Los robos de cables generan escenarios de mayores riesgos y preocupaciones entre los vecinos. Esos actos de pillaje derivan en sustracciones de mayor envergadura, de medidores de agua y gas, de cañerías de alimentación domiciliaria, en falta de luz, de internet, en inconvenientes para alarmas privadas y comunitarias y en situaciones de inseguridad cotidiana que incluyen robos callejeros, dentro de casas particulares y también en comercios. Este manto de angustia se extiende en toda la ciudad pero se profundiza en los barrios. Nadie queda fuera de este fenómeno.
Según las denuncias de vecinos, los barrios más castigados por esta problemática son Empalme Graneros y Ludueña. Y en los últimos meses se multiplicaron los reclamos en Azcuénaga, Rucci y Parque Field. También exclaman sufrir tormentos similares referentes barriales de Nuevo Alberdi, Cristalería, Vecinal Pueyrredón (zona de Oroño entre Seguí y Uriburu). Y esos robos además llegan a algunas zonas de Pichincha y barrio Agote.
“Los robos crecen en zonas donde, coincidentemente, está la mayoría de las chatarrerías ilegales mas grandes. La Municipalidad las clausura, pero al otro día levantan la faja y siguen haciendo lo suyo como si nada. Es una problemática muy compleja que se extiende cada vez a más barrios”, remarcó el concejal Carlos Cardozo.
“Es un tema que venimos viendo un muchos sectores de la ciudad. Este fenómeno se agudizó en la etapa de pandemia y desde hace mucho tiempo le estamos pidiendo a la policía que eleve los niveles de alerta. También hablamos con la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y con representantes de Telecom, y nos dicen que el costo de reposición muchas veces lo vuelve imposible, porque reponen y a menos de 48 horas lo vuelven a robar. Así es insostenible”, enfatizó Cardozo.
Y advirtió: “La gente no puede estar sin energía, sin alumbrado público. Estos robos también atentan contra el servicio de internet, que en estos tiempos se ha transformado en un servicio básico, sobre todo desde la pandemia, porque permite estudiar y trabajar desde la casa a un montón de gente”.
En ese sentido, el integrante de la comisión de Seguridad en el Concejo destacó que “estas situaciones se repiten en toda la ciudad, pero se viven de una manera más dramática en los barrios, donde todavía la telefonía fija sigue siendo para mucha gente adulta un servicio muy importante. Se genera un escenario de muchas complicaciones”.
“A los robos de cables se pueden sumar las roturas de farolas, y los vecinos no tienen respuestas al nivel de sus preocupaciones diarias”, advirtió Cardozo, quien recordó que ante las denuncias en las líneas de asistencia “el Estado solo dice que no se pueden reponer los cables porque los vuelven a robar”.
“El Estado debe dar otro tipo de respuesta, debe decir que a la brevedad lo va a solucionar. Jamás puede poner esa respuesta en un sistema estatal de asistencia al ciudadano”, subrayó el edil.
En Rucci
En la misma dirección de cuestionamientos se encolumnó el presidente de la Asociación Vecinal de barrio Rucci, José Bounan, quien confirmó que desde esa institución se realizaron las denuncias formales correspondientes por la desaparición de cables y farolas.
“La única respuesta de la empresa que tiene convenio con la Municipalidad fue que esos aparatos no se van a reponer porque se los roban. Ya se han robado 10 o 12 luminarias, que cumplen una función importantísima, ya que iluminan los pasillos. Ahora la gente que transita por allí debe hacerlo en absoluta oscuridad”, comentó Bounan en declaraciones a LT8.
“Estamos sufriendo en Rosario el flagelo de la delincuencia y la gente camina por estas zonas y queda a la buena de Dios. Es lamentable la respuesta que nos dan. Este un barrio de clase media golpeada por la situación económica del país y la respuesta que nos dieron es realmente muy pobre. Nos dijeron que no iban a reponer ni los cables ni las farolas robadas. Estas 10 o 12 las robaron en el término de un mes, y hace dos meses que estamos sin luz en los pasillos”, confió repleto de preocupación Bounan.
Cansados de reclamar
Los vecinos de barrio Azcuénaga también se muestran cansados de reclamar por una situación cada vez más angustiante y denuncian que hace semanas que sufren cortes de luz por los robos de cables. “En este barrio es habitual que se roben los cables de la luz. Ahora también se llevan los medidores y los caños de gas. Y sin luz se multiplican los hechos de inseguridad”, resaltó Flavio, quien hace más de 20 años que vive en el barrio.
“Llevamos años haciendo reclamos y la respuesta que nos llega de Alumbrado es que no pueden hacer nada porque los vuelven a robar apenas se colocan”, aseguró.
Y explicó: “Estar sin luz nos trae muchos inconvenientes a los vecinos. Este barrio es un desastre. Acá no pasan los barrenderos, no tenemos luz y nos roban hasta los medidores. Hace unos días tuvimos una reunión con representantes del Distrito Noroeste, vinieron a ver pero no solucionaron nada. Solo cerraron algunos pasos que hicieron los vecinos para que no les roben cuando van a estudiar, a trabajar o a tomar el colectivo”.
“Por Felipe Moré le roban a todo el mundo, y nosotros vivimos todos los días así. Necesitamos iluminación y seguridad, de manera urgente”, exclamó el vecino.