La vuelta al pago no viene siendo la soñada. Menos la esperada por todos los simpatizantes canallas. Walter Montoya llegó con todas las luces de la marquesina encandilando Arroyito. Con el paso de los días se fue apagando solo. En mayo pasado tuvo un paso obligado por el quirófano tras sufrir una lesión en el ligamento del tobillo derecho. Luego padeció una pequeña distensión mientras buscaba la puesta a punto desde el aspecto físico. Eso fue lo que lo terminó sacando del radar de las posibilidades. Es verdad que tiene el alta desde fin de septiembre. Como también que Miguel Russo viene optando por otros apellidos a la hora de configurar las citaciones.
El gran interrogante a develar es si el Chaco tendrá realmente lugar en la consideración del entrenador en esta recta final que encarará el elenco auriazul en pos de conseguir un cupo a la próxima Copa Libertadores. No solo para que vuelva a tener rodaje desde lo deportivo sino además porque su futuro es incierto debido a que fin de año caducará su contrato con el club.
Montoya se rompió los ligamentos del tobillo derecho en el partido contra Talleres, en Córdoba, el 30 de abril. A la fecha siguiente jugó lesionado ante Platense. Obviamente debió cederle su lugar a Francis Mac Allister cuando iban 57 minutos. Tras los estudios médicos por imágenes se certificó la lesión y la determinación de que debía ir a cirugía.
También es verdad que al entrenador no le gustó nada cuando el profesional intervino un instante en un tenis fútbol en el autódromo municipal Juan Manuel Fangio. El volante aceptó la propuesta del piloto parejense Facundo Ardusso y jugó un ratito. Ante la información de que Russo se había enojado, el mediocampista luego dijo algo tan sincero como real en una entrevista televisiva.
“Se preocupan más por tres minutos o cinco pelotas, y no se preocuparon cuando jugué 60 minutos contra Platense y no quisieron hacer estudios”, declaró Montoya. “Si yo no hinchaba para hacerme los estudios, hasta hoy en día estaría por jugar” acotó.
Luego llegó la operación. Fueron tres meses de recuperación. Cuando parecía que estaba para reinsertarse en el grupo una “pequeña distensión muscular” lo volvió a meter a boxes de lleno. Sin chistar ni insultar a los cuatro vientos, Montoya agachó la cabeza y se concentró en la rehabilitación.
Tres días antes del clásico recibió el alta del cuerpo médico. La lógica hacía suponer que al menos iba a ocupar un lugar entre los concentrados. Sobre todo porque el equipo de Russo venía de acopiar tres fechas sin obtener victorias. Había perdido con Colón y Gimnasia e igualado con Independiente. Pero no fue convocado.
Montoya siguió entrenando y esperó el desafío ante Huracán. Aunque tampoco fue citado en esa ocasión. Tal vez porque el DT considera que actualmente están en mejores condiciones especialmente Kevin Ortiz y Agustín Toledo, pese a que Tomás O’Connor entró y muestra un rendimiento regular.
Lo concreto es que la incorporación de Dannovi Quiñones por pedido del director técnico no es un dato menor. El colombiano no juega pero le saca ventaja a Montoya a la hora de las elecciones por parte de Russo. Es más que elocuente que el Chaqueño la tiene difícil. Y no precisamente por la superpoblación de volantes que hay en el plantel.
La gran pregunta pasa por saber si realmente el DT le hará un lugar en esta recta final canalla. O bien en diciembre, cuando venza el contrato, deberá buscar un nuevo destino.