Nada de lo que pudieran hacer Lucía Estefanía Uberti y Mauro Nahuel Novelino, juntos o por separado, podría pasar desapercibido. Uberti es una mujer de 27 años ligada a la banda de Los Monos que cumple condena a 20 años de prisión en la cárcel de Mujeres de Rosario por su participación en una saga de atentados a balazos contra objetivos ligados al Poder Judicial en 2018. Novelino, un delincuente venadense de 32 años, que se reinventó de ladrón a organizador de bandas narco desde Piñero y un penal chaqueño al que la Justicia Federal procesó tres veces desde noviembre de 2019. Uberti y Novelino protagonizaron una historia de amor que quedó plasmada en una investigación de la Fiscalía Federal de Venado Tuerto por venta de drogas que este jueves tuvo un saldo de 31 detenidos, 18 de los cuales están presos o bajo medidas cautelares.
Si bien la relación entre Uberti y Novelino es parte de un expediente judicial, la historia tiene detalles de romanticismo explícito. Lucía creció en la zona de Doctor Riva al 3700, en barrio Alvear. A los 20 años se puso en pareja con Gino C., un joven aficionado a las artes marciales, medalla de bronce en judo en los Juegos Panamericanos Juveniles de El Salvador de 2008, que alternaba entre trabajos formales y robos a viviendas sin sus ocupantes presentes. Cuentan que frecuentó el ambiente del hampa y construyó su imagen en afters y bares nocturnos como Roma, de Tucumán al 2000; Club Fire, de Oroño al 4700; o La previa, de Buenos Aires al 2400. Desde allí y con los conocidos de su ex pareja armó contactos que le permitieron conocer a Daniel “Teletubi” Delgado, a quien empezó a visitar en la cárcel de Piñero. De ahí a trabajar en el entorno del mundo de Los Monos hubo un paso. Y a la condena a 20 años otro.
Luego de estar preso un par de veces por robos y hasta protagonizar una fuga de la Alcaidía de Melincué que se le truncó en Rosario, Novelino en 2016 terminó detenido en Piñero para cumplir una condena por un robo a mano armada y encubrimiento. Allí acordó en 2018 una pena como partícipe primario de tenencia de droga por el hallazgo de diez kilos de marihuana en la cámara séptica de su casa, hecho por el cual su pareja Paola Flores quedó en prisión domiciliaria. En esos pabellones se reinventó como organizador de bandas narco. Ese nuevo perfil fue descubierto en septiembre de 2019 cuando fiscal Javier Arzubi Calvo ordenó más de 65 allanamientos en varias localidades en el marco de seis investigaciones por narcomenudeo en el sur santafesino. Tres de esos allanamientos fueron en la cárcel de Piñero. Por aquellos días, en tan sólo un año, Novelino organizó tres bandas diferentes de venta de droga.
En sus anotaciones judiciales figuran una condena por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 de Rosario por infracción a la ley de drogas, otra por robo y otros delitos por la Justicia provincial, tres causas en trámite ante el TOF Rosario por infracción a la ley de drogas; una causa en trámite ante el Juzgado Federal de Venado Tuerto procesado por asociación ilícita, infracción a la ley de drogas y robo calificado.
Amor y rejas
Uberti está alojada en la cárcel de Mujeres de 27 de Febrero al 7800. Novelino estuvo en la cárcel de Piñero y ahora pasa sus días en el penal federal de Rawson, en Chubut. El expediente refleja que mientras estuvieron juntos, todas las noches realizaban una video llamada a la hora de cenar para compartir el momento. "Según se pudo reconstruir en la investigación, todos los días se preparaban la cena y luego se unían a través de videoconferencias para compartir ese momento. No solo a través de WhatsApp, sino que también lo hacían mediante Snapchat y Facebook, entre otras”, precisaron fuentes de la investigación.
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La tienda de indumentaria que Novelino tiene a cuatro cuadras de la Fiscalía Federal de Venado Tuerto.
