Cada año, diciembre marca el inicio de la temporada de escapadas y vacaciones. En esa búsqueda de destinos que combinen naturaleza, descanso y experiencias distintas, la revista Time Out incluyó a la Patagonia norte en su lista de “Los 12 mejores lugares del mundo para viajar en diciembre”.
El medio internacional destacó a esta región por sus vastos cielos oscuros, ideales para la observación de estrellas, y por un evento astronómico único: la lluvia de meteoros Gemínidas, que iluminará el firmamento el 14 y 15 de diciembre. “Es el momento perfecto para ir”, señaló la publicación, que primero recomienda pasar unos días en Buenos Aires —entre cafés, arte urbano y tango— y luego volar hacia la Patagonia para vivir el fenómeno. “El cielo se iluminará con escombros cósmicos para la lluvia de meteoros de las Gemínidas”, describe la nota, invitando a contemplar uno de los espectáculos naturales más impresionantes del cielo austral.
Naturaleza, vino y aire libre
El norte patagónico, que abarca zonas de Neuquén, Río Negro y parte de La Pampa, ofrece una postal distinta a la clásica imagen austral de glaciares y vientos fríos. Con días largos, temperaturas templadas y una oferta que combina lagos, vino, gastronomía y montañas, esta región propone un verano anticipado, ideal para quienes buscan un entorno natural pero accesible.
Las playas de agua dulce son una de las grandes sorpresas del sur. En Villa El Chocón, las costas del lago Ezequiel Ramos Mexía despliegan arenas claras, formaciones rocosas rojizas y aguas transparentes, perfectas para disfrutar del sol en un ambiente sereno. Más al este, sobre el Atlántico, Playas Doradas seduce con sus arenas finas y doradas, un mar calmo y propuestas de pesca y gastronomía marina que completan la experiencia. Allí, el ritmo pausado y la calidez de sus habitantes invitan a desconectar por completo.
Ruta del vino con sabor patagónico
En San Patricio del Chañar y sus alrededores, las bodegas neuquinas viven en diciembre su mejor momento. Familia Schroeder, Malma o Secreto Patagónico abren sus puertas con degustaciones, almuerzos a cielo abierto y recorridos entre viñedos que se extienden sobre mesetas bañadas por el sol. Los vinos del sur, de perfil fresco y elegante, se lucen al atardecer, cuando el aire se vuelve más liviano y el horizonte se tiñe de tonos naranjas y rosados.
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Además del vino, la región propone experiencias gastronómicas que integran productos locales: truchas, frutas finas, cordero y hongos patagónicos forman parte de una cocina que se nutre del entorno y del clima. En terrazas o bodegas, el momento del brindis se vuelve una postal inolvidable.
Trekking y lagos azules
Para quienes buscan movimiento y contacto pleno con la naturaleza, el norte patagónico ofrece senderos de montaña accesibles y vistas impactantes. En Villa Traful o Villa La Angostura, los miradores naturales regalan panorámicas de lagos azules, bosques de coihues y montañas que cambian de color con la luz. Más al norte, Villa Pehuenia y Aluminé sorprenden con sus lagos navegables, playas escondidas y los característicos bosques de araucarias, un emblema de la región que sobrevive desde tiempos prehistóricos.
En cada rincón, la sensación es la misma: aire puro, silencio y un paisaje que parece suspendido en el tiempo.
Entre playas vírgenes, bodegas boutique y cielos encendidos por meteoritos, la Patagonia norte propone un diciembre distinto, ideal para quienes no quieren esperar a enero para empezar el verano. Una experiencia natural y luminosa, a solo unas horas de vuelo, donde cada día se vive entre aromas de vino, reflejos de lago y un cielo que invita a mirar hacia arriba.