“El Asesino” empieza después de unos bastante tediosos 20 minutos. La acción toma impulso (a medias), luego de un largo soliloquio en off (sí, 20 minutos de una voz en off es demasiado). Esa singularidad delata el origen literario y el recurso narrativo que eligió David Fincher para su última película, ya estrenada en cines y que ahora llegó a Netflix. El film está basado en la novela gráfica homónima de Alexis Nolent (Matz) y el dibujante Luc Jacamon, publicada entre 1998 y 2017.
El asesino | Tráiler oficial | Netflix
Ninguno de los personajes tiene nombre propio, sino que se los define por su rol en la trama. Así, Fassbender, es el Asesino. La introducción presenta al Asesino en una habitación casi en ruinas, solo y en penumbra, esperando el momento de cumplir su misión. El personaje describe una especie de manual del buen sicario, en el que cuenta cómo debe ser su trabajo con la voz somnolienta, pausada y racional que se supone debe tener un criminal pragmático y eficiente, con unas máximas que el tipo se repite a sí mismo a lo largo del film: respetá el plan, anticipate, no improvises, no confíes en nadie, jamás cedas la ventaja y peleá sólo la batalla por la que te pagaron, reprimí la empatía porque implica debilidad. Ese mantra está vertebrado por una cita del ocultista inglés Aleister Crowley -”Hacé tu voluntad: será toda la ley”, e incluye al final de esa primera parte, una mención a John Wilkes Booth, el asesino del presidente Abraham Lincoln -”¿Qué haría John Wilkes Booth?”- cuando todo su pragmatismo se estrella contra un imponderable que se interpone entre su bala y su objetivo, lo que, finalmente, pone en marcha la trama.
Ubicada en el amplio arco que forma el cine negro clásico y sus asesinos a sueldo torturados por su conciencia (“Retorno al pasado”, Jacques Tourner, 1947, y más contemporáneo, “El perfecto asesino”, Luc Besson, 1995), los seis capítulos y un epílogo de la película proponen un paneo sobre los estilos narrativos de Fincher, que abarca títulos como “Seven, pecados capitales” y “El club de la pelea”, pasando por “El curioso caso de Benjamin Button”, “Red social” y “Mank”.