“Siento que debemos tener más continuidad en el juego”. La reflexión del entrenador, Sebastián Méndez, explicó el declive que expuso Newell’s en el Nuevo Gasómetro que le impidió quedarse con la victoria frente a San Lorenzo. “Son todas cuestiones que tenemos que seguir trabajando, y mejorando”, planteó. La duda es si le alcanzará con los futbolistas que tiene. Porque no sólo los titulares fueron irregulares desde que se reinició la Liga Profesional. Los jugadores que ingresaron desde el banco de relevos tampoco fueron capaces de levantar el nivel del equipo.
La vuelta al gol de Juan Ignacio Ramírez, frente al Ciclón fue un hecho positivo que sirve para aumentar la confianza del nueve. Pero la Lepra sigue con los mismos problemas en la definición que traía del ciclo de Mauricio Larriera. El mismo nueve desperdició un par de ocasiones en este último partido y ninguno de sus compañeros que quedó en posición de gol la embocó.
Previo a la presentación en el estadio Pedro Bidegain, el conjunto rojinegro no anotó ante Independiente Rivadavia en el Coloso. Y el único tanto en el triunfo sobre Barracas Central, de visitante, fue en contra, del arquero Sebastián Moyano.
Fútbol y goles son las carencias que está mostrando Newell’s. Y que merecen una corrección inmediata. Porque la exigencia será mayor desde el viernes y por los próximos cuatro partidos. Es que tendrá encuentros de mayor riesgo. Empezará con la visita al Parque de Estudiantes, que llega de golear a Gimnasia por 4 a 1. Seguirá con el clásico en el Gigante. Después recibirá a Racing y posteriormente se presentará en el Monumental frente a River.
Necesita mejorar
Una evolución de su juego es lo único que le permitirá ser competitivo en cada uno de esos enfrentamientos y superar este tramo tan duro de la Liga, que le llegó muy pronto a este ciclo del Gallego Méndez, en medio de la búsqueda de consolidar una idea y funcionamiento. Todo eso mientras se aguarda por la llegada de más refuerzos para darle más bríos al ataque.
Es que en estas tres primeras fechas, Newell’s fue irregular en el aspecto ofensivo. Pasó de momentos en los que logró asociarse y aproximarse por adentro y afuera, con otros en los que no surgieron variantes y resultó un conjunto predecible e inofensivo.
Lo mejor de Newell’s fue cuando Ever Banega alcanzó su pico de rendimiento. Sucedió contra Barracas, precisamente el mejor partido del Newell’s del Gallego Méndez. Pero el Diez no repitió esas actuaciones y el equipo decayó sin que nadie asumiera el rol de creativo, de buen debut ante Barracas, no incidió en los dos partidos siguientes.
Los otros volantes ofensivos del plantel, Esteban Fernández y Matko Miljevic, permanecieron siempre sentados en el banco de alternativas.
A Newell’s le faltan opciones de ataque, dependiendo demasiado de Banega. O de Armando Méndez y su fortaleza lanzado al ataque. Justamente fue a partir de la salida del lateral uruguayo frente a San Lorenzo, por una lesión muscular, que el rendimiento del equipo bajó. Lo preocupante es que faltará en los próximos partidos. No es lo mismo que juegue Augusto Schott.
La propuesta de Newell’s de ejercer el dominio a partir de la posesión se complicó porque las asociaciones en ofensiva fueron intermitentes. Esto obedeció a que les costó mantener un rendimiento parejo a las individualidades, ya sea Angelo Martino con sus proyecciones, Juan Ignacio Méndez en la distribución, Fernando Cardozo avanzando con pelota al pie por afuera, y Francisco González desbordando y con centros.
Los que ingresaron desde el banco tampoco consiguieron revitalizar el ataque y darle al equipo explosión por los extremos con frecuencia. Por orden de aparición y presencias, ellos fueron Jeremías Pérez Tica, Giovani Chiaverano y Mateo Silvetti. En este último caso, recién debutó en primera y es el que menor responsabilidad tuvo.
Otro tema es la falta de gol, una de las fallas que se mantienen desde el ciclo pasado. Lo positivo fue que Ramírez venía fallando y la embocó contra San Lorenzo, aunque también desperdició un par.
El aporte del resto en la red rival sigue siendo escaso. Es tan así que de los otros cuatro goles que la Lepra señaló en la Liga, dos fueron de Jerónimo Cacciabue y Guillermo May, quienes hoy se encuentran al margen del plantel por decisión del técnico. Otro gol fue de Armando Méndez. Y el restante, en contra.
Pocas alternativas
Si el Colo Ramírez no acierta, ¿quiénes son los otros futbolistas que pueden convertir? Por los antecedentes de cada jugador en los últimos años, no cuenta con ninguno con una cuota goleadora interesante.
En el último año y medio, Fernando Cardozo anotó 14 goles, con un promedio de 0,12 goles por partido (3 encuentros en Newell’s y 13 en Olimpia). Es decir, un gol cada 12 encuentros.
Lo sigue Panchito González, con 4 tantos y un promedio de 0,14 (27 partidos).
Banega registra 5 goles y su promedio de 0,08 (21 partidos en Newell’s y 41 en Al Shabab).
En tanto, otros dos futbolistas no llegaron al gol ni en la temporada anterior ni tampoco en la actual: Gabriel Carabajal (3 en Newell’s, 15 en Puebla, 6 en Vasco da Gama y 4 en Santos) y Jeremías Pérez Tica (28 presencias), quien por ahora no sumó goles desde el debut en primera división.
Un habitual suplente, Giovani Chiaverano, tiene 1 gol y 0,07 de promedio (13).
Con estos números de los futbolistas de vocación ofensiva, es evidente que Newell’s necesita que mejoren la eficacia goleadora y aparte conseguir un reemplazante para el Colo Ramírez, goleador rojinegro del año, con 9 goles en 24 partidos (0,37 de promedio).
Porque Newell’s tampoco cuenta con mediocampistas defensivos o defensores que la metan con frecuencia. Armando Méndez tiene un gol en el año, lo mismo que Gustavo Velázquez y Julián Fernández.
Y los únicos que señalaron más de un gol en 2024, al margen de Ramírez, son Brian Aguirre, que se fue a Boca, y Esteban Fernández. Ambos tienen 2.
Otro dato revelador sobre los inconvenientes que le trae a Newell’s la cuota baja de gol en la temporada es que todos los equipos que lo anteceden en la tabla anual tienen una diferencia de gol positiva. La del conjunto rojinegra es -3 (18 goles a favor y 21 en contra).
Algo que puede costarle realmente caro si al momento de determinar la clasificación a una copa internacional se tiene en cuenta este rubro.