En lo que va del año en el departamento Rosario se registraron homicidios que dan cuenta de un recrudecimiento de la violencia vinculada a economías ilegales y organizaciones criminales. Un fenómeno en aparente crecimiento que también se expresa en los números: hasta mayo inclusive, según cifras oficiales, se registraron 121 homicidios, la cifra más alta en la historia de esta región en ese período. “En Rosario los homicidios básicamente se producen por la disputa de territorios narco y es un fenómeno difícil de abordar porque la violencia recrudece rápidamente”, analizó esos números el funcionario del Ministerio de Seguridad Jorge Fernández.
El año en que se registró la cifra más alta de homicidios en el departamento Rosario fue 2013, que concluyó con 264 crímenes. Para fines de mayo de aquel año se habían contabilizado 103 hechos, entre los que estuvo el asesinato de Claudio “Pájaro” Cantero, sindicado entonces como líder de la banda Los Monos. Ese episodio, que sería una bisagra en la historia rosarina, demarcó un incremento que mes a mes —con un pico en octubre de 32 homicidios— llevó la cifra anual a un récord que todavía se mantiene.
En ese mismo período pero de 2022, es decir desde enero a mayo, se contaron en el departamento Rosario 121 crímenes. En lo que va de junio hubo 17 homicidios más. Esto arroja 138 muertes, a las que se le suma el hallazgo de dos cadáveres sobre los cuales todavía queda confirmar si se trata de personas asesinadas. La dinámica de la violencia callejera, con las particularidades de Rosario, impide aferrarse a pronósticos que podrían indicar un nuevo récord hacia fin de año.
Estas cifras corresponden a las estadísticas que lleva adelante el Observatorio de Seguridad Pública (OSP) del Ministerio de Seguridad provincial, en conjunto con el Ministerio Público de la Acusación y el Departamento de Informaciones Policiales. El secretario de Política y Gestión de la Información del Ministerio de Seguridad, Jorge Fernández, habló con La Capital para analizar qué se hace con esas cifras. “Cuando hablamos de criminalidad hay que hablar con información válida y confiable sobre la mesa. Si no, cómo podemos tomar buenas decisiones sin buena información”, expresó.
Contrastes
El 2022 comenzó en el departamento Rosario con 26 crímenes en enero. Entre ellos se registraron casos extremos como el triple crimen de Ybarlucea, en el que fueron asesinadas una pareja investigada por narcotráfico y su beba de 1 año. Durante febrero, en tanto, comenzó a estallar una disputa en el noroeste rosarino entre dos facciones que controlan el narcomenudeo entre los barrios Larrea, Empalme Graneros y Ludueña. En lo que va del año, 29 de los 138 homicidios registrados en el departamento Rosario ocurrieron en esos tres barrios. La mayoría fueron coletazos de ese conflicto.
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Con esa tendencia de estar ligados a economías delictivas ocurrió la mayoría de los homicidios de 2022. El último informe del OSP indica que, hasta el 19 de junio, de un total de 131 crímenes son 87 los que entran en la categoría “economías ilegales u organizaciones criminales”. En tanto 14 fueron por los llamados “conflictos interpersonales”, 6 en ocasión de robo, 5 en la categoría “otros” y 19 están en investigación. En cuanto a la modalidad, 112 fueron mediante el uso de armas de fuego.
En el departamento La Capital el informe del OSP muestra un panorama opuesto, que incluyó un mes sin asesinatos. En lo que va del año se registraron 33 homicidios, de los cuales solo 9 fueron categorizados como “economías ilegales u organizaciones criminales”. A diferencia de lo que ocurre en el departamento Rosario, en la ciudad de Santa Fe y la zona la mayoría de los crímenes están vinculados a conflictos interpersonales. Lo que sí se mantiene es el uso de arma de fuego como principal método, con 27 casos de los 33 totales.
Dos escenarios
“En los números hay una diferencia sustancial que explica los homicidios. En Rosario son por organizaciones criminales mientras que en Santa Fe son por conflictos interpersonales”, analizó Fernández. “En Rosario, dos de cada tres son en el contexto de esas tramas criminales. Básicamente se producen por la disputa por el territorio de las organizaciones narco”, agregó.
Más allá del contraste en los números, según el funcionario del OSP también es diferente la diferencia en el abordaje de la violencia en ambos departamentos. “En Santa Fe, cuando la violencia transita por el lado de las economías ilegales por algunas pequeñas organizaciones que pueden pudrir un territorio o generar violencia, la hemos trabajado bien con la policía y junto a la fiscalía, entonces cuando golpeás a esos líderes criminales pacificás los territorios”, analizó sobre el departamento La Capital.
En cuanto a Rosario indicó: “La violencia está concentrada territorialmente, está muy focalizada, no es en todo Rosario. Hay problemas para generar prevención y se depende mucho del otro gran componente del sistema de seguridad pública que son la fiscalía y el Poder Judicial en general. Es mucho más complejo en Rosario porque la violencia recrudece muy rápidamente aunque tumbes una organización criminal o un kiosco de drogas o algún grupo de un territorio. Renace muy rápidamente”.
Las diferencias en la cantidad de homicidios registrados anualmente suelen ser utilizadas en contextos políticos para analizar las gestiones de los gobiernos en términos de seguridad pública. Sin embargo, si bien las cifras de crímenes en Rosario han ido variando, en líneas generales desde 2013 se mantuvieron altas: 264 en 2013, 254 en 2014, 181 en 2016, 165 en 2017, 204 en 2018, 169 en 2019, 213 en 2020 y 241 en 2021.
En ese sentido Fernández sostiene que las estadísticas del OSP tienen que servir para “en base a esa información tomar buenas decisiones operativas, para discutir seriamente sobre el problema criminal y no en base a la cantidad de homicidios”. Lo complejo pareciera ser el factor que mantiene a la mayoría de homicidios vinculados a economías ilegales y bandas narcocriminales, lo que sugiere la permanencia de ese entramado más allá de las caídas en prisión de los considerados grandes líderes de estas organizaciones.
Pacto político
Para Fernández, entonces, es necesario “un pacto político”. “El primer paso tiene que ser enfrentar el problema narcocriminal y de la violencia con un pacto político que va a traer consigo que haya decisiones que tengan un impacto financiero sobre la creación de más juzgados federales y más herramientas”, analizó el funcionario. “La mayoría de los principales actores políticos está de acuerdo con el diagnóstico y la política de acción, lo que pasa es que el tema de la seguridad se usa como bandera electoral”, agregó. Un aspecto que atraviesa a los principales partidos: desde el eslogan electoral “Ahora la paz y el orden” de Omar Perotti en 2019, a las críticas del ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro a la gestión actual basándose en aquel eslogan, hasta la reciente visita de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, con su discurso centrado en la cuestión narcotráfico.
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Las estadísticas del OSP muestran que, en cuanto a homicidios dolosos, el año 2022 expresa una tendencia al crecimiento. Incluso este año es el que más crímenes registró en período de enero a mayo, con 121 hechos. En 2013, año récord que concluyó con 264 asesinatos en el departamento Rosario, para esta altura del año se habían registrado 103. Los otros años más altos fueron 2014, que hasta mayo tuvo 116 y concluyó con 254; y 2015 con 109 hasta mayo y 234 en el cierre de año.
En ese aspecto Fernández analizó que en el mes a mes de 2022 se advierten picos y descensos. En enero hubo 27 crímenes, en febrero 22, en marzo 14, en abril un récord de 35, en mayo 23 y 17 en lo que va de junio. “Tuvimos un año alto y un abril disparado con números muy altos, que es lo que impacta en la cifra final. Pero en mayo los homicidios disminuyeron y en junio también”, analizó. “Hay que ver cuál es la tendencia que prevalece, si julio se mantiene en relación a junio no vamos a llegar con número tan altos a fin de año”, agregó sin dejar de aclarar que son “especulaciones”.