Por allí pasa la esencia y el sentimiento de "Ikigai. La sonrisa de Gardel", el filme que se estrena mañana, a las 20.30, en Arteón (Sarmiento 778) y que tendrá una segunda función, en el mismo horario, el martes próximo en la citada sala céntrica.
Este documental de Ricky Piterbag cuenta la historia de resiliencia de Mirta Regina Satz, quien sobrevivió al atentado de la Amia en 1994 y encabezó un trabajo de arte comunitario plasmado en un mural llamado "La sonrisa de Gardel".
Ikigai es un término de origen japonés que no tiene una traducción exacta al español, aunque se le atribuye un significado especial, que es "tener una razón para vivir" o, simplemente "volver a la vida", como se detalla en una escena de este documental, cuyo guión fue escrito por Piterbag y Telma Satz, hermana de la protagonista.
El tono familiar e intimista atraviesa este filme de 72 minutos, que jamás tiene golpes bajos y cuyo tratamiento estético, sonoro y sentimental va de la mano de la impronta de la mujer que motoriza este relato.
"Mi interés fue recorrer la historia de ese camino de Mirta, de ese recorrido artístico y vivencial que se inicia en 1994, la búsqueda de su ikigai. Ya pasados varios años verificamos cómo ese camino continúa, la búsqueda del ikigai es propia y permanente", le dijo a Escenario Piterbag, en su segundo largometraje después de la ópera prima "Venimos de muy lejos".
Mirta, quien es artista plástica, compositora, cantante y bailarina de tango, trabajaba como jefa de tesorería en la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), cuando en plena jornada laboral una bomba destruyó el edificio aquel 18 de Julio de 1994.
Mientras atravesaba la culpa de haber sobrevivido trabajó un año más allí y luego recargó las pilas para su proyecto de arte comunitario en la antigua casona de la calle Inclán 3090, en el barrio de Parque Patricios.
Fiel a su sentir, Satz reveló qué significó para ella trabajar sobre algo destruido y edificar un hecho creativo. "Los escombros en su pasaje a ser porciones de belleza. El tránsito poético de algo muy doloroso a una felicidad de muchos. El barrio, el tango, el baile, la cultura popular y nuestros símbolos. Las heridas y las sonrisas como parte del camino que cualquier persona en su vida debe enfrentar en algún momento", describió la protagonista.
A su turno, Piterbag indicó: "Junto a Telma diseñamos el relato escribiendo un guión cinematográfico que cuente «el camino de los escombros» de la calle Pasteur a la calle Inclan en la que se realizó el mural". "La técnica que eligió Mirta para este mural es la del mosaiquismo, recogiendo de donde fuera pedacitos de azulejos rotos, con los que se estampa la figura de Gardel", concluyó.
"Después del caos viene el orden, el equilibrio, los mundos", dice Rufino en una escena del filme. Esa frase es quizá la esencia más bella y precisa del mensaje de "Ikigai. La sonrisa de Gardel".