajó para la NSA no se convirtiera en un robot desalmado, como tantos de sus colegas, se lo debe a Lindsay".
Sobre el exilio de Snowden consideró que es una situación forzada por la realidad, pero que el ex espía quisiera retomar una vida corriente. "No está exiliado en Moscú porque así lo quiera, sino porque el Departamento de Estado le ha retirado el pasaporte, de modo que no puede volar a Sudamérica y pedir asilo allí. Ahora está ahí, se las arregla con la situación que tiene y trabaja duro en mecanismos de cifrado y una reforma de Internet. Lo que está haciendo allí es una labor muy importante. Le encantaría ser indultado y poder volver a casa, y seguramente se sometería a un juicio, a un juicio justo. Pero la Ley de Espionaje estadounidense lo impide".
Stone, en declaraciones a la agencia DPA, dijo en ese sentido que, sin embargo, algunas modificaciones fueron introducidas. "El presidente Obama y muchos altos cargos afirman que es bueno hablar del tema y ha habido algunas reformas menores, pero sin grandes cambios. Lo que ha cambiado es que los encriptados son cada vez más populares y todas las grandes compañías los usan". Y también relativizó la cualidad de Estados Unidos como un país libre. "¿Cómo puede ser libre si se espía a todos sus ciudadanos? ¿Cómo puede ser libre si uno se siente como si viviera en el «1984» de George Orwell?", se preguntó.