El ciclo de Gabriel Heinze caminó por una peligrosa cornisa y encontró esa señal salvadora, esa fuerza de rescate, ese anzuelo reconstructivo, dentro de la cancha, dentro de sus propias filas, donde más vale. Ahora que forjó ese cambio de clima y aclaró su norte, con una producción de alto vuelo con goleada incluida en el Bajo Flores y con una performance parida desde el esfuerzo y del corazón en Victoria, el equipo rojinegro necesita más de algunos jugadores que conforman la estructura principal, que fueron piezas que se lucieron en los mejores partidos de este proceso, y que están transitando este tramo de la Copa de la Liga lejos de su nivel para seguir apuntalando este notable gesto de reacción.
En ese grupo de valores que debe recuperar se encuentran el centrodelantero Jorge Recalde, el volante central Juan Sforza, y el zaguero Ian Glavinovich. El cuerpo técnico tiene que ajustar varias clavijas, en todas las líneas, para tratar de alcanzar la mejor versión en la etapa decisiva del certamen. Hoy la lepra se encuentra en el lote de los que clasifican a cuartos de final y si consigue elevar el rendimiento de estas piezas importantes, que integran la columna vertebral del conjunto, seguramente tendrá más chances de dar pelea hasta el final de la temporada.
Recalde perdió poder de fuego
El paraguayo Recalde no está mostrando el nivel que alcanzó durante la liga anterior. En el segundo cuatrimestre competitivo no pudo conseguir ese piso de rendimiento que lo llevó a adueñarse del puesto de centrodelantero y de la confianza del entrenador.
Si bien no es un nueve clásico, tradicional, de esas referencias inevitables de área, este atacante se ganó la titularidad con técnica, despliegue, y con su vocación para bajar unos metros y asociarse con sus compañeros. Consiguió ser un eslabón importante en la generación de juego, que muchas veces lo alejaba de la posibilidad de llegar a finalizar las acciones, pero que por su peso específico, la calidad de sus intervenciones y su incidencia en la propuesta colectiva leprosa mereció siempre reconocimiento.
Tras las dudas iniciales, esa entrega, esa determinación, ese convencimiento, le valieron finalmente el guiño de aprobación del hincha.
También hay que destacar que el gol es un amigo ocasional del Pollo. Eso quedó claro desde su arribo. Y siempre tuvo una relación tormentosa con esa vía. En la primera mitad del año, muchos errores arbitrales lo privaron de tener más tantos en su cosecha personal, y en la presente Copa de la Liga fue perdiendo participación y poder de fuego.
En esta segunda parte del año, solo consiguió un gol, en la 4ª fecha, frente Unión, en el Coloso del Parque. Fue a los 57’, de cabeza, tras un córner enviado desde la izquierda. Una sola anotación, poco para lo que se pretende de un centrodelantero, poco para lo que demostró que puede dar.
En el último choque en Tigre, dejó el campo de juego a los 5’ del segundo tiempo. En su lugar entró Guillermo May, que con su desfachatez y el gol que le puso cifras definitivas al cotejo, expuso con crudeza el bajón de Recalde.
May, con muy pocos minutos en cancha, ya consiguió dos tantos y empezó a poner balo lupa las producciones del guaraní.
Con Estudiantes jugaron los dos juntos de arranque, y eso también exhibe las alternativas que surcan el imaginario del DT. En ese choque, las cosas no salieron bien para Newell’s, fue derrota 1-0 en el Parque y May fue expulsado a los 67’, por una entrada peligrosa al defensor pincharrata Santiago Núñez.
Si Recalde no levanta rápido, May terminará ganado esa pulseada.
Sforza sin confianza
La disminución en la producción de Sforza es otra de las variables que Heinze y sus colaboradores tienen que ajustar. En estos últimos encuentros, Newell’s sufrió el bajón de Juani. Por su rol de volante central, sus vaivenes repercuten en todo el funcionamiento del equipo.
Es que en su mejor nivel, solía colaborar con la última líneas en las tareas de contención y recuperación, y por su capacidad de distribución siempre las mejores acciones de avance rojinegras nacían desde la elegancia del primer pase de Sforza.
El 13 leproso está impreciso, perdió confianza, y hace rato que le cuesta hacerse el dueño de las batallas del mediocampo. Si bien nunca fue un cinco de cuchillo entre los dientes, merced a su ubicación, su panorama y su técnica, solía ser el eje de casi todos los intentos del equipo.
Hoy necesita mejorar. Parecerse al que fue hasta hace muy poco. Más allá de estas cuestiones particulares, Sforza está siendo convocado a la selección nacional Sub-23 que conduce Javier Mascherano, y esa doble exigencia a lo mejor está influyendo en su rendimiento.
En esta Copa de la Liga, marcó un gol, en un partido muy chivo ante Belgrano, en Córdoba, para estampar un empate y rescatar un punto que merecía en esa oportunidad Newell’s.
Juani no tiene un reemplazo a su altura. Las veces que faltó, por lesiones o tarjetas dejó en evidencia que su ausencia es muy difícil disimular. La mayoría de las veces Heinze corrió a Iván Gómez al medio, en otras ocasiones apeló a Marcelo Esponda o David Sotelo, pero nunca consiguió un relevo de ese nivel.
Glavinovich y su lesión
La aparición de Ian Glavinovich fue una de las noticias más gratas dentro de la temporada leprosa. El marcador central proveniente de la división reserva se ganó rápidamente un lugar de consideración en la alineación principal en esta segunda mitad del año.
A las dudas sistémicas que acarreaba en defensa este Newell’s, el pibe le otorgó seguridad, personalidad, velocidad y predisposición colectiva. Típico de la sangre joven que surge de la cantera.
Ese espíritu le permitió jugar con tres o con cuatro atrás, como hombre libre, o como zaguero por los dos costados. Esa versatilidad le dio otra impronta al fondo rojinegro.
Cuando se estaba afirmando en la titularidad, una lesión muscular en el aductor izquierdo lo sacó del equipo. Por eso, no pudo jugar desde el choque con Belgrano (3ª fecha), y recién volvió a actuar de arranque en la 9ª jornada en la visita a Tigre. Seis partidos después. Según el cuerpo técnico, esa ausencia lo hizo perder ritmo. Y tiene que recuperarlo con partidos.
Con pocos partidos, Glavinovich exhibió que es bastante más Guillermo Ortiz y Facundo Mansilla.
En este marco de renovación de ánimos que produjeron las dos últimas victorias, Newell’s necesita poner a punto a Recalde, Sforza y Glavinovich, tres que ya demostraron lo que vale y lo que pueden dar.
De cara a lo que viene, nada mejor y más motivador que pulir aspectos ganando. Así, todo es más sencillo.