Hace seis años, Matthew McConaughey protagonizaba "Surfer, Dude", una película tan poco profunda como su nombre lo indica, en la que hacía de un surfista sin camisa que pasaba por una crisis existencial al acabar su buena racha con las olas. Para llegar a nominación al Oscar por mejor actor protagónico que recibió por "El club de los desahuciados" ("Dallas Buyers Club") y brillas con su breve intervención en "El lobo de Wall Street", el texano debió dar más de un rodeo.
El mismo McConaughey, cuando estrenó "Surfer, Dude" vivía una crisis existencial: había pisado el fondo de la mediocridad con una serie de títulos que explotaban sólo su físico y su encanto tejano. Y el actor decidió hacer algo al respecto.
Lo que vino después -que podría llamarse el McConacimiento- fue uno de las más notables metamorfosis en una carrera cinematográfica que transita sus años medios. McConaughey ha pasado abruptamente a asumir papales y películas más exigentes en una explosión creativa que claramente lo ha vigorizado. Tomó el prestigio ganado como ídolo de matiné y lo trocó por la libertad actoral.
Fue un renacer firme que se fue construyendo con cada personaje. Su nominación al Oscar al mejor actor por "El club de los desahuciados", que se estrena el jueves, representa una culminación, y la mayoría anticipa que McConaughey se llevará el Oscar el 2 de marzo.
Película por película. De buscarse una explicación, película a película, de cómo llegó aquí, una guía para el McConacimiento debería comenzar con "The Lincoln Lawyer". Este filme de 2011 llegó tras una brecha de dos años en la filmografía de McConaughey. Mientras que el actor se hizo famoso interpretando a un abogado altruista que defendió a un hombre negro en el sur en la película de 1996 "Tiempo de matar", en "Culpable o inocente" hace de un abogado avaro e inescrupuloso de Los Angeles con la palabra "inocente" en la patente de su auto. Es un cambio leve pero importante en el curso hacia un material más oscuro.
La carrera de McConaughey comenzó esencialmente con "Rebeldes y confundidos" del cineasta de Austin, Texas, Richard Linklater. El papel de David Wooderson se ha mantenido para McConaughey no solo como uno de muchos, sino como un norte y guía ético. Con frecuencia cita su línea, "Hay que seguir viviendo, viejo. VI-VIEN-DO" y llamó a su compañía productora J.K. Livin (Viviendo). Así que tiene sentido que McConaughey haya vuelto a comenzar con Linklater, cuya película "Bernie" muestra al actor como el fiscal de distrito Danny Buck en una comedia sobre un asesinato en un pequeño pueblo.
Luego, "Magic Mike" fue el anuncio más audaz de la valentía de McConaughey. En el filme de Steven Soderbergh sobre un stripper, se hunde en el barro hasta una profundidad que la mayoría de los actores evitan. Para un actor conocido por su rapidez para quitarse la camisa, su personaje de vaquero desnudista que se contorsiona y pavonea en la pasarela fue un guiño de autoburla: un payaso del rodeo en calzoncillos.
McConaughey estuvo nuevamente en su territorio, Texas, en la adaptación de William Friedkin de "Killer Joe", un relato policial perversamente cómico de Tracy Letts. Como un detective de policía que además trabaja de asesino a sueldo, su escalofriante personaje se roba la pantalla. Es el tercero de un trío de papeles secundarios estelares en 2012 en los que McConaughey cambió el protagonismo por roles más dinámicos de reparto.
En "The Paperboy" casi todos en este film noir extravagante y esforzado de Lee Daniels terminaban ahogados en el melodrama truculento. ¿Quién puede siquiera recordar que McConaughey estuvo en "The Paperboy" tras la infame escena de la picadura de medusa con Nicole Kidman y Zac Efron?.
Durante muchos años, el papel de reparto de McConaughey en "Mud", la película de Jeff Nichols sobre un chico que llega a la madurez en el río Misisipi, habría llamado la atención de la Academia. En "Mud", encarna a un fugitivo desesperado propenso a (como el mismo McConaughey) caer en las ensoñaciones. McConaughey tiene la cualidad singular necesaria para darle a Mud una estatura mítica a los ojos de los chicos que lo descubren escondido en una isla.
La consagración. Así llegamos a "El club de los desahuciados". La transformación de McConaughey se vuelve literal en la historia sobre el portador de HIV Ron Woodroof. El actor adelgazó unos 20 kilos y fue como si se hubiese librado físicamente de su antiguo ser. Claro que Woodroof es un personaje clásico de McConaughey: un tejano fanfarrón y aventurero. Pero la desesperación de Woodroof -sus fuertes temores y una determinación feroz de sobrevivir- es la metamorfosis más sorprendente para el otrora McConaughey bonito y siempre sonriente.
Aún luce delgadísimo en "El lobo de Wall Street", el filme de Martin Scorsese. En un pequeño pero memorable papel, le enseña a Jordan Belfort, el personaje de Leonardo DiCaprio, cómo se mueven las finanzas: a punta de cocaína. En un discurso que fija el ritmo de toda la película, McConaughey se golpea el pecho y tararea un ritual de meditación que de hecho viene de sus propios ejercicios de preparación para una escena y que DiCaprio lo exhortó a usar en el filme.
Un premio en la mira del detective Cohle
Matthew McConaughey compite como mejor actor protagónico para los Oscar que se entregan el 2 de marzo próximo. Lo hace por su personaje en “El club de los desahuciados”, donde interpreta a un enfermo de sida que decide buscar su propia cura. Completan ese rubro Christian Bale, por “Escándalo Americano”; Bruce Dern, por “Nebraska”; Leonardo DiCaprio, por “El lobo de Wall Street” (en la que comparte una escena memorable con McConaughey como el mentor de Julian Belfort, el personaje de DiCaprio). Pero más que “El club de los desahuciados”, “True Detective”, la actual serie de HBO, representa la cima de sus habilidades. Su detective Rust Cohle parece remodelado en sus gestos y carácter físico luego de “El club...”. Y en noviembre se verá a McConaughey en “Interstellar”, la película de ciencia ficción de Christopher Nolan y una de las películas más esperadas del año.