En las últimas semanas se registraron evasiones y otros graves disturbios en penales de algunas comisarías. Incidentes que, según coincidieron distintas fuentes oficiales, están vinculados con la superpoblación de detenidos. Los registros del Ministerio de Seguridad provincial arrojan que son algo más de 430 los presos en distintos penales policiales de la ciudad de Rosario, que tienen una capacidad total para alojar a 142 personas. La situación tiene su correlato en el sistema penitenciario provincial: en las cárceles santafesinas las plazas disponibles están excedidas en unos 2.500 internos.
La situación de superpoblación afecta no solo a los detenidos, que se hacinan conviviendo hasta 45 personas en espacios para alojar a no más de 20. También se ven afectados los policías que deben custodiarlos y atenderlos y los vecinos de las comisarías. Por ejemplo, los de la comisaría 5ª de Italia al 2100 cuentan que además del temor ante posibles fugas atraviesan situaciones molestas como los cánticos continuos de los reclusos, los ruidos que generan las requisas diarias y la presencia de “gente que no es del barrio y viene a visitar a quienes están presos”.
Ruidos y cantos
“Los cantos religiosos y los cantitos de cancha son continuos, a toda hora y todo el día. A veces se extienden hasta la madrugada. Es como si tuviera el penal instalado en el comedor de mi casa, es insoportable”, comentó Marcelo, un vecino en cuyo patio lindero con el penal de la comisaría 5ª se encontró más de una vez con un preso tratando de escapar.
“Los mismos policías nos dicen que ellos no dan abasto con la atención de los presos. Esto de tener de nuevo presos es de hace un tiempo, desde que se fue (Maximiliano) Pullaro”, aseguró el vecino.
También un comerciante de la cuadra donde está esa comisaría comentó que "viene mucha gente de otros lugares” a visitar a los detenidos. “Los otros días había una familia de Santo Tomé. Hay un montón de familiares que piden agua caliente para el mate y la mamadera de los niños. Traen almuerzos, bolsas para los presos, alguna provisión. Los mismos policías cuentan que la seccional tiene lugar para ocho o diez personas y hay sesenta; están casi parados y es imposible dormir allí. Ellos quieren que saquen a los reclusos y también nos dicen que nos quejemos, así les dan bola”, sostuvo el dueño de un negocio.
Causas múltiples
“En Rosario hay 438 presos en alcaidías de comisarías que tienen capacidad para 142. Hay varias causas que confluyen en esto. La falta de edificios es una. ¿Por qué hay presos en los penales de comisarías? Porque no hay lugar en las cárceles. En las prisiones hay 2.500 internos por encima de la capacidad e inclusive hay presos federales”, sostuvo sobre el tema el ministro de Seguridad santafesino, Claudio Brilloni. “Es un tema complejo y varios sectores son los responsables de esta situación. Sin embargo los policías deben seguir metiendo presos a los que delinquen y los jueces deben seguir con su trabajo. Es un sistema judicial harto complejo del que desde esta gestión venimos alertando desde hace rato”, añadió.
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“Estamos trabajando para solucionar este tema —agregó el ministro—. Los policías ahora deben nuevamente cumplir tareas administrativas, cuidar y atender legalmente a los internos. Estamos avanzando con distintas obras: el pabellón de ofensores sexuales en las cárceles de Las Flores y Piñero, y otro en Santa Felicia”. Esos nuevos edificios, según Brilloni, podrían alojar a un total de unos 500 internos. “A esto se suma que implementamos mesas de diálogo con jueces y fiscales con lineamientos claros de trabajo y reabriremos más comisarías con penales. Además esta semana incorporamos 600 agentes al Sistema Penitenciario de la provincia, que deben hacer sus cursos, pero ya están adentro. Es un tema que hay que solucionar hoy mismo y el tiempo apremia”, agregó el funcionario.
En ese difícil contexto, desde el Servicio Público Provincial de la Defensa Penal presentaron hace un tiempo un hábeas corpus ante la Cámara Penal. El propósito es “generar un mecanismo de control efectivo de las condiciones de detención y la reducción del número de personas detenidas en las comisarías del Gran Rosario, teniendo en cuenta que la casi totalidad de los lugares destinados al alojamiento de personas privadas de libertad no cumplen con los estándares requeridos por la Constitución Nacional”, según refiere el texto del recurso judicial.
“Cada vez que vamos a relevar alguna comisaría encontramos situaciones de hacinamiento. Lo hacemos cada mes o mes y medio y encontramos cada vez más detenidos en los penales de seccionales. Es una bomba de tiempo; por ejemplo en la 32ª había gente alojada en los patios. El problema es multicausal y es muy complejo”, indicó el defensor público Martín Riccardi, titular de la Regional Rosario del servicio de defensa.
Ahondando en el conflicto, el defensor regional marcó una serie de causas como la falta de construcción de edificios. Sin embargo, también enfocó en “otro punto a destacar: el abuso de la prisión preventiva. No hay un uso racional de la prisión preventiva y no se coordinan salidas alternativas. Hay hechos menores que podrían plantearse y resolverse con medidas alternativas”.
“El imaginario del ciudadano —agregó Riccardi— postula que quienes cometen un delito entran por una puerta de la Justicia y salen por la otra. Pero si se observan las estadísticas queda claro que de diez sospechosos que llegan al tribunal con audiencias imputativas, ocho terminan con prisión preventiva por
El desborde en números
Desde la Defensoría, además del hábeas corpus colectivo, se presentaron trámites puntuales para las seccionales 12ª, 32ª y 15ª. “En cada una hubo situaciones particulares y lo concreto es que todas las comisarías están colapsadas. Estamos muy preocupados y vemos que el tiempo pasa y no hay soluciones”, aseguró el defensor oficial.
Según datos oficiales al 6 de septiembre, la cantidad de alojados en distintas seccionales es alarmante. En la seccional 2ª están alojados 56 internos, en la comisaría 5ª viven 62 presos; en la 10ª hay 48 detenidos, en la 12ª habitan 18 y en la 15ª la población es de 60 personas.
En tanto en la comisaría 16ª los detenidos son 39, en la comisaría 21ª hay 49 internos y en la seccional 22ª son 18, en este caso acusados como ofensores sexuales. En la 24ª los detenidos son 39. En la seccional 32ª hay 27 detenidos. En las seccionales sub 26ª y sub 24ª solo hay un detenido por comisaría.
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Las mujeres presas en dependencias policiales se reparten entre la seccional 27ª, donde suman 13 detenidas, y la sub 27ª, donde son 6. En la División de Asuntos Juveniles está detenida solo una adolescente está detenida. Estos números arrojan un total de 438 internos en lugares preparados para 142 personas.
Ese cuadro de hacinamiento se expresó en los últimos días en graves incidentes en distintas seccionales. En la comisaría 24ª de Granadero Baigorria se fugaron 16 internos el sábado 2 de septiembre, de los cuales siete fueron recapturados e imputados con prisión preventiva por dos años por el delito de evasión, mientras que otros nueve internos permanecen prófugos. El hecho se produjo ese sábado alrededor de las 17.10 cuando un grupo de presos alcanzó las viviendas vecinas tras romper las rejas del patio del penal. Seis fueron capturados el mismo sábado en distintos procedimientos y uno de ellos fue detenido el domingo 3 al ingresar con una herida al hospital Eva Perón.
El miércoles 6 de septiembre se registró otro incidente en la seccional 10ª, de Darragueira al 1100, en la zona norte. El jefe de la comisaría, Edgardo Roldán, fue golpeado por un interno durante un control de rutina alrededor de las 17.30. Le practicaron dos puntos de sutura en el pómulo izquierdo. Daniel Acosta, jefe de policía de Rosario expresó al respecto que el personal policial se encuentra “ampliamente superado” por la situación: “El departamento Rosario tiene 12 comisarías que tienen 438 detenidos alojados en total, cuando la capacidad de la Unidad Regional II es de 142 plazas”, indicó.