Los intercambios de mensajes entre Uberti y Novelino engordaron un expediente de más de 6.000 páginas. “Además de las conductas referidas al comercio de material estupefaciente los mismos explotaron un negocio de indumentaria en la ciudad de Rosario en Paraguay al 2600, denominado «Para 24/7», donde por temor a la inseguridad y los robos habían instalado varias cámaras de vigilancia que controlaban desde sus celulares en las unidades de detención. Además Novelino tenía una tienda de indumentaria a cuatro cuadras de la Fiscalía Federal de Venado Tuerto llamada «Mambo Black». Al mismo se acercaban las personas con el fin de abonar el material estupefaciente adquirido”, abundaron las fuentes consultadas.
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Venta en Venado
Mientras Uberti y Novelino estaban detenidos en la unidad penitenciaria 5 y la cárcel federal de Salta respectivamente, el fiscal Javier Javier Arzubi Calvo comenzó a mediados de 2021 la investigación sobre la banda que manejaba la pareja que comercializaba droga fundamentalmente en Venado Tuerto, en el departamento General López. Pero los integrantes de la pareja no eran la únicos reconocidos del hampa delsur provincial. También estaban dentro de la investigación el piloto comercial y sindicado narco Julio "Peruano" Rodríguez Granthon e Ingrid Roxana Florindo una cordobesa condenada a seis años y nueve meses por el Tribunal Oral Federal 1º de Córdoba por el tráfico de 300 kilos de marihuana desde la provincia de Corrientes a La Docta en un impostado paseo familiar. De acuerdo con la investigación, Ingrid tenía contactos con proveedores de drogas de Tucumán y en Salta, y de Bolivia y de Paraguay.
Según fuentes judiciales, los proveedores de armas y los precursores químicos provenían de la ciudad de Córdoba y luego la droga se producía y distribuía en Rosario y la región. "Novelino no borra absolutamente nada (de sus celulares) y es lo que permitió desbaratar la organización", le apuntaron a La Capital fuentes cercanas a la investigación. De los 31 detenidos este jueves 18 estaban ya estaban tras las rejas, 10 de ellos cumplen condenas. Uno es un pariente político de Novelino. Dos tienen lazos familiares con Uberti. Entre los apresados hay un policía retirado de la provincia de Córdoba.
En el transcurso de la investigación fueron secuestrados más de 10 teléfonos a Novelino en sus distintos lugares de detención. Todos fueron peritados hasta determinar que el más antiguo de todos y el que en peores condiciones se encontraba era el que utilizaba para organizar todas las maniobras. En aproximadamente 30 días de uso (en función de las fecha de las conversaciones) se obtuvieron más de 140 chats de WhatsApp, más de 11.200 archivos de audio, 35 mil imágenes y más de 570 archivos de video.
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Aproximadamente 50 de esos chats refieren a distintos hechos ilícitos entre ellos: adquisición de estupefacientes, precursores químicos, elaboración de estupefacientes, compra de armas, distribución y traslado de drogas, dinero, armas, municiones, de acuerdo a la investigación que lleva adelante la Justicia Federal de Venado Tuerto. En ese contexto, fuentes del fuero federal comentaron que "todo ese contenido fue transcripto por la Fiscalía Federal a cargo de Arzubi Calvo, agregándose a cada conversación las imágenes, audios y videos correspondiente”.
Diariamente, Uberti y Novelino intercambiaban mensajes referidos a la cantidad de material producido y vendido, las deudas a cobrar, los materiales a abonar, los vehículos que adquirían. La mayoría de las personas involucradas en la investigación se encuentran detenidas en distintas unidades y eran quienes a través de otras personas adquirían el material para su reventa, apuntaron. Y la droga que manejaban le dieron un toque romántico.
“A los ladrillos de cocaína les ponía como sellos una corona, las siglas «L.N. (Lucía y Nahuel)», o una tijera dependiendo del grado de pureza, en una oportunidad le solicitó a su hermana que sacara fotografías de los panes en proceso de secado y pusiera un cartel con su nombre y apellido, tanto él como Lucía compartieron esas fotos con quienes adquirían el material", comentaron.
Actualmente Novelino está en pareja con Carla R., una mujer que lo visita semanalmente en la cárcel federal de Rawson. De cada uno de los viajes hay testimonios publicados en videos en la red social TikTok, entre canciones de amor y filmaciones de máquinas contadoras de dinero